jueves, 22 de diciembre de 2011

boca del infierno, puerta del cielo

tres miercoles de diciembre; tres encuentros.

Busco un lugar diferente. Diciembre es un buen mes para experimentar, los hoteles ofertan estancias muy asequibles, y de ese modo es posible abrir el abanico y evitar la rutina. El día anterior, pasamos por la puerta de uno que ofrecía un aspecto singular, y me decidí por éste.

Nos acercamos, y mientras hago la entrada, se dedica a curiosear el local. Antes, dentro de las charla que solemos mantener de camino (donde me encanta jugar con los nervios que la situación le produce), me confesó que no llevaba bragas. Durante el breve paseo desde el aparcamiento a la recepción, pude comprobar que era así.

Subimos, y nos instalamos. La habitación es curiosa, y tiene unas camas con aspecto muy cómodo. Se tumba en una de ellas, con las piernas al borde, apoyadas sobre el suelo. Las abre levemente y se levanta distraidamente la falda, dejando al descubierto un muslo blanco, suave. La tela queda al hilo del pubis, captando mi atención. Dejo de colocar las cuerdas, que era lo que tenía en mente usar, y tomo uno de los gatos. El más suave y ligero. Me acerco a ella y con firmeza, incluso cierta brusquedad, tomo sus manos y se las pongo sobre la cabeza, y del mismo modo separo sus piernas. Entonces, acaricio la piel desnuda con las tiras de cuero, mientras levanto lentamente la falda, descubriendo paulatinamente toda la zona que resalta la ausencia de ropa interior. Cada milímetro que queda expuesto es inmediatamente surcado por el fino invasor que la recorre, y que comienza a sacarle los primeros suspiros. Le privo de la visión, de modo que concentre sus sentidos en lo que ocurre bajo su vientre. Sus manos agarran con fuerza las sábanas, con movimientos cada vez más tensos.

Las caricias del gato van intercalando algunos azotes, y extrayendo suspiros, jadeos, gemidos. La tensión de sus piernas indica el efecto que va causando cada golpeo, y comienzo a alternar las atenciones sobre su clitoris; ahora un dedo que estimula, ahora un leve trallazo que duele, otro dedo que entra en la vagina....la humedad crece y la subida y bajada constante que la acerca y aleja del cada vez más deseado clímax es un tormento que la va enloqueciendo poco a poco. Suplica, pide, gime.....y ocurre. Ante una tanda de azotes, su sexo, su cadera, toda ella, en vez de rehuir el contacto.....se ofrece, se abre, se levanta, lo busca....va al encuentro de látigo. Cambio de instrumento, y tomo uno más tupido, de cola más larga y cuerdas más finas. El efecto es el mismo, aumentando la intensidad.....vuelve a suplicar llegar una y otra vez, acabar con la tortura, pero las piernas ya no se cierran, sea lo que sea que ocurre entre ellas.

Algo que era casi impensable apenas un mes atrás....antes de comenzar el fascinante periplo por los miercoles de diciembre.

Y ahora, llega enero

martes, 20 de diciembre de 2011

dos veces más 5 minutos

5 minutos

La tarde es fría, aunque no desapacible. El invierno asoma cada día con más decisión, difuminando lentamente los jirones que van quedando del otoño. El sol ya se ha puesto hace rato, y tras recogerla a la salida de su trabajo, vamos a tomar un té.

Probamos un lugar nuevo. Una cafetería amplia, grande, con sillones de cuero pareados, una barra inmensa y cómoda con taburetes fijados en el suelo, una plancha generosa....vestigio ya de otra época, cuando se creaban locales como Dios manda, pensando tanto en la comodidad del cliente como en el número de cafés a servir.

Los camareros parecen sin embargo desagradablemente actuales, uno con gesto poco amistoso y otro enfrascado con un dispositivo móvil. Pedimos antes de sentarnos, y nos dejan las consumiciones en el mostrador. Estoy hojeando los periódicos, mientras ella toma su infusión y su tostada y se acomoda en la mesa. Y entonces, me desafía; me dice que no me va a llevar mi té, que habré de hacerlo yo. Lo hace de modo que todo el local se da cuenta. Miro de soslayo, y no digo nada. Acabo de leer el periódico, mientras ella sigue preparando su merienda.

Una vez acabada la lectura, me encamino hacia donde se encuentra sentada, me acomodo, y le ordeno que cumpla con su obligación de servirme. Se queja, se resiste, protesta......ya todos los presentes están pendientes de la escena. Y finalmente, se levanta y va a por la taza y la tetera. El camarero del teléfono pregunta si quiere algo, y cuando le ve tomar la vajilla, se ofrece a llevarlo (a buenas horas). Ella masculla unas palabras que no recuerdo, mientras vuelve con mi servicio. Sigue retahilando, y continúa con su tarea, preparando el limón, el azucar, sirviendo el te y dejándolo listo para tomar. Mientras trataba de negarse, le había dicho que de no haber cumplido, la habría azotado sobre la mesa. No se si me creyó. Pero supongo que estimó oportuno no comprobarlo.


otros 5 minutos

Seguimos sentados, aunque hace tiempo que habíamos terminado de tomar lo que pedimos. Hablando, de temas diversos, aunque flota en el ambiente el episodio anterior. De pronto, siento algo. Miró a sus ojos, y lo detecta, intuye (no, lo sabe) que ese algo va a pasar. Encuentro una vía a su interior, una invitación irresistible a traspasar su muro de protección. Sí, eso es, absolutamente irresistible. Entro despacio, con premeditada lentitud. Se agita inquieta, se sienta de lado, no es capaz de mirarme. Tiene frío. No es así, tiene la piel de gallina. Sin haberla mirado, se lo digo. Levanta la manga, baja la cabeza y me dice que no, con la voz callada. Se encuentra con mi mirada, se acurruca sobre si misma mientras musita "¿Eres un brujo o qué?".

Siente, emociones intensas, similares a las que experimenta cuando mis manos la recorren mientras se abandona a mi merced.....pero esta vez no hay contacto. Le extraña perder el control de esa forma, le sorprende....le asusta. Le pregunto con toda la intención si sabe quien soy. No contesta, no puede, no quiere; pero si sabe. Y ese silencio es la mejor de las respuestas.

Han sido 5 minutos de nuevo. Otros 5. Pero no 5 minutos más.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Dos veces 5 minutos

Primera vez

La cita es donde costumbre. Viene elegante, guapa, atractiva. Vestido negro, camisa burdeos y collar de perlas. El pelo y la mirada de siempre, los nervios habituales.

Juego a levantarle el vestido, ver su ropa interior, acariciarle, por encima, por los lados, por debajo. Juego, sí, con su sexo; se excita, se tensa, disfruta, gime. El vestido enrollado a la cintura, las medias, sus piernas, las bragas……humedad y calor. Frota su vagina contra mi mano, con el pudor justo para poder disfrutarlo.

Tras los prolegómenos, la llevo ante el espejo. La falda, aún subida, muestra sus piernas, su pubis, sus caderas. Sigue frotándose contra mi dedo. En ese momento, le agarro del pelo, y le obligo a mirarse en el espejo. Vería una zorra caliente, deseando placer, pegando su coño mojado y sediento, a través de la tela, a la mano que le procurará su deseo y su alivio. Me mira, pero no se mira, Al final, un vistazo fugaz le muestra su ser. Ese que sabe que lleva dentro y no quiere ver.




