domingo, 3 de noviembre de 2024

La verdad

 

“Sólo te digo la verdad”

Esta afirmación es muy común. Es cierto que en ocasiones se trata de una frase hecha que suele usarse para enfatizar un razonamiento o una opinión. Pero cada vez la veo más presente en respuestas que la tienen como argumento principal. Algo así como , “no, estás equivocado, la verdad es ésta porque lo digo yo, lo pienso yo, lo decido yo”. Y no hay opción a la discusión, toda vez que quien la proclama se sitúa en un estado de superioridad moral que no admite réplica.

Si tamaña seguridad procediera de mentes claras, cultas, formadas, reflexivas y capaces, tendría un mínimo de respaldo esa actitud. Claro que son precisamente quienes poseen una mente clara, culta, formada, reflexiva y capaz quienes no necesitan imponer sin explicación, y no temen por tanto exponer sus afirmaciones a debate, contraste, juicio y crítica. Porque, además de ser capaz de defender razonadamente su posición, si llegado el caso se consideraran en un error, su propia naturaleza y preparación les proporcionan los medios para asumirlos y adaptarse.

Pero no, no es el caso. La mayoría de las veces, tan emotiva imposición procede de elementos que fluctúan entre la baja autoestima, el sectarismo, los complejos, el dolor, la animosidad , la limitación para el razonamiento, el comportamiento gregario, el espíritu de piara y el miedo a lo que no pueden asimilar o simplemente ver. Ser regidos por una conducta dirigida por las emociones (que no el instinto), de categorización básica, primaria, incapaces de construir, observar, racionalizar, ya sea por pereza o por falta de los necesarios atributos mínimos para ello. Una conducta más animal que humana.

Casi siempre escudados en esa coartada emocional, que suelen proclamar auténtica, que les da la comodidad de no tener que pensarse y cuestionarse. El triunfo de la fe, entre quienes además suelen mostrarse ferozmente anticlericales, y no son más que apóstoles de su propio credo o de alguno prestado que encaja con su necesidad de sensibilidad gregaria.

No digo que esto sea verdad, claro. Aunque ciertamente, me lo parece. Y mucho.

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