sábado, 26 de noviembre de 2011

"Tríología" del jengibre (esta vez)

Volvimos al japones, unos días después. Ocupamos la misma mesa en los mismos sitios, y pedimos la comida. Allí estaba la japonesa de disposición sumisa y sensual. Entre todo ello, shusi, que naturalmente.....traía el jengibre de rigor.

Esta vez era más normal, no tan fuerte, y tras ponerselo en lugar adecuado, los ojos permacieron en sus órbitas. Un leve calor......y poco más.

Esta vez, no hubo juegos durante la comida, excepto los dialécticos de costumbre. Es divertido, el tira y afloja, las emboscadas sutiles, verbales, intercambio de miradas, dobles sentidos....

Esta vez nos vamos ya, toca trabajar por la tarde. Aún lleva sobre su clítoris la fina hoja rosada, y hoy no tiene prisa por quitárselo. Ya en el coche, le digo que lo saque.

Esta vez se niega......adelanta lo que le voy a ordenar. Así es, se lo debe comer, y ....no; nervios, excusas, parloteo, risa nerviosa, ni de coña....y de repente abre la ventana y lo tira.

Esta vez a mi se me cambió la cara, y a ella, al verme, también.

- ¡ Te vas a enterar! (por esta vez)

-Hay, dios santo, que no , pero como me voy a comer eso, que no, ayyyyyy ¡que cara! no, de verdad, no querrías que lo hiciera, por favor ¡ya me tienes nerviosa! .......

Esta vez no le dije que se callara y siguió la retahila un rato, como una niña cogida en falta, y antes de llegar a nuestro destino, giro por una calle que desemboca en un espacio tranquilo sin gente.

-¿Donde vas? Es tarde, no, ¡de verdad!...

Paro, en un lugar recogido. Miro con fijeza, intensa y duramente.

Esta vez no me mira, no juega a aguantar la mirada. Llevo la mano a su pecho. Sonrie, pues lleva un sujetador blindado. Escurro la mano por debajo, hasta encontrar el pezón. Piel con piel.

Esta vez, agarro con fuerza (como otras veces), y tiro, y trato de obligarla a que pida perdón.

Esta vez, sin embargo, aguanta el dolor. Y me desafía, y permanece firme. Su voz tiembla, pero su decisión no. Se que el pezón duele (y dolerá un par de días), pero permanece entera, rebelde.....incluso cuando la beso manteniendo la presión no cede....se lo que está aguantando....y cómo....

Esta vez, dejo de tirar....se relaja, y viene a sus ojos un brillo que los ilumina.

- Estaba muy seco para comérselo, y era un asco.......

Esta vez, como tantas otras veces, es un inmenso placer disponer de semejante carácter para modelar y domar. Una lástima, tener que ir a trabajar....aunque iremos.....por esta vez.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Espíritus triviales


Esta mañana, hojeando perfiles en una pagina de contactos en la que me encuentro dado de alta, vi que un individuo había puesto como avatar una imagen del Che Guevara.

No soy dogmático, cada vez tengo menos convicciones inamovibles (que no firmes), pero no pude dejar de sentir rechazo. Rechazo por la absoluta inconveniencia y la falta de conciencia que para mi revela tan estúpida elección. Para remate, la foto estaba etiquetada con este texto

"No mataron un Hombre, Dieron Vida a una Leyenda
Hasta la victoria Siempre"


Le dejé este mensaje

"Un hombre austero, capaz, espejo de la voluntad firme y ejemplo de confianza en si mismo.

No es un imagen adecuada para un entorno basado en la complacencia, el hedonismo y hasta cierto punto, en las debilidades del carácter.

Esta leyenda tiene otros entornos, y la elección no puede ser más desafortunada.

Pero supongo que vivimos unos tiempos de trivialización desalmada e infantilización desmedida. Y eso no hay mito que lo aguante. Menos mal que siempre quedará saldo en el móvil y crédito en la tarjeta.........

¿siempre......?"

Cada vez estoy más seguro de que se nos termina el saldo; y puede que ya sea demasiado tarde.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Penitente jengibre

Es la resaca...o el exceso de la cena....sí, demasiado copiosa. Parece que aún no me he despartado. ¿O será que todavía no he dormido?

Espeso, muy espeso. Sin reflejos. Me tomo un té para desayunar. Me apetece una galleta, coño, tostadas y churros hay todos los que quiera, pero una galleta.....sí, un día espeso.

Encima, ahora me dice que mañana por la tarde probablemente tenga que trabajar. Joder, podría ser hoy, que no estoy para nada. Si al menos la mañana fuera pasajera.

Y no....la mañana tampoco ofrece galletas. Quedaré para comer, a ver si me relajo un rato. Uffff, otra vez despistado. Lleva 20 minutos esperando, y yo no se en que pienso; claro que pensar, lo que se dice pensar. Uhmmmm, ahí esta. Sí, trae el abrigo ese que le sienta tan bien, sobre todo cuando no lleva nada debajo. Aunque, ¿de que me sorprendo? Esta mañana lo llevaba también...no, si es que hay días.