Segunda vez

Avanza la tarde. Pasó el momento del espejo, y se sucedieron escenas de sexo, mucho sexo, calmando ansias y deseos. Es el momento de irse. Tomo una cuerda, y practico sobre ella una atadura sobre el brazo. Queda bien, y continúo sobre el otro; quedan ambas extremidades inmóviles, fijas a su espalda. Dejo que el instinto me guíe, y la tumbo boca abajo sobre la cama. No puede moverse, y con mis rodillas, mantengo separadas sus piernas, y comienzo a acariciar su sexo. Gime, se excita, se retuerce…y acaba abandonándose. No es consciente de donde se encuentra, tan solo quiere más. A merced de la mano que la conduce desde su clítoris, como si fuera el elemento que permite controlar todo su ser. Pierde la noción del tiempo y del espacio, sólo existe la mano que la maneja y las sensaciones que percibe, en la oscuridad que le sume su cara enterrada sobre la cama.

Llega el éxtasis…..le doy la vuelta….y veo en su mirada perdida que no sabe dónde está. Han sido apenas 5 minutos, pero valen por las 3 horas de juegos anteriores.

Dos breves intervalos, que la han hecho aún más mía.

martes, 13 de diciembre de 2011

Cuero negro

Cuero negro,

látigo negro,

cuerdas negras,

metal frío, cera roja.


Mano blanca,

fusta negra,

mordaza negra,

sudario blanco, zapato alto, seda negra.


Pasión húmeda,

ansia trémula,

calor helado,

cuerpo usado, ojos vendados, mente virgen.......


Dolor blanco, piel roja, alma oscura, placer negro.

viernes, 9 de diciembre de 2011

3 días de Diciembre, sms's y un collar

8/12
Buenos días, catira

"Buenos días, mi amo r"

"No reserves porque......"

Te recogeré cuando acabes, llámame cuando estés lista

9/12
Buenos días, catira ¿cómo estás?

"Mejor, pero sólo un poco, sigo dolorida...no voy a poder cumplir con mis deberes maritales estos días!!!!"

"Estoy tomando café y he sido descortés....lo primero buenos, días y lo segundo ¿Qué tal lo pasaste anoche?

Muy bien, pero se me acabaron las pilas de repente, no se por qué.

"Jaja, yo sí que lo sé..a las doce ya dormía...todos dando vueltas por la casa o viendo una película y yo en la cama dormitando y sientiendo a mis cachorros metiendose y saliendo de mi cama. Hoy estoy guapa..¿Será por tí?. Jaja"

10/12
Buenos días, catira

"Buenos días, mi Señor"

martes, 6 de diciembre de 2011

Una tarde compartida

“¡Oh, el lunes tenía una cita, se me olvidó comentártelo!”, venía a decir el mensaje. Tenía orden de estar a disposición lunes y el miércoles. Ambas tardes, completas, y, como esperaba, apareció la excusa de rigor.

Una excusa insuficiente, pues me dio margen para responder algo así como:

“El lunes te recogeré tras tu cita, e irás vestida como un Amo espera que vaya su zorra”

Ese es el resumen de la conversación, que acabó más o menos con un desafío de los suyos, medio en broma, medio a ver qué pasa

“Mira como tiemblo, uuuh, uuuh”

“Temblarás”, fue mi respuesta.

El día anterior, la amiga de manolito, me comentó que estuvo en una tienda de artesanía de cuero dedicada a realizar productos BDSM. Por las indicaciones que me dio, ya lo conocía de antes, y a lo largo de la mañana fui dando forma a un encuentro especial. Sí, sin duda, iba a temblar.

Al mediodía recibo un mensaje, que me anuncia que su cita quedó pospuesta, y estaba desde ese momento a mi disposición. Hablamos por teléfono, y quedo en pasar a recogerla, sin aclarar detalle alguno de lo que se le avecinaba. Su imaginación hizo el resto.

Llevo un minuto esperando….y ¡sorpresa! es puntual…..insospechadamente puntual. Ha cumplido, y viene arrebatadora, (eso es habitual, ciertamente) y convenientemente vestida y cubierta con un abrigo, toda una señora. Sonríe….pero está nerviosa. No sabe a donde vamos ni que va a hacer. Tan sólo intuye, poderosamente, que en algún momento va a temblar.

Llegados a la zona de destino, aparcamos a 50 metros del local, en una calle muy concurrida. Doblamos la esquina, y el ambiente se calma, pero no se serena. Pasamos un sex-shop, que le hace gracia, pretende entrar. Le digo que podrá hacerlo después, si es que le quedan ganas. Y llegamos a la puerta. Se ven unos corsés, arneses, vestidos, gorras, todo ello de cuero y metal. Lo disimula como puede, pero le cambia la cara y el color.

“Yo ahí no entro”

“Nadie te ha pedido opinión, vamos, adentro” mientras la tomo del brazo y la conduzco al interior. En una vitrina hay collares posturales, rojos y negros, y en otra, instrumental médico para prácticas más avanzadas. Definitivamente, tiembla en su interior. Pregunto por los collares, y el dependiente me los muestra. Sí, hay uno negro, con tres anillas, tacto suave…perfecto, lo que andaba buscando. En la tienda entra y sale gente, ella está incómoda, pero aparento no hacerle caso, y me acerco con el collar.

“Levántate el pelo”

Duda, da un paso atrás, me dice que no…….pero sus ojos dicen que sí.

Lo paso por su nuca, se lo ciño y lo ajusto en su posición. Sí, es su collar.

“Me gusta más en rojo” Habla por fin.

No tengo inconveniente, y pregunto por collares rojos. Me dicen que no hay ninguno, pero que los hacen como lo pidamos, y que en un día lo entregan.

“Bien, pues entonces, rojo, mucho mejor” Dice ella

“Vale, no hay problema, lo encargo y mañana vienes a recogerlo”

“Oohh, no, negro está bien, muy bien” responde mientras sigue temblando.

Antes, mientras ella miraba unas minúsculas minifaldas estuve probando un gato de 22 colas, de cuero fino….una delicia, capaz de la caricia más suave y del mordisco más cruel. Aún siento en el antebrazo un leve picor mientras escribo estas líneas. Sí, también me lo llevo.

Por último, un vistazo a las mordazas….quedan para otro día, pues hay que pedirlas con un mayor diámetro de aro. Hoy, con que sepa para que sirven (“no tienes que llevar eso, estaré muy calladita cuando me lo ordenes”), es suficiente.

El collar va en la bolsa, y tras entrar en el sex-shop a que se compre un juguete (y de paso se relaje un poco), vamos a tomar un té a un lugar tranquilo.

Allí, se pone al cuello lo que es un nuevo símbolo de posesión, se mira en el espejo. Ya no tiembla. Antes bien, queda lista para el encuentro del miércoles y recibir ceremoniosamente su collar……pero eso, será mañana.

sábado, 26 de noviembre de 2011

"Tríología" del jengibre (esta vez)

Volvimos al japones, unos días después. Ocupamos la misma mesa en los mismos sitios, y pedimos la comida. Allí estaba la japonesa de disposición sumisa y sensual. Entre todo ello, shusi, que naturalmente.....traía el jengibre de rigor.

Esta vez era más normal, no tan fuerte, y tras ponerselo en lugar adecuado, los ojos permacieron en sus órbitas. Un leve calor......y poco más.

Esta vez, no hubo juegos durante la comida, excepto los dialécticos de costumbre. Es divertido, el tira y afloja, las emboscadas sutiles, verbales, intercambio de miradas, dobles sentidos....

