Que yo sepa que no puedes, no, claro.
Que tú creas que sabes que no puedes, sí.
Que tú creas que sabes que no puedes, sí.
Con una calma casi desconcertante.
Estoy yendo mucho más allá de lo que nunca fui.
Se dan las circunstancias adecuadas, y puedo fluir sin trabas.
Es sencillo. Prima la posesión sobre cualquier otra cosa.
Y voy hacia ese punto donde todo....todo....es posible.
A ese momento donde quedan atrás miedos.
Y límites, esos iniciales que define la propia experiencia, la imaginación o el deseo.
He llegado en el pasado a ese punto, pero nunca pude ir más allá.
Ahora puedo.
Sé que debo y que no debo hacer.
Y ella sabe que lo sé.