Quiero comer algo ligero. Tampoco ella tiene hambre. Y se acuerda de un japones. Sí, no estaría mal. Vamos allá.

Y no está mal, agradable, reservado, servicio muy amable. No se si es la sumisa dulzura de la mujer que nos atiende, su belleza oriental o que empiezo a espabilar. Una idea va tomando cuerpo....bueno, idea....sensación, quizá. Pedimos, vamos comiendo. Los palillos son finos, laqueados, perfectos para ciertos juegos. Le muestro sobre su lengua como fijarlos, y le doy pinceladas de como se usan para cerrar los labios...cualquier labio. Nos traen fruta cortada, y los deja resbalar sobre el mango, cortado de una forma que recuerda...sí, de nuevo los labios. Frota la fruta con premeditada delicadeza, y, a pesar de la espesura....esa sonrisa.....

Viene el sushi, con el jengibre, naturalmente. Lo pruebo....esta fuerte, inusualmente fuerte. La sonrisa se acentúa...sí, ya se...la vez anterior en otro japonés, le hice envolver con el jengibre su clítoris (bueno, le hice....se lo sugerí y fue corriendo a hacerlo), y lo tuvo puesto toda la comida, sin sentir apenas un leve calor. Pero no es este jengibre.

Le invito a repetir experiencia, aunque le advierto lo concentrado que esta...pero no me escucha, ya está pensando en el juego. Dos minutos, y ya está de vuelta....y a los 30 segundos de volver a sentarse, se le salen los ojos de las órbitas....

¡quema!,

"jajajaja, ya te lo advertí"

-quiero quitármelo

"uhmmm, ¿como se piden las cosas?"

-por favor, Señor, ¿puedo quitármelo?

"cuando acabes el sushi"

Se retuerce, no para ni un segundo..hace ademán de irse al baño, pero no. Y se come una pieza de sushi. Es de huevas, se le caen algunas, acaba, me mira, miro al plato, pone la cabeza cerca, come las bolitas una a una, me mira, le digo que acabe la otra pieza, suplica....

"bueno, bien, pídemelo, pero bien"

-¿cómo?

"aquí, a mi lado , de rodillas"

-estás loco, estoy loca....

"vamos"

Se arrodilla, sigue retorciéndose....Por favor, Señor

"Ve"

Dos minutos más y está de vuelta....

-Sigue quemando....y me he lavado con agua

"Eso no se quita con agua. Y descruza la piernas, que ya se que te aliva"

-¿Cómo se pasa?

"Con tiempo, aunque si quieres, hay otro método"

-¿Cual?

"Mastúrbate...pero ha de ser ahora"

Me mira de nuevo, con fijeza....estas loco...y va

Dos minutos más y vuelve...sigue quemando, pero menos.

Trae otra cara...y yo ya he tomado una decisión. Salgo a cambiar el tiquet de la hora, y mientras, hago un par de llamadas. Sí, hay habitación.

Vuelvo, y le anuncio que paseremos la tarde juntos

-Estas loco...y yo más

Acabamos la comida, se quitó la parte de arriba de la ropa antes de salir del restaurante, y pedimos jengibre para llevar....pero el final de la tarde, será, es y esta siendo, otra historia.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Tarde de jueves

Un vestido rojo.

Ropa interior negra.

Esbelta, bella

Apenas se aprecian los nervios

La mirada es casi serena

Camino del cuarto encuentro; elementos cotidianos, senciones familiares.

Chocolate, cajero, periodistas inoportunos, el trago de la recepción (eso no lo supera, delata su pudor)

Arriba, temperatura ajustada, risas, juegos, cama, mesa, manos, mirada, travesura...envuelto en el vestido rojo.....

Sí, está cómoda, aún con la sombra de esos nervios. No se imagina lo que le espera. Permiso tácito para jugar un rato más, se pega, provoca, vuelve a reir.

Primera advertencia, no hay relajo; más risas, azotes, el vestido por las caderas.....sigue la risa, como una niña traviesa y pícara que anticipa lo que desea

Fusta en la boca, risa que retuerce .....zalamea, zorrea.....

Es el momento. Una mano agarra con fuerza del pelo, tira hacia arriba de su coleta, fuerza, dolor ...se pone de puntillas, quejas, mas dolor, burlona pero menos, y menos, y menos.....y mucho menos, cara a la pared, cuerpo sobre cuerpo con fuerza, y tirando del pelo....queja, dolor, y nota la firmeza, y el tono, desconocidos para ella; inmovil, quieta ....y la fusta vuelve a su boca, manos a la nuca, pero ya no hay risas.....y no se mueve......