Esta vez nos vamos ya, toca trabajar por la tarde. Aún lleva sobre su clítoris la fina hoja rosada, y hoy no tiene prisa por quitárselo. Ya en el coche, le digo que lo saque.

Esta vez se niega......adelanta lo que le voy a ordenar. Así es, se lo debe comer, y ....no; nervios, excusas, parloteo, risa nerviosa, ni de coña....y de repente abre la ventana y lo tira.

Esta vez a mi se me cambió la cara, y a ella, al verme, también.

- ¡ Te vas a enterar! (por esta vez)

-Hay, dios santo, que no , pero como me voy a comer eso, que no, ayyyyyy ¡que cara! no, de verdad, no querrías que lo hiciera, por favor ¡ya me tienes nerviosa! .......

Esta vez no le dije que se callara y siguió la retahila un rato, como una niña cogida en falta, y antes de llegar a nuestro destino, giro por una calle que desemboca en un espacio tranquilo sin gente.

-¿Donde vas? Es tarde, no, ¡de verdad!...

Paro, en un lugar recogido. Miro con fijeza, intensa y duramente.

Esta vez no me mira, no juega a aguantar la mirada. Llevo la mano a su pecho. Sonrie, pues lleva un sujetador blindado. Escurro la mano por debajo, hasta encontrar el pezón. Piel con piel.

Esta vez, agarro con fuerza (como otras veces), y tiro, y trato de obligarla a que pida perdón.

Esta vez, sin embargo, aguanta el dolor. Y me desafía, y permanece firme. Su voz tiembla, pero su decisión no. Se que el pezón duele (y dolerá un par de días), pero permanece entera, rebelde.....incluso cuando la beso manteniendo la presión no cede....se lo que está aguantando....y cómo....

Esta vez, dejo de tirar....se relaja, y viene a sus ojos un brillo que los ilumina.

- Estaba muy seco para comérselo, y era un asco.......

Esta vez, como tantas otras veces, es un inmenso placer disponer de semejante carácter para modelar y domar. Una lástima, tener que ir a trabajar....aunque iremos.....por esta vez.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Espíritus triviales


Esta mañana, hojeando perfiles en una pagina de contactos en la que me encuentro dado de alta, vi que un individuo había puesto como avatar una imagen del Che Guevara.

No soy dogmático, cada vez tengo menos convicciones inamovibles (que no firmes), pero no pude dejar de sentir rechazo. Rechazo por la absoluta inconveniencia y la falta de conciencia que para mi revela tan estúpida elección. Para remate, la foto estaba etiquetada con este texto

"No mataron un Hombre, Dieron Vida a una Leyenda
Hasta la victoria Siempre"


Le dejé este mensaje

"Un hombre austero, capaz, espejo de la voluntad firme y ejemplo de confianza en si mismo.

No es un imagen adecuada para un entorno basado en la complacencia, el hedonismo y hasta cierto punto, en las debilidades del carácter.

Esta leyenda tiene otros entornos, y la elección no puede ser más desafortunada.

Pero supongo que vivimos unos tiempos de trivialización desalmada e infantilización desmedida. Y eso no hay mito que lo aguante. Menos mal que siempre quedará saldo en el móvil y crédito en la tarjeta.........

¿siempre......?"

Cada vez estoy más seguro de que se nos termina el saldo; y puede que ya sea demasiado tarde.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Penitente jengibre

Es la resaca...o el exceso de la cena....sí, demasiado copiosa. Parece que aún no me he despartado. ¿O será que todavía no he dormido?

Espeso, muy espeso. Sin reflejos. Me tomo un té para desayunar. Me apetece una galleta, coño, tostadas y churros hay todos los que quiera, pero una galleta.....sí, un día espeso.

Encima, ahora me dice que mañana por la tarde probablemente tenga que trabajar. Joder, podría ser hoy, que no estoy para nada. Si al menos la mañana fuera pasajera.

Y no....la mañana tampoco ofrece galletas. Quedaré para comer, a ver si me relajo un rato. Uffff, otra vez despistado. Lleva 20 minutos esperando, y yo no se en que pienso; claro que pensar, lo que se dice pensar. Uhmmmm, ahí esta. Sí, trae el abrigo ese que le sienta tan bien, sobre todo cuando no lleva nada debajo. Aunque, ¿de que me sorprendo? Esta mañana lo llevaba también...no, si es que hay días.

Quiero comer algo ligero. Tampoco ella tiene hambre. Y se acuerda de un japones. Sí, no estaría mal. Vamos allá.

Y no está mal, agradable, reservado, servicio muy amable. No se si es la sumisa dulzura de la mujer que nos atiende, su belleza oriental o que empiezo a espabilar. Una idea va tomando cuerpo....bueno, idea....sensación, quizá. Pedimos, vamos comiendo. Los palillos son finos, laqueados, perfectos para ciertos juegos. Le muestro sobre su lengua como fijarlos, y le doy pinceladas de como se usan para cerrar los labios...cualquier labio. Nos traen fruta cortada, y los deja resbalar sobre el mango, cortado de una forma que recuerda...sí, de nuevo los labios. Frota la fruta con premeditada delicadeza, y, a pesar de la espesura....esa sonrisa.....

Viene el sushi, con el jengibre, naturalmente. Lo pruebo....esta fuerte, inusualmente fuerte. La sonrisa se acentúa...sí, ya se...la vez anterior en otro japonés, le hice envolver con el jengibre su clítoris (bueno, le hice....se lo sugerí y fue corriendo a hacerlo), y lo tuvo puesto toda la comida, sin sentir apenas un leve calor. Pero no es este jengibre.

Le invito a repetir experiencia, aunque le advierto lo concentrado que esta...pero no me escucha, ya está pensando en el juego. Dos minutos, y ya está de vuelta....y a los 30 segundos de volver a sentarse, se le salen los ojos de las órbitas....

¡quema!,

"jajajaja, ya te lo advertí"

-quiero quitármelo

"uhmmm, ¿como se piden las cosas?"

-por favor, Señor, ¿puedo quitármelo?

"cuando acabes el sushi"

Se retuerce, no para ni un segundo..hace ademán de irse al baño, pero no. Y se come una pieza de sushi. Es de huevas, se le caen algunas, acaba, me mira, miro al plato, pone la cabeza cerca, come las bolitas una a una, me mira, le digo que acabe la otra pieza, suplica....

"bueno, bien, pídemelo, pero bien"

-¿cómo?

"aquí, a mi lado , de rodillas"

-estás loco, estoy loca....

"vamos"

Se arrodilla, sigue retorciéndose....Por favor, Señor

"Ve"

Dos minutos más y está de vuelta....

-Sigue quemando....y me he lavado con agua

"Eso no se quita con agua. Y descruza la piernas, que ya se que te aliva"

-¿Cómo se pasa?

"Con tiempo, aunque si quieres, hay otro método"

-¿Cual?

"Mastúrbate...pero ha de ser ahora"

Me mira de nuevo, con fijeza....estas loco...y va

Dos minutos más y vuelve...sigue quemando, pero menos.

Trae otra cara...y yo ya he tomado una decisión. Salgo a cambiar el tiquet de la hora, y mientras, hago un par de llamadas. Sí, hay habitación.

Vuelvo, y le anuncio que paseremos la tarde juntos

-Estas loco...y yo más

Acabamos la comida, se quitó la parte de arriba de la ropa antes de salir del restaurante, y pedimos jengibre para llevar....pero el final de la tarde, será, es y esta siendo, otra historia.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Tarde de jueves

Un vestido rojo.

Ropa interior negra.

