miércoles, 26 de marzo de 2014

Miénteme


Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas.
Johnny: ¡No te vayas!
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo agradable.
Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga?
Johnny: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
Vienna: Te he esperado todos estos años.
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto.
Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.
Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.
Johnny: Gracias (bebe). Muchas gracias.



Decididamente, debo ser más raro de lo que creo, e incluso de lo que me dicen. La mediocridad no es molesta de por sí. Tiene que existir. Lo verdaderamente odioso aparece cuando se alardea de ella. Aunque sea inconscientemente.

Sí, creo que cada día es más común que los sentidos se conecten con la boca sin pasar por el cerebro. En tiempos existía una conciencia de pudor que evitaba hacer el ridículo a la primera. Se le puede permitir a los niños. A los adultos, no. Incluso a aquellos que viven como críos porque son incapaces de hacerlo de otra manera.





Vi esta película de niño. Por supuesto, no entendía toda la carga que lleva, y menos aún que a los mayores, sobre todo a las mujeres, les llegara a emocionar tanto. Aún así, se me quedo grabada la escena del "miénteme". Me parecía hermosa. Y aún hoy, tras cada visionado de la misma, me lo sigue pareciendo tanto como el primer día. Hay muchas miradas hipnóticas en la historia del cine. Para mi, las de la imagen son una de las cumbres. Incluso sin el diálogo.

Gracias; muchas gracias.

lunes, 24 de marzo de 2014

El día del juicio

Ayer tuve una tarde-noche graciosa. En un breve intervalo de tiempo, dos individuos que no me conocían de nada tardaron breves segundos, apenas tras el intercambio de ocho o diez frases, en lanzarse a juzgarme a mi  por  alguno de mis actos. No se por extraño misterio ambas señoritas decidieron casi al unísono que podían permitirse hacerlo. El fundamento de una de ellas era una generalización típica, del tipo "si es que todos buscaís....". Así, de golpe, supo que busco, el qué busco y por qué. Asombroso. Supuse en mi fuero interno que lo único que de verdad estaba haciendo era dar rienda suelta a las marcas derivadas de su propia experiencia, y que me usaba como reflejo de ella. Me llamó la atención porque se acercó a mi a causa de una foto explícita con una escena de humillación femenina en un foro donde no es muy común tanta claridad. Aunque también es cierto que en ese lugar abundan los espíritus inconsistentes y aburridos.

La otra juez, sin embargo, tenía otras fuentes para argumentar y dictar sentencia. En esta ocasión, se basaba en conocer a una persona con la que mantuve relación y directamente elucubrar (espero que fueran sólo elucubraciones, naturalmente) sobre mi capacidad y comportamiento hacia esa persona. Eso sí, actos censurables sólo en un sentido,  sin pararse a considerar que lo que estaba juzgando se compone de tráfico en ambas direcciones. Cuando le indiqué que ese terreno no era asunto suyo, muy cortesmente me invitó a despedirme. Lástima que toda esa consideración brillase por su ausencia al abordar algo que no le correspondía en modo alguno.

Así que así andamos, con cualquiera juzgando a cualquiera sin fundamento ni base. Sólo a base de tripas.

Leo en un periódico una entrevista hecha a Adolfo Suarez en el año 80 y que no se llegó a publicar entonces porque sus asesores la encontraban inconveniente por demasiado sincera. Uno de sus párrafos dice así:

"“En España está ocurriendo un fenómeno muy grave: las cosas entran por el oído, se expulsan por la boca y no pasan nunca por el cerebro… casi nunca pasan por la reflexión previa”, lamentaba. “Pero es un hecho que está ahí; que sucede. Y luchar contra ello es muy difícil… Yo he intentado combatirlo muchas veces… ¡Y así me va!"

Lo suscribo en cada una de sus letras. Y al que no le guste, ya sabe lo que tiene que hacer.

PD: Por supuesto, esta entrada trata de esos juicios gratuitos que se emiten con inusitado desahogo. No se debe confundir con una justificación o falta de ella de mis actos. Simplemente, del mismo modo que no juzgo, no admito que me juzguen. Eso no quita para que cada cual tenga su juicio. Que son dos cosas diferentes, naturalmente.

viernes, 21 de marzo de 2014

Una de Harrison, y otra de ideas

Aquí mismo va bien


Y aunque me repita a veces, esto también. Igual resulta que voy a tener coherencia en algo.


Y una versión que cuanto más escucho más me gusta. Y mira que la descubrí en un momento realmente malo. Quizá sea cierto que al final sólo permanecen los buenos momentos.


Puede que comience a enterarme de algunas cosas. Qué pena de aquellos que están convencidos de que la curiosidad con los años se atenúa. Es posible que sea cómodo permitir que pase.

¿Será que sufro el efecto de la primavera?


Una propina, por asociación de ideas.

Y hablando de ideas, un flash de ayer





Y lo que me sugiere. Igual me saca del retiro, y todo. Por cierto, primavera, retiro y cuerdas traen otras ideas. Pero eso queda para otro post. Quizá mañana.


jueves, 20 de marzo de 2014

Oh, cielos

Oh, cielos


cielos, ohhh


alabado sea el cielo


acercándose paso a paso


martes, 18 de marzo de 2014

El éxtasis (o el éxito)

"Uno tiene que ser sensato y actuar de acuerdo a sus conocimientos, creencias y capacidad. Cuando uno empieza a ir contra sus principios porque lo que quiere es que alguien te prometa el éxito no hay manera de analizar nada."

