Pero en esta ocasión, la frase no es resultado de un deseo de epatar y
captar la mirada a cualquier precio. No. En esta ocasión, es
consecuencia de la sensación percibida ante la recepeción de una imagen
para reforzar un mensaje. Un pretencioso mensaje, que hablaba de
entrega, posesión, deseo. Un mensaje que sin embargo, está absolutamente
desmentido por los hechos, la conducta, el carácter y la disposición
mostradas.
Hace tiempo que la estética se usa como parte del ardid que conforma
los mecanismos de la publicidad. El anuncio de Jacq's, el sexo ligado a
los automóviles, a los perfumes, incluso al chocolate, buscan, como
buscó siempre, y con fórmulas más estudiadas desde las propagandas de
las dos guerras mundiales, la ligazón del deseo íntimo con el
superficial de un producto determinado. Los 80 trajeron la sublimación
del imagen, y de ahí usar cualquier símbolo para vender, poco faltó.
Tanto que hoy en día ha calado en la vida cotidiana, tanto que falacias
como el uso de la palabra libertad en manos de quien precisamente más la
coarta (ser libre es conocer todas las opciones para elegir, pero se
pierden los fundamentos) se ven como algo natural, y sin que haya una
revuelta.
Así que recibir una imagen profanando un símbolo para justificar una conducta injustificable no deja de ser una consecuencia de los tiempos.
Pero qué quieren que les diga, aún me quedan en la mente grados de verdadera libertad, y lo he cogido al vuelo. Como tantos otros sobornos, bajezas e inmoralidades que pululan por doquier en este zoco de sensibilidades corrompidas. Y no, por sensibilidad corrompida no me refiero precisamente a los amantes de las conductas y espíritus perversos y ánimos inconfesables. Esos, todavía, respetamos nuestros símbolos, y no nos vale cualquier cosa. Pero la corriente es imparable, y acabará por tragárselo todo.
Eso sí, corromper un símbolo no es camino de redención. Más bien lo es corregir la conducta con verdadero propósito de enmienda. Pero eso resulta tan difícil no ya de acometer, sino siquiera de asumir. Qué se le va a hacer.