Esbelta, bella

Apenas se aprecian los nervios

La mirada es casi serena

Camino del cuarto encuentro; elementos cotidianos, senciones familiares.

Chocolate, cajero, periodistas inoportunos, el trago de la recepción (eso no lo supera, delata su pudor)

Arriba, temperatura ajustada, risas, juegos, cama, mesa, manos, mirada, travesura...envuelto en el vestido rojo.....

Sí, está cómoda, aún con la sombra de esos nervios. No se imagina lo que le espera. Permiso tácito para jugar un rato más, se pega, provoca, vuelve a reir.

Primera advertencia, no hay relajo; más risas, azotes, el vestido por las caderas.....sigue la risa, como una niña traviesa y pícara que anticipa lo que desea

Fusta en la boca, risa que retuerce .....zalamea, zorrea.....

Es el momento. Una mano agarra con fuerza del pelo, tira hacia arriba de su coleta, fuerza, dolor ...se pone de puntillas, quejas, mas dolor, burlona pero menos, y menos, y menos.....y mucho menos, cara a la pared, cuerpo sobre cuerpo con fuerza, y tirando del pelo....queja, dolor, y nota la firmeza, y el tono, desconocidos para ella; inmovil, quieta ....y la fusta vuelve a su boca, manos a la nuca, pero ya no hay risas.....y no se mueve......

Las nalgas blancas, al aire, cercando la tira negra que las separa....un gato, tambien negro, trae el rojo a la piel que observa, espera....silencio, quietud, y calma.

Cuenta

1
2
3
4

las tiras recorren la piel

5
6
7
8

nalga, muslo, interior, exterior

9
10
11
12

lenta, minuciosamente

13
14
15
16

sobre el lado derecho, exclusivamente, aunque no lo sabe

17
18
19
20
21

la voz se apaga, cada vez que se sobrepasa un número de aparente final

29
30
31

más queda la voz, inaudible apenas

39
40
41
42
43

y llega el turno del lado izquierdo

44
45

.....sólo el izquierdo. Quizá suponga que está a la mitad

59
60
61

sigue la voz, apenas un susurro, contando

80
81
82
83

El negro trajo al rojo, pinceladas sobre el blanco.

Sigue el silencio, intenso. El rojo vestido cae. Negro por fuera, rojo por dentro, cambio de tercio. Cambio de postura, arrodillada, manos en la nuca, a los pies de su Dueño....porque ahora es Dueño, y por vez primera lo sabe y lo siente. Erguida, orgullosa, aguanta impertérrita el roce, piel con piel, mejilla contra mejilla. La boca que recorre su rostro, los labios que muerden sus labios, susurra, invita y no concede. La mano que abre los pliegues de otros labios y reciben la explosión de calor y humedad. Aura con aura

Sumisa...al fin

domingo, 6 de noviembre de 2011

Una tarde de domingo

Días antes había estrenado la prenda en cuestión. Entallada, adecuadamente ceñida, y con el largo necesario, al menos para perder la virginidad en estos menesteres. Cuando se lo vi puesto, retomé el plan que hace tiempo tenía en mente. Esperaba al momento adecuado, y por fin había llegado.

Aquella tarde, comimos, sin más. Bueno, la conversación se centró en ajustar pequeñas lagunas en su comportamiento, mientras iba evaluando el modo de pasar a la acción. Quizá crear un poco de ansiedad, estimular la necesidad....sí, era una buena opción. Así que entre confidencias y retoques, le fui adelantando lo que tenía previsto y ella iba a acometer. Apareció esa cara que conozco ya tan bien, y puse todo en marcha. Tenía que cumplir unos encargos, y uno de ellos sería la ocasión para hacer la primera prueba.

Hablamos al día siguiente, y le insté a cumplir ese asunto que tenía pendiente. Tan solo tenía que salir a la calle y comprar unas cuentas de madera, para elaborar cierto artitulugio que nos proporcionará instantes muy edificantes. Le ordené que fuera esa tarde a por ellas. Y debía vestir sólo la prenda recién estrenada. Bueno, podría calzarse, y ponerse unas medias también. Le mandé por sms la orden, y a la noche, la había cumplido. No fue muy explícita, pero le había gustado, sí. Sin duda. Como de costumbre, la curiosidad y la excitación vencieron a la vergüenza y la cautela. Quedaba lista para la prueba real.

Domingo, mediodía; le adelanto por sms de nuevo que hoy la recogeré, y que irá vestida igual que el viernes. Se lo tomó a broma, hasta que concreté la hora de la cita. De la broma, pasamos a fijar el encuentro. Y allí estaba puntualmente impuntual, incorregiblemente impuntual. Le sentaba bien su ropa, y la sonrisa mezcla de excitación y nerviosismo que se le pone. Venía paseando por la calle, con las medias, los zapatos, un sostén y el abrigo. Nada más. Subió en el coche, y la llevé a un parque. Le anuncio que vamos a un lugar que me gusta especialmente para dar azotes al aire libre. Me encanta la expresión que toma su cara en esos momentos, y todo su lenguaje corporal. Sabía que se negaría, y así lo hizo. Y le ofrecí un trato. Debería salir del coche, caminar hasta el banco que había a 20 metros, y allí, abrir su abrigo y volver así hasta mi. El no fue más tenue.....y nos acercamos a un lugar más apartado. Allí, le dije que se abriera el abrigo y se bajara del coche. Un no pero sí fue la respuesta, un estás loco y yo más.... Así que me bajé y le abrí la puerta. Ya lo llevaba desabrochado, y mostraba el contraste de su piel blanca con el negro de la lencería, y el color de su vello púbico. Estaba jugando...baja un pie, otro, abre las piernas, el abrigo, lo cierra, se mete dentro, se niega....hasta que le digo que salga. Lo hace y se pone de pie, abrigo desbrochado, junto a mi. Y le ordeno que me bese. Lo hace, mientras mi mano baja hasta su sexo y comienzo a acariciarlo. Noto como crece la humedad, y los suspiros se convierten en jadeos......

Está alli, de pie, desnuda bajo el abrigo, besando a su Dueño, y expuesta ante quien sepa ver lo que ocurre.

Es la primera vez....y no será la última.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Infiniftud

No soy infinito. Sí, es una obviedad, nadie lo es, pero a veces cierta inconsciencia me hace creer que soy eterno. Quizá son esos momentos en los que el tiempo se desliza perezoso, gota a gota, en los que parezco contar los pulsos de un latido, o siento disociarse la mezcla de los gases del aire mientras respiro. Esa aparente capacidad de penetrar en instantes índivisibles y observar las mutaciones que de ordinario están vedadas me lleva a interpretar que me convierto en un ente acorde con esa percepción no real.

Pero no lo soy, no. Ni tengo esa capacidad que es más onírica que tangible, ni oigo pulsos ni veo gases. Aunque siento como si así fuera.

Hasta el eter es limitado. Y yo no voy a ser menos. Seguro que es fácil de entender




Sí es fácil



domingo, 18 de septiembre de 2011

Primer martes de Septiembre

Nos hemos citado para pasar la tarde juntos. Segundo encuentro, segunda sesión. Está nerviosa, pero no tanto como la primera vez. Aunque es incapaz de fijar la mirada. Me gusta. Tenemos un trayecto largo hasta nuestro destino, y voy aprovechando para tensarla y relajarla, alternativamente. Disfruto del juego, y su disposición es buena. De camino al hotel, compramos chocolate, un antojo compartido. Tenía un esbozo de plan previsto, pero su indumentaria, unas mallas negras y una fina camiseta a juego, junto con una minifalda vaquera, me hacen cambiar sobre la marcha de juego. Sí, una ropa ideal para jugar con las cuerdas, blancas. El efecto visual le dará un plus a todo el acto, tanto que merece la pena cambiar el guión original.