Las nalgas blancas, al aire, cercando la tira negra que las separa....un gato, tambien negro, trae el rojo a la piel que observa, espera....silencio, quietud, y calma.

Cuenta

1
2
3
4

las tiras recorren la piel

5
6
7
8

nalga, muslo, interior, exterior

9
10
11
12

lenta, minuciosamente

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sobre el lado derecho, exclusivamente, aunque no lo sabe

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19
20
21

la voz se apaga, cada vez que se sobrepasa un número de aparente final

29
30
31

más queda la voz, inaudible apenas

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42
43

y llega el turno del lado izquierdo

44
45

.....sólo el izquierdo. Quizá suponga que está a la mitad

59
60
61

sigue la voz, apenas un susurro, contando

80
81
82
83

El negro trajo al rojo, pinceladas sobre el blanco.

Sigue el silencio, intenso. El rojo vestido cae. Negro por fuera, rojo por dentro, cambio de tercio. Cambio de postura, arrodillada, manos en la nuca, a los pies de su Dueño....porque ahora es Dueño, y por vez primera lo sabe y lo siente. Erguida, orgullosa, aguanta impertérrita el roce, piel con piel, mejilla contra mejilla. La boca que recorre su rostro, los labios que muerden sus labios, susurra, invita y no concede. La mano que abre los pliegues de otros labios y reciben la explosión de calor y humedad. Aura con aura

Sumisa...al fin

domingo, 6 de noviembre de 2011

Una tarde de domingo

Días antes había estrenado la prenda en cuestión. Entallada, adecuadamente ceñida, y con el largo necesario, al menos para perder la virginidad en estos menesteres. Cuando se lo vi puesto, retomé el plan que hace tiempo tenía en mente. Esperaba al momento adecuado, y por fin había llegado.

Aquella tarde, comimos, sin más. Bueno, la conversación se centró en ajustar pequeñas lagunas en su comportamiento, mientras iba evaluando el modo de pasar a la acción. Quizá crear un poco de ansiedad, estimular la necesidad....sí, era una buena opción. Así que entre confidencias y retoques, le fui adelantando lo que tenía previsto y ella iba a acometer. Apareció esa cara que conozco ya tan bien, y puse todo en marcha. Tenía que cumplir unos encargos, y uno de ellos sería la ocasión para hacer la primera prueba.

Hablamos al día siguiente, y le insté a cumplir ese asunto que tenía pendiente. Tan solo tenía que salir a la calle y comprar unas cuentas de madera, para elaborar cierto artitulugio que nos proporcionará instantes muy edificantes. Le ordené que fuera esa tarde a por ellas. Y debía vestir sólo la prenda recién estrenada. Bueno, podría calzarse, y ponerse unas medias también. Le mandé por sms la orden, y a la noche, la había cumplido. No fue muy explícita, pero le había gustado, sí. Sin duda. Como de costumbre, la curiosidad y la excitación vencieron a la vergüenza y la cautela. Quedaba lista para la prueba real.

Domingo, mediodía; le adelanto por sms de nuevo que hoy la recogeré, y que irá vestida igual que el viernes. Se lo tomó a broma, hasta que concreté la hora de la cita. De la broma, pasamos a fijar el encuentro. Y allí estaba puntualmente impuntual, incorregiblemente impuntual. Le sentaba bien su ropa, y la sonrisa mezcla de excitación y nerviosismo que se le pone. Venía paseando por la calle, con las medias, los zapatos, un sostén y el abrigo. Nada más. Subió en el coche, y la llevé a un parque. Le anuncio que vamos a un lugar que me gusta especialmente para dar azotes al aire libre. Me encanta la expresión que toma su cara en esos momentos, y todo su lenguaje corporal. Sabía que se negaría, y así lo hizo. Y le ofrecí un trato. Debería salir del coche, caminar hasta el banco que había a 20 metros, y allí, abrir su abrigo y volver así hasta mi. El no fue más tenue.....y nos acercamos a un lugar más apartado. Allí, le dije que se abriera el abrigo y se bajara del coche. Un no pero sí fue la respuesta, un estás loco y yo más.... Así que me bajé y le abrí la puerta. Ya lo llevaba desabrochado, y mostraba el contraste de su piel blanca con el negro de la lencería, y el color de su vello púbico. Estaba jugando...baja un pie, otro, abre las piernas, el abrigo, lo cierra, se mete dentro, se niega....hasta que le digo que salga. Lo hace y se pone de pie, abrigo desbrochado, junto a mi. Y le ordeno que me bese. Lo hace, mientras mi mano baja hasta su sexo y comienzo a acariciarlo. Noto como crece la humedad, y los suspiros se convierten en jadeos......

Está alli, de pie, desnuda bajo el abrigo, besando a su Dueño, y expuesta ante quien sepa ver lo que ocurre.

Es la primera vez....y no será la última.