domingo, 20 de febrero de 2011

Un comienzo

...póntelos ya....

La voz sonó amable, casi solícita, pero la mirada no dejaba lugar a dudas. Lentamente, se quitó el zapato plano, y comenzó a calzarse esos dos tacones infinitos, a los que parecía haberles nacido una pequeña base para alojar los pies.

Hacían juego con su atuendo negro....medias de gasa, vestido vaporoso, un breve corpiño, el pelo oscuro, cayendo sobre los hombros hasta el pecho desafiantemente levantado, los labios rojos, los ojos húmedos. Unos ojos que ahora estaban casi a la altura de aquellos que continuaban ordenando en silencio. Para completar el atuendo, una cinta ancha de raso, también negra, dio varias vueltas sobre su cabeza, dejandola en la más absoluta oscuridad.

Una mano la asió con firmeza y suavidad de su brazo, al tiempo que otra se apoyaba en su cintura y la guiaba por el estrecho paso. Al llegar a la pared, le hizo levantar las manos y apoyarlas en ella a ambos lados de su cabeza. La mano que estaba en su brazo bajo hasta su vientre, y le hizo sacar las caderas hacia atrás, al tiempo que su torso se inclinaba ligeramente hacia adelante. La mano de su espalda se metio bajo el vestido, y llegando hasta su monte de venus por entre sus piernas, lo asió con fuerza y tiró de el hacia atrás, fijando su cuerpo en la postura que el deseaba.

.....abre las piernas.......

Era difícil mantener el equilibrio y la posición sobre el suelo de tarima, pero puso todo su empeño. Comenzaron a pasar los segundos, lentos, eternos, mientras oía ruidos que creía reconocer, y otros que no. Oyó como se acercaba de nuevo, y sintió algo suave y fino enrollarse a su muñeca. Al tiempo, su vestido subió por la espalda hasta su cintura, dejando al descubierto unas nalgas duras, rotundas y firmes, enmarcadas por una ropa interior elegante y tentadora. Una mano acarició los muslos, mientras reconocía el tacto de la caña de la fusta acariciar su entrepierna, dibujando lentamente el contorno de sus labios ocultos.Poco a poco, aumentaba la presión, e invitablmente, su excitación.

Volvio a oir como es alejaba, y los segundos se convirtieron en minutos. Largos, pesados, densos. Insufriblemente eternos. El sonido metálico que de vez en cuando llegaba a sus oídos, hacía dispararse su imaginación.

Algo pasó por debajo de su nariz. Sí, su olfato reconció el olor de las cuerdas. Ese aroma que le volvía loca, que le anunciaba la posibilidad de disfrutar de su actividad favorita. La soga bajo, recorrriendo todo su cuerpo. Recibió unos leves azotes, y después descendió y se situo bajo su sexo; tirando de el hacia arriba; por fin se enrolló alrededor de su pecho, por debajo de sus excitados pezones, los cuales crecían al sentr como aumentaba la presión al tiempo que se sentía suspendida por el tronco....la humedad iba en aumento y los suspiros se convirtieron en jadeos..

De pronto, cesó la fuerza que tiraba de ella, pero la cuerda quedo encajada bajo sus tetas. Volvieron a pasar segundos estirados, nuevos ruidos llegaron a sus oidos, y otra vez, los pasos se acercaban. Apenas iban 20 minutos, y ya la tarde se estaba haciendo muy larga. Y tan sólo acababa de comenzar.........