En la recepción, pasa los nervios de costumbre. Y eso que en este lugar están acostumbrados a visitas como la nuestra y son asépticamente amables, sin entromenterse ni hacer notar lo evidente. Pero hay comportamientos que son díficiles de cambiar, y además, disfruto con su estado.

Subimos, y empieza el juego. No se calla, se que son los nervios, y en parte, su punto irreductible, que siempre muestra. Ni arrodillada guarda silencio, y los azotesno la convencen así que le pongo una pinza en la lengua. Surte un efecto doble, porque por fin entra en situación y se deja hacer. Así, tal y como está, la dejo sin moverse, y comienzo a preparar todo el material, despacio, con calma. La veo revolverse, inquieta, pero la pinza consigue silenciar su boca y retener su mente.

Tras unos instantes y preeliminares, paso a las cuerdas. Resaltan sobre su indumentaria negra, ajustada a su piel....sí, el cuadro es estimulante, y lo noto en su mirada, y el modo en que se deja hacer. Desaparecen los nervios, y comienza a salir ese otro yo que la hace ponerse bajo mi mano. Sus ojos transmiten las sensaciones que se convierten en emoción, y una vez acabado el montaje, la llevo ante el espejo. Luce bella, sí, y no sólo estéticamente. La cuerda marca sus curvas y pliegues, y muerde con levedad. Aunque el mordisco lo nota principalmente en su interior.

Fue como abrir una compuerta.....a partír de ahí, dejó de temer, dejó de hablar, y se dejó hacer. Experimente con ella, con sus límites, con su cuerpo, con su piel, con su deseo, con su curiosidad....y siempre podía más.

Acabó con su cuerpo cubierto de cera y sudor. Y algo, poco a poco, va cambiando en su interior. Al final,con la relajación posterior al juego volvió a aparecer el temor, la cautela, ahora, con la conciencia de haber ido de nuevo, un poco más allá. No acabó en plenitud, por que sabe lo que ha hecho, a donde a llegado y empieza a intuir lo que significa para ella. Y para mi.

Volverá a bajar, y a subir. Habrá retrocesos, y más miedo, y nuevos temores, y el esencial que le frena, y que puede que nunca libere. Pero está en el camino. Sin duda, lo está.

Reencuentro

Tuvo dos fases la vuelta. La primera cita estaba revestida de una aura brumoso. Tenía claras cuales eran las opciones, y estaba prácticamente decantado por una de ellas, pero no quería hacerlo sin dejar hablar a mi intuición.

La charla no fue tensa, pero tampoco tan fluida como acostumbra. Tenía mis cinco sentidos puestos en cada gesto, cara reacción, cada silencio, cada mirada....y me pareció ver algo que no había previsto.

Percibí miedo. Su miedo. No a mi. Ni a lo que hacemos. Es miedo a ella misma. Sí, hay una barrera, y me dijo que nunca podré pasarla. Hacerlo sería como abrir una grieta en un dique que liberaría un torrente incontrolable. Un trágico error, si aconteciera. Y ese miedo explica esas reacciones.

Fui inusualmente claro y explícito. Le dije que esa cita iba a ser la definitiva. Pero que no contaba con ese miedo. Y que no estaba seguro de que el conocer ese nuevo factor fuera a aportar estabilidad. Aunque en mi fuero interno sentí que se relajaba la tensión. Ahora me falta saber si es por que efectivamente se relajó, o por que yo quería que así fuese.

Eso, lo sabré más adelante

sábado, 3 de septiembre de 2011

Un dedo - Disgresión nocturna

una disgresión nocturna poco apreciada......no lo llamaría fruto de la inspiración, ni siquiera del deseo solitario o resultado de tres copas en proceso de digestión. Pero, ahí queda

sí, quizá necesites un dedo

primero, con la ayuda de otros, venda tus ojos

después, lentamente, comienza a recorrerte; tu pelo, tu nuca, detras de las orejas, el cuello, la línea de las claviculas, al centro de tu pecho. Se adapta al terreno, y comienza a trazar círculos, subiendo, bajando, variando la presión, siempre leve, siempre incisiva. Se sigue enredando en tu cabello....


pero no es ahí donde quiere jugar. Sigue bajando, pasa por tu vientre, encuentra por encima de la fina tela el hueco del ombligo, hace círculos de nuevo, tratando de averiguar si se esconde tras el el nudo que denuncia el ansia y el deseo.......

y sigue bajando, ya por el monte de venus, mezclando curvas y rectas, hasta que halla la endidura , la detecta por su calor, antes que por su forma, y la moldea, aún sobre la ropa. Atraviesa la primera capa de tejido, y pasea por encima de la segunda; breve, suave, como anticipo de lo llega. Juega de nuevo, con los elásticos, y suavemente, guiado por la calidez que impregna a la humedad, por fin, acaricia la carne......

se divierte un rato, dibujando los pliegues, delimitando los contornos, lubricandose con aquello que volcó el temperamento ardiente entre los muslos.....y encuentra su camino, ya abrazado por los labios que sin susurrar le alientan y le llaman........

este es el primer dedo......

miércoles, 31 de agosto de 2011

Realidad y sueño

Remitido por lavanda. Con su elegancia habitual y fascinante estilo

"Ha comenzado a llover. La habitación desde donde te escribo se ha quedado de pronto sumida en una penumbra que invita a la intimidad.

Me levanto y me dirijo al baño a hacer lo que me ordenaste. No voy a salir. Pensaba hacerlo pero me acaban de llamar anulando los planes que tenía para esta tarde. Al principio sentí cierta contrariedad pero luego me encontré entre las manos con un rato bastante largo de regalo, con el que puedo hacer lo que me dé la gana.

Me dirijo al baño a hacer lo que me ordenaste. Se está convirtiendo en una especie de rutina, ya casi no tengo que hacer un esfuerzo consciente.

Mientras acariciaba mi sexo lentamente, sintiendo las sutiles y casi imperceptibles variaciones que se iban operando entre mis dedos, sentí de pronto como si algo me faltara. Recordé una de nuestras citas telefónicas cuando me dijiste que buscara unas pinzas y me indicaste claramente lo que debía hacer con ellas. Recordé esa sensación sobre mis labios, poniendo la piel tirante, provocando algo desconocido dentro de mí. Salgo al balcón y elijo un par de pinzas como las de aquel día.

Y me dirijo al baño a hacer lo que me ordenaste.


De pronto me veo en una habitación de hotel. Es un espacio aséptico, neutro. No hay un solo detalle que resalte sobre los demás, todo guarda una armonía monótona que lo hace pasar desapercibido. Su única función es la de servir de escenario a nuestro encuentro. Tu y yo, solos, con el tiempo como aliado y la mente alerta, dispuestos a vivir cada segundo.


