lunes, 30 de octubre de 2023

El control por siempre jamás

 

"La sucesión de latigazos estallando sobre su cuerpo tendido la llevaron al borde de la explosión. Los azotes bastan para arrancarle el placer, por mucho que trate de evitarlo. Allí, sobre el potro de tortura, con las tetas fuertemente atadas, con esa tensión que acaba de descubrir y que les da ese tono violáceo casi estremecedor, apoyada sobre ellas en la superficie de cuero acolchado, lo que no hacía más cómoda la situación, pero sí mucho más estimulante. La cadena que une las pinzas que martirizan sus ahora ultrasensibles pezones no le ayudan precisamente en su intento de mantener a raya la ola de placer que amenaza con desbordarla. Y aunque lleva puestas las retenciones en sus cuatro extremidades, no hace falta fijarlas en los puntos que le impedirían todo movimiento, pues hace tiempo que sus dedos crispados están lívidos debido a la fuerza con que se agarran a la estructura que la sostiene.

Y si siente que se le va el hilo, solo tiene que girar la cabeza a la derecha, y contemplarse en el espejo: las piernas tensas, hacen brillar el nylon negro que hace que resalte la blancura de la piel, rota solo en aquellas zonas en las que el rojo es testigo de la piel castigada. Y puede ver como es violada por todos sus agujeros, convertida en un perfecto objeto de placer y dolor. Aún así, aguanta, y mantiene lo que cree que es algo de control sobre la situación...."

Me gusta el control.

Ejercerlo, hacerlo notar, inducirlo, crearlo, modularlo, tomarlo.
Me encanta. Sin duda, es lo que me tiene aún aquí.
Observar, identificar los puntos de acceso, elaborar una estrategia de aproximación, crear la necesidad de sentirlo, inducir el deseo, alentar la consumación, facilitar que fluya naturalmente.....uhmmm, sí, es delicioso.

Y sobre todo, disfruto llevando al receptor a terrenos donde jamás pensó que podían ser un espacio de cesión y rendición. Ampliar sus horizontes de tal manera que perciba que no habrá ámbito ni lugar en el que pueda abstraerse del influjo que le lleva a aceptar su inevitable destino.

".......Ella se tiene principalmente por masoquista. Desde esa plataforma, acaba llegando con el tiempo a ceder todo control, una vez que la aproximación personal le permitió ver que el carácter al que se enfrenta posee los atributos que le llevan a reconocer que está en la esfera adecuada de complicidad, seguridad, confianza y autoridad para dejar fluir su ser. Pero no deja de tener un punto de voluntad en su mano.

Está convencida de que podrá soportar la creciente intensidad sin ceder a la necesidad de llegar al clímax. No, no llegará a no ser que tenga permiso expreso para ello. Salvo que reciba la orden, no se dejará ir, así caigan mil azotes más, entre en su sexo el intruso mil veces más, las bolas de su ano sigan aumentando en volumen y profundidad, el sabor de su polla en la boca le inunde el paladar.....no, no cederá.

Tiene asimilada la situación, y sufre y disfruta a la vez. Así, cuando siente el tirón del pelo que le obliga a levantar la cabeza en un escorzo inverosímil, casi sonríe, lo estaba esperando. Lo que no adivinó a imaginar fueron Sus labios pegándose a los suyos. Su Lengua entrando, primero juguetonamente, haciéndola jadear, y después con violencia, haciéndola temblar. Y cuando sintió el mordisco en los labios, no pudo más, y explotó en un gemido brutal y ahogado, que empapó su muslos medias abajo hasta el suelo.

Y entonces supo que nunca, en ningún instante, había tenido el control. Y que probablemente, no lo volvería a tener jamás."

domingo, 29 de octubre de 2023

El norte está lleno de frío

 

El frío viene de la mano de la oscuridad. La humedad ominosa que corrompe el espíritu más virtuoso y el carácter más templado.

El norte está lleno de frío.

domingo, 8 de octubre de 2023

Patetismo interesado

 

Los leo por doquier. En individuos de todo tipo, condición, edad y credo. La mayoría, es cierto, seguidores de las nuevas confesiones supuestamente laicas que la religión oficial ha dejado de la mano de los dioses del sentimiento ilustrado.

En el aparente caos de nuevas drogas para los seres que necesitan creer, hay un hilo conductor, supongo que común a todos los caracteres afines a la religiosidad como elemento vital, sea esta cual sea: la dejación de la responsabilidad.

Responsabilidad de todo tipo: con uno mismo, con el prójimo, con lo social, con los actos, con el pensamiento, con la moral....siempre hay un mantra para descabalgarla de los propios hombros. Y así, el rasgo diferencial del individuo se difumina cada vez más en un proceloso marasmo de responsabilidades dejadas y degradación constante. En vez de elevar espíritu, pensamiento y ser, se baja continuamente el listón, pues sin carácter para ser responsable no es posible afrontar con solidez las dificultades.

Pero siempre habrá un mantra neoreligioso que sirva para aliviar la conciencia de no afrontar lo que se debe y descargar culpas en cualquier elemento ajeno.

Patético, sí. Y cada vez más común.