Creo que ya sé qué es lo que mueve a los adalides de tal aberración social y lingüística: son seres limitados que carecen de la capacidad necesaria mínima de comprensión, síntesis y extrapolación.
Mentes cartesianas, inflexibles, con una manifiesta limitación en su función de abstracción, que les lleva a tomar las representaciones por la descripción absoluta del todo.
El concepto de representación es clave. La indignidad y el dolor que se supone les supone sentirse nominados por lo que entienden que es lo que no quieren o detestarían ser.
En resumen, nace de la incapacidad, el sectarismo y el odio. Supongo que también de un complejo narcisista mal asimilado, y la necesidad patológica de epatar desde una pretendida diferencia.
Pero se equivocan. Desde tiempos inmemoriales, el mundo ha estado modulado por también por extremismos absolutistas como el que promueven. No son diferentes en absoluto. Son la continuación pintoresca y pretendidamente moderna de una larga tradición humana.
NAda nuevo bajo el sol. ¡Qué se le va a hacer!
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