Estamos frente a frente y nos miramos. Ambos buscamos en el fondo de la mirada del otro, no sabemos qué. Algo que nos indique una puerta, un resquicio por el que asomarnos, algo que deje entrever los deseos del otro, sus anhelos, sus fantasías. Me acerco a ti lo suficiente para besar tu boca y tú me apartas. coges mis brazos con fuerza, apresándolos con tus manos y aprietas. Yo insisto en el acercamiento, lucho contra tu oposición y sigo intentando que mi cuerpo toque el tuyo. Tu presa es cada vez más fuerte y mi empuje crece en la misma medida. Consigo acercarme a tu boca y muerdes mis labios. Intento abrazarme a tu cintura y me muerdes más fuerte. Un pequeño hilo de sangre resbala por mi barbilla y me aparto. Te miro, veo tu mirada desafiante y también el hilo rojo que ha manchado tu barbilla. Mi cuerpo cae a tus pies y tú te quedas mirándome desde arriba..."

miércoles, 24 de agosto de 2011

Un paso más

O de como usar la palabra escrita para avanzar. Al alcance de muy pocas, desgraciadamente.

Gracias a libra por su permiso para usar el texto, y su inestimable inspiración.


LIBERANDOTE DE LAS CADENAS QUE ATAN A TU PIEL Y TU VERDADERA NATURALEZA, VOY HACERME DUEÑO DE TUS SENSACIONES, EXPLORARE TU SER Y TE ENTREGARAS ABSOLUTAMENTE, NO HABRA RESTRICCIONES Y TU YA HAS APRENDIDO QUE TIENES PROHIBIDO DECIR "NO", ESA PALABRA YA NO EXISTE MÀS PARA TI, LO QUE SOLAMENTE SABRÀS DECIR ES "SI MI AMO". "SI MI SEÑOR".
NO SOLO ES TU CUERPO LO QUE VA A CAMBIAR EN TUS ACTIVIDADES, TAMBIEN VAN A SER TUS RESPUESTAS Y TUS ACTITUDES, VAS A SACAR DE TU INTERIOR ESA SUMISA QUE YA EMERGIO PERO QUE NO HA SALIDO DEL TODO, VAS ABRIRTE SIN TEMORES Y SIN DUDAS, SI EXITIRAN OBSTACULOS O DUDAS, PERO LAS VENCEREMOS, NADA VA A DETENER ESTE PROCESO, VAS A LIBERARTE A GOZAR DE TU ABSOLUTA LIBERTAD.
PARA ELLO ES NECESARIO REFORZARTE LAS ACTITUDES Y HACER QUE FLUYA TU NATURALEZA COMO EL CAUCE DEL RÌO HACIA EL MAR, ASI QUE:
ESCRIBEME:
TUS CAMBIOS
TUS SENSACIONES.
TUS MIEDOS
TUS MOTIVACIONES
TUS DESEOS
TUS ASPIRACIONES
SE QUE TE ES DIFICIL PERO MÀS ALLA DE TU CUERPO TAMBIEN QUIERO QUE ABRAS TODAS TUS SENSACIONES, QUIERO UNA ENTREGA ABSOLUTA, SIN RESTRICCIONES, ESCRIBE DEJANDO QUE FLUYAN LAS PALABRAS.
TU YA NO TIENES QUE PENSAR, TU TIENES QUE APRENDER QUE NO DECIDES MÀS
TU SOLO VAS A OBEDECER Y A CUMPLIR.

CAMBIOS SENSACIONES MIEDOS MOTIVACIONES DESEOS ASPIRACIONES


Pésima elección de lugares y tiempos

Las vacaciones no le van a sentar bien a catira. Los días previos a las mismas no fueron un modelo, pero parecía haber recuperado el tono con el descanso. No ha sido así, pues ha reincidido en errores pasados con mayor dedicación si cabe, lo que es grave. Me trasnmite la sensación de que no sabe lo que quiere. O quizá, sí lo sabe, aunque prefiero no contemplar esa opción.

Ha perdido el tiempo en dorar su ego ante una clá devota que indudablemente le proporciona satisfacción. En sí no habría de tener relevancia, pero ha sido a costa de desobedecer conscientemente una de mis órdenes más claras y precisas. Por segunda vez. Es cuestión de prioridades, sí.

El resultado es que se han puesto en cuestión principios esenciales, y la actitud de los dos últimos días, ha colmado mi paciencia. Crei que esta vez no ocurriría, puede que fuera más un deseo que una certeza. Es probable que la haya sobreestimado. O quizá al revés.

La digestión de todo lo ocurrido en apenas dos días va a ser muy pesada...y puede que definitiva.

martes, 23 de agosto de 2011

Un viaje apacible

Cuando llegué no pude evitar torcer el gesto. Me tocó un asiento de 4, encima todos ocupados, por el tipo de especímenes que suelen dar la lata en un viaje, a saber; enfrente una parejita de veinteañeros cada uno con un móvil en la mano, un friki de los que no se lavan portatil en las rodilla, y una chica de aspecto normal, y generoso y atractivo escote, pero que era la que ocupaba mi asiento y por lo tanto sería la que tendría que irse. El tren lleno, hasta la barra de la cafetería estaba repleta, con lo cual no cabe la posibilidad de ocupar otro sitio. Así que les anuncio que uno de ellos está ubicado en una plaza equivocada. Tras decir todos que no, para mi sorpresa, la chica dice que tiene la plaza de la ventana, y es el friki el que está donde no debe. El friki resulta ser además un capullo, y empieza a decir que los que no sabiamos donde estabamos eramos el resto. Le atravesé con la mirada y le dije lenta y pausadamente, remarcando cada palabra, que ese no era su coche, sin añadir nada más; con gesto de suficiencia saca su billete, comprueba que se confundió de coche y ante mi mirada aún fija y seca, se levantó como un resorte y se fue, dejando una estela que denotaba su falta de higiene.

Ocupé mi asiento, y tras arrancar el tren y esperar a que pasara el aluvión de llamadas telefónicas estúpidas que se produce en esos momentos, se hizo una relativa calma en el vagón y pude echar una cabezada. La parejita parecía decantarse por el envío de mensajes más que por hablar, y la chica leía un libro.

Acabado el sueño, me puse a leer un poco y escuchar algo de música. Llevaba cargados varios libros, diarios y revistas, y entre ellos, varios números de Cuadernos de BDSM. Opté por estos últimos, especialmente por uno que trata de cuerdas, y otro que recopila las experiencias inciáticas de varias personas. Llevaba un rato leyendo, cuando me pareció notar que el roce con el brazo de mi compañera de asiento distaba de ser ocasional y momentaneo, como suele ocurrir habitualmente. Así que volví la vista hacia ella, y ví que estaba mirando de soslayo, pero con interés, la foto de una mujer atada que en ese momento tenía en la pantalla. Levante los ojos hacia su cara, e instantáneamente, bajó la mirada. Pude notar su turbación, así como el color que tomaron sus mejillas, y el leve temblor de su brazo contra el mío.

El roce fue en aumento, durante todo el trayecto, mientras la sentía empequecerse a mi lado. A veces, fijaba la atención en su libro, y se pasaba largos minutos en la misma página, con la mirada clavada sobre el papel, esperando algo......

Llegabamos al final a mi destino; ella continuaba. Al levantarme la vi allí, de nuevo, enroscada sobre si misma, echa un ovillo. Antes, en un último giro, sentí como avidamente miraba la pantalla en la cual le escribi mi dirección de correo.

No se si se atreverá a usarla. Pero si lo hace, sera bien recibida. Aunque con seguridad, no olvidará el viaje.

miércoles, 13 de julio de 2011

Una de cal y otra de arena

Según avanza el proceso, las sensaciones van siendo más claras, y variadas. No desaparece el miedo, pero se modula. El miedo no al cómo, si no al qué. Hay formas que quizás no debiera tolerar, pero el balance es altamente positivo. Aunque inevitablemente, hay que pulir ciertas aristas.

Ayer fue un día de contrastes. Un no pero sí, matizado por ciertas circustancias personales. Me costo ponerla en orden de marcha. Incluso cometió el "desliz" de decirme que la quería sólo para follar. Pero finalmente lo hizo, abrio su mente y sus piernas, y los camareros del local no sabían donde meterse. Indudablemente, la paciencia y la cuerda larga, son los ingredientes apropiados.

Llevaba dos días con un "regalo" para ella. Como de costumbre, atendió a unas indicaciones sí y a otras no. Así que hasta que no se dieron las condiciones que tenía en mente, no se lo mostré. Claro que fue verlo y caer la cortina. Así que, en plena calle, se lo puse. De pie, junto al coche, le ajusté la cadena a la cintura, la pasé entre sus piernas y la aseguré con el candado. La mirada de perra lasciva ya no la abandonó. Estaba lista, y mañana sería el día indicado.

Dejó disimuladamente su regalo a pesar de que le dije que se lo llevara. Le di dos indicaciones que no podrá cumplir, pues.

Y mañana ya es hoy, y el resumen es "No....no tengo ánimo ni ganas, no quiero tener que irme luego rápido al trabajo, no ya te lo dije ayer...habrá más días y mejores"

Hay otros días, sí, pero los que pasan se van y no vuelven más......

PD: 12:44 Falta de ganas y predominio del yo. Esta vez, no superó la prueba.

martes, 5 de julio de 2011

Epílogo en preludio

No pudo con el miedo. Trataba de disfrazarlo con una sonrisa permanente, pero su cuerpo y la actividad constante que la tranquilizaba delataba lo que pasaba por su mente. En el fondo, no está en absoluto convencida de merecer tanta atención. Pero insisto y parezco tener tanta paciencia.



"Sí, claro que es paciente. Si fuera al revés, estoy segura que yo no le habría llevado tan lejos. Ayyyy, pero no, yo no tengo lo que el cree ver. Porque lo cree, seguro, pero esta vez se ha equivocado. No soy así. No puedo dar lo que me pide, porque aún me lo pide, no lo exige, no, no estoy cediendo a sus exigencias....claro que no exige, así que no cedo. No, hago lo que yo quiero hacer, no lo que el quiere. Uffff, no se, el caso es que también hice cosas que no pensé que pasaran de mis mejores fantasías, y aún tengo más, pero no se las cuento, no, seguro que las saca....pero me gusta tanto cuando me obliga; bueno, que no, que no me obliga, es como si hiciese que me obligase yo sola. Aunque tampoco es eso, pues lo hago porque quiero....¡jo qué lío! Pero sí, va, es que lo hago, y él parece satisfecho, no se, me cuenta cosas que no me veo haciendo, o permitiendole.......y siempre sabe cuando me excito, cuando no, aunque se lo pongo fácil, estoy excitada casi siempre a su lado, aunque me hable del tiempo, pero claro, es que me mira de tal forma.....como para confersarle eso que dice que tengo, y sí, algo tengo, y desde siempre me atrajo, pero no me atreví, o no hubo ocasión o que se yo. Pero esta vez le he decepcionado, fijo, ya ni me da azotes, ni me venda, ni usa tanto instrumento excitante; excitante ahora, pues cuando lo vi todo sobre la mesa, me dio un escalofrío. Y encima va y me venda los ojos.....Será cabrón. No, no es eso, me mima constantemente, por eso no ha seguido, seguro que se cansa de mi, sí. Aunque me diga que lo ha pasado muy bien, y que me he portado de maravilla...pero si al final casi que ha sido un polvo y poco más. Bueno, no, ha sido bastante más.. Y ahora, me sigue mirando, al fondo de los ojos ¿cómo dice? Si ya nos vamos, quiere que me levante....frente al espejo...uhmm, que gusto, su cuerpo tras de mi otra vez, no como cuando estaba cara a la pared, incapaz de estar derecha......¿que trae? ¡una cuerda! ¿me querrá sacar atada de la habitación?...uhmmm, manos a la espalda, que rico, como corre por mi piel, que suave....ufff, no puedo mover las manos, y tira hacia arriba, y ahora por encima de mi pecho....y otra vez, y aprieta, uhmm que bien, y dice que a perdido práctica pues cuando la tenga de nuevo no se que va a ser esto....más vueltas , por debajo, jo , ya esta, mojada otra vez, no puedo evitarlo, pero no me tocó, sólo la cuerda, , uhmmmm, otra vez a mi espada, pegado, noto su bulto, y eso que dice que tarda en recuperarse, pues jo, tiene otra vez ¿qué? sí, miro al espejo. Diosssss, que imagen, mi pecho atado, mis manos atras, su cabeza tras la mía, abrazándome.....su mano baja a comprobar mi humedad, y sonrie.......no se si me gusta o me vuelve a dar miedo esa sonrisa"



Si, lo vamos a pasar muy bien de nuevo...y continuaré sacando de ti todo lo que tienes, y aún más.

domingo, 19 de junio de 2011

Jengibre

Mitad por que era necesario, mitad por compromisos cruzados, esta semana no habíamos tenido aún ninguno de nuestros habituales encuentros.

Es tiempo de explorar lo menos obvio, y de salir de las situaciones favorables. De buscar las aristas, los grises, y disfrutar con ellos. Aunque no es fácil naturalmente. Hubo momentos extraños, de aparente desconexión, de alejamiento sutil. Y claro, trajeron sensaciones. Encontradas, inesperadas, pero sensaciones.

Sin embargo, una charla telefónica fue suficiente para corrobarar que el camino es el adecuado. Sí, más que suficiente. No dijo nada explícitamente (le cuesta tanto trabajo, más allá de la mera tensión sexual, decir algo de lo que le pasa por dentro), pero fue como si lo gritara a los cuatro vientos. De nuevo, los detalles, los imperceptibles detalles en tonos, omisiones y pausas, dan la medida real del juego. La confianza y la complicidad aumentan. El deseo es omnipresente....pero ya no está sólo. Nunca lo estuvo, mas ahora deja que salgan esas otras cosas.

Quedamos finalmente el viernes para el primer encuentro. Los caprichos de la naturaleza lo frustraron, afortunadamente. Afortunadamente, pues la cita devino en una velada deliciosa. Intensa, íntima, profunda, delicada....y terriblemente sexual. Y tuvo su momento impagable.

Entre los trocitos de sushi, dispuesto como los pétalos de una flor, venían las hojitas de jengibre. Se me puso una sonrisa malévola que ya conoce bien, y le expliqué para que se utiliza el adorable tubérculo, más allá de limpiar la boca entre bocado y bocado. Casi no tuve que decirle lo que había de hacer, lo cogió al vuelo, y la carita de niña pícara que se le pone cuando la excitación de lo nuevo la invade hizo el resto. Así que envolvió una tirita rosada en una servilleta, y se fue a colocarlo sobre su clítoris, sin mayor dliación. La cara de traviesa que traía a la vuelta valia por toda la tarde. Pero lo mejor estaba aún por llegar.