No es cuestión de frío o calor, de esencias o implicación, de emoción o visceralidad. Es simplemente el sentido común necesario para andar por los bordes de un precipicio, para poder disfrutar de la descarga de adrenalina que supone cruzar el alambre entre dos edificios, y poder volver al centro tras una excursión por el vértigo de las fronteras, aquellas que se han de pisar pero en las que no se puede vivir.

Ser sensato, equilibrado en medio de la tormenta. Aunque parezcas un ser helado.

lunes, 17 de marzo de 2014

La estupidez diferencial

"Pues el nacionalismo lingüístico es el más insidioso de todos los nacionalismos. Es un nacionalismo no ciudadano, fundado en los demonios del diferencialismo."

¡Qué ganas tenía de dar con una frase como esta!. Y lo bien que lo expresa y define.

La diferencia se tiene, se disfruta y se vive. No se impone. 

viernes, 14 de marzo de 2014

Inútil-es

Una cosa es quedar aparte y otra retirarse. El epílogo cierra sobre todo un modo de entender ciertos aspectos de la actividad que motivó en su día este blog. Pero no renuncio a expresar en mi espacio las sensaciones que me producen lugares que fueron señalados para mi. Aunque ahora su trivilización los haga cada vez menos atractivos, no siendo casualidad que vayan desapareciendo poco a poco los espíritus más sensibles. Y lo último que he leido en dicho lugar ha actuado a modo de deja-vu. Si se deja que las ordinarias y los simples se enseñoreen, la mediocridad mata cualquier atisbo de estilo. Pese a honrosas excepciones. Y como veo que este lugar sigue teniendo público pese al cierre (sorprendente pero cierto) y a que su sucesor goza de buena salud, pues, ¿por qué no?


Leí en un post, hace ya unos cuantos años, titulado "¿Para qué sirve una sumisa?"

Ya entonces me gustaba expresar las asociaciones de ideas que improvisadamente me surgían ante cualquier estímulo que recibiera, y en esa onda, contesté así:

Mas pra que?
Pra que tanto céu?
Pra que tanto mar? Pra que?
De que serve esta onda que quebra?
E o vento da tarde? De que serve a tarde?
Inútil paisagem

(¿Para qué?
¿Para qué el cielo?
¿Para qué el mar? ¿Para qué?
¿De qué sirve la ola que rompe?
¿Y el viento de la tarde? ¿Y de qué sirve la tarde?
Paisaje inútil)

Me respondió la "señorita" que se hacía la pregunta, toda digna ella, en estos términos:

"¿Me estás llamando inútil?"

Desvirgado por partida doble con una frase. Era mi primera participación en el foro (ya no hice muchas más), en un lugar donde creí que la norma era cierta sensibilidad de espíritu y apertura de mente por encima de lo corriente. Pero a la primera, agua. Un ladrillo. Me dediqué a observar, y vi que de sensibilidad especial y espíritus diferentes, poco o nada. En general, la misma mezquindad corriente, los mismos modos pretenciosos en quienes alcanzaban cierta notoriedad, camarillas, envidias, y en general, salvo honrosas y discretas excepciones, afán de protagonismo y mediocridad absoluta.

Y yo que creí que llegaba a un sitio especial, abierto y de franca camaradería, y sobre todo, tolerante y sin juicios. Que enarbolaba las siglas que me parecían casi esotéricas, BDSM. Y me encuentro con una intolerancia incomprensible y una disposición general enfermiza por enjuiciar a cualquiera que se pusiera a tiro.

Pues sí, doblemente desvirgado.

Hoy veo como se lincha públicamente a un personaje que muestra sus sensaciones (repito sen-sa-cio-nes) en un post en el que las formas no son adecuadas, pero el mensaje es claro y sencillo. Abre la ronda de respuestas alguien que en varias entradas se autodenomina simple (que dictadura la de los simples incontinentes en este lugar) y ya es todo cuesta abajo. Interpretado bajo la óptica de la simple (calificativo usado siendo muy muy generoso), y jaleado en masa. Y es cierto que la aportación ofrece varias lecturas, pero se toma la simple de la simple. En una conversación de bar, puede que sea aceptable (aunque nadie expondría de ese modo sus inquietudes en un bar) pero en un lugar especial se supone cierta capacidad de ver más allá. Pero no. Para colmo y mayor escarnio, conocidos impresentables, famosos por tener un ego tan sólo comparable a su estupidez, se suben al carro a tirar la primera docena de piedras. Y luego, la sentencia de recien llegados sentando cátedra con el único poso de ser tipos prolíficos y simpáticos.

Y el caso es que no da cuenta de ninguna barbaridad tangible, y si de ciertos razonamientos que he visto expresados a lo largo de estos años (de un modo más sutil, razonado y comedido, es cierto, pero los mismos) por alguno de los individuos que anatematizan, y por otros que les precedieron en la función de oráculos y guardianes de la esencia del bdsm. Pero ya se sabe que no es lo mismo ser gracioso que caer en gracia. Lo último que pretende la turba es que el personaje se disculpe. Hay que joderse.

En fin, que años después, sigue habiendo muchos que sólo ven agua en el mar, y nubes en el cielo. Y claro, como para explicarle a un ciego los colores. La pena es que no sean también mudos. Pero no se puede tener todo ¿verdad?