El salvajismo te hace más libre, y más vulnerable también. Libre porque no te restringen normas y convenciones sociales, esos elementos que son imprescindibles en las interrelaciones sociales de toda comunidad. Y a la vez, vulnerable y sometido a la ley del más fuerte, a la indefensión del individuo ante la naturaleza. La misma vulnerabilidad que favorece el agrupamiento social.
Veo a los que se "deconstruyen" ahora con más simpatía, pues no dejo de reírme de su vano intento de ganar libertad sin perder seguridad.
No es posible.
Pero no lo quieren aceptar. Bueno, quizá, no pueden.
Yo, afortunadamente, me tengo por un perverso y acomodado burgués con el suficiente carácter y cerebro como para no tener que confiar mis momentos de intensidad a desmelenados arrebatos primitivos.
Cada uno se acerca al abismo como puede, no como quiere ¿verdad?
martes, 15 de octubre de 2024
Los mitos del primitivismo
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