Y es que la complicidad y la confianza hacen maravillas, ciertamente

lunes, 13 de junio de 2011

La descripción

No es un relato propiamente dicho. Leído en una página de contactos BDSM. Me gustó. Tiene más verdad que otras tantas cosas......

perra en proceso de adiestramiento y doma. Mi día a día es suyo... Él me guía.. Él moldea a la mujer para convertirla en la mascota que desea... Respiro porque Él está... me alimento como y cuando Él lo desea... siento orgullo... respondo moviendo la cola cuando Él está frente a mí... Tiemblo por lo que siento día a día... anhelo ser el animal de compañia exquisito que Él desea...Duermo atada a una correa, cuando no soporto su ausencia restriego mi hocico de perra por la casa buscando su olor. Mi placer, incluido el orgasmo, ya no me pertenece es suyo... me despierto por la noche para separar mis piernas para no sentir placer, hasta dormida sigo siendo su perra... Él deseaba una perra en celo y es a lo que huelo... me rozo con las esquinas de la casa cuando el ardor de perra se apodera de mí... arrodillándome para no sentir el contacto de los asientos... me siento dichosa solo imaginando que puedo llegar a ser una de sus perras... Existo y vivo solo por y para Él... solo deseo entregarme... aún debo dejar de pensar y desear como una mujer... Él es paciente... me moldea, me amaestra... con mano dura... con calma... solo deseo que llegue el día en el que pueda quitar de este perfil "perra en proceso" para escribir simplemente perra... Llevo un collar físico que me identifica como su perra y otro invisible profundamente guardado dentro de mí...

martes, 31 de mayo de 2011

catira

Ya tiene nombre; catira

Las últimas tres semanas siguen una cadencia pausada. No exenta de intensidad o ligeros sobresaltos. Es un viaje interior, eminentemente interno, a través de la observación de cada detalle, cada impulso y cada gesto. Multitud de pequeñas pruebas, anzuelos, añagazas, concesiones, restricciones. Y muchas miradas. Y mucho contacto. Y muchas palabras.

Los lenguajes verbal y no verbal se entrecruzan constantemente, en un juego aparentemente sostenido, pero tan sencillo en el fondo que parece ligero, liviano. Pero no lo es tanto.

Poco a poco, va apareciendo la desnudez deseada. Pues el deseo es omnipresente, de fuera hacia adentro, o al revés, que más da. Es tan importante la satisfación de la piel como la de la mente. Y siempre jugando. Y riendo. También para mi es nuevo.

El fin es someterla. Lo sabe bien. Aún no se lo cree, no lo ve posible. Aunque en su interior siente que ya no es una locura, y que quizá, entre tanta suavidad y juego, comienza a saber que habrá algo más allá de la piel; aunque no quede marcado en ella.


Es una catira voluptuosa y sensual, con inequívoca disposición.

Y guarda en su interior lo que ni siquiera sospecha. O ya sí, ese jueves lo sintió y vio que lo vi, pero juega a no saberlo, y a sacarlo despacio.

http://www.youtube.com/watch?v=pEQzcDzsn3g&NR=1

Ritmo, swing y seda

Así sea

domingo, 8 de mayo de 2011

Suavidad

No consigo resumir lo pasado. Quizá es que me centro demasiado en la cronología de lo acaecido y olvido que lo único que se plasmar son las sensaciones.

Ha pasado ya más de una semana, y ya hubo varios encuentros. Un “dios santo!!!!” en un sms fue el pistoletazo de salida. De salida real, pues antes tuvimos los habituales escarceos y conversaciones vía msn o teléfono. Esta vez, es diferente. Los pasos se dan mirando a los ojos. Y es una saludable novedad. Definitivamente, me estaba perdiendo algo.

Hoy me levante pronto, volvía a jugar a primera hora. El día es esplendido, nada que ver con el sábado tormentoso. Un sábado raro, sin salir de casa, denso, a pesar de que no ocurre nada. O sí, pero no le doy importancia. O se la doy. Me veo pausado, sin acudir al cite, aunque simule hacerlo.

“Raindrops keep fallin' on my head”

Sí, algo fluido, intrascendente, suave, ligero….hace mella en mi ánimo, y me suavizo igualmente.
Adquiero perspectiva, y observo. La calle toda para mi, las uñas negras de la farmacéutica y lo bien mandada que es (lo tendré en cuenta, aunque en este lugar cambian tanto que probablemente no la vuelva a ver). Sí, comienzo a procesar de un modo global los últimos 10 días.


“So I just did me some talkin' to the sun
And I said I didn't like the way he got things done
Sleepin' on the job
Those raindrops are fallin' on my head, they keep fallin'”


Sí, continúan cayendo, y yo reviviendo. Recuerdo detalles. Gestos. Antes que nada, la expresión al cruzar las miradas por primera vez. Y como se confirmó que ambos somos tal y como nos mostramos. Los impulsos, no puede evitar tocarme. La risa nerviosa, la cara nerviosa, toda ella puro nervio de seda.

“Raindrops keep fallin' on my head
But that doesn't mean my eyes will soon be turnin' red
Cryin's not for me”


El contraste entre la tensión y el relax, como pasa de uno a otro según la voy llevando. Aprende, observa, y a pesar de todo, disfruta. Sí, disfruta, y veo en todo su cuerpo, como está excitada. Y se atreve a más, me acaricia el pelo, a pesar de los nervios y de cómo la miro.

Me asombra su pudor, y su forma de vencerlo. Responde sensacionalmente a los estímulos, es franca y directa, y el deseo la envuelve….y a mi también. Habría de ser de piedra para que no lo notase y eso quedó enterrado en la etapa anterior.

Estamos en la misma onda, y hemos encajado. Me gusta cómo me sirve la comida, aunque tenga costumbre de hacerlo. Tenemos más de un registro, el juego es delicioso. No hay prisa, y siempre hay deseo, aunque la ocasión no sea propicia. Una duda para el futuro, “¿Qué pasará si ese deseo disminuye?, ¿será el motor principal?”

'Cause I'm never gonna stop the rain by complainin'
Because I'm free
Nothin's worryin' me”

La confianza mutua empieza a tomar forma, de ese modo tan particular que sólo he sentido en este tipo de relaciones. No me explico por qué. Puede que sea una necesidad compartida de confiar, sí, pero aún así, ¡apenas nos conocemos!. No es cierto. Apenas nos conocemos en el sentido formal del término, pero nos hemos contado y confesado cosas que nadie más sabe, ni probablemente, sabrá. Esa es la diferencia. Por eso se puso de pie en la primera cita. O venció su vergüenza para recibir los azotes en el bar.

Es una partida de desafíos y certezas. Intenso, pero sin ansia (bueno, con breves fogonazos). Y mucha humedad. Los juegos en el parking, colofón de las citas. Calor, olor a sexo, contacto, miradas y anuncios. Uno claro e inequívoco “Voy a poseerte”

Llegó hasta lo más hondo de su alma. Y es sólo el principio.

“It won't be long till happiness steps up to greet me

Raindrops keep fallin' on my head…..”

Sí, la mañana es plácida. Hay una pequeña concatenación de desastres (9 para ser concreto). Explosiones de furia, ira, y sin embargo, no me abandona la suavidad. Sigo relajado, y observando. Hoy tengo que pensar en un castigo. Tengo toda la semana para aplicarlo, y puede que más tiempo. Y pienso disfrutarlo. Suave e intensamente. Paso a paso, mirando a los ojos.

Cómo hasta ahora.

martes, 3 de mayo de 2011

Encrucijada

Con el ánimo fronterizo. En un terreno ajeno a la calma y la quietud. Sujeto a variaciones constantes, unas arrebatadoras, otras de fondo, pero siempre pulsantes y renovadoras. Aunque traigan aires de destrucción, anuncian algo nuevo, producto de la colisión de opuestos y mezcla de contrastes.

No es territorio para los que rechazan el vértigo, ni los que buscan la protección de la rutina. Aún quedandose a un lado para observar como ocurren las cosas, hay tal energía en movimiento que irremisiblemente algo salpica siempre.

Lugar para vividores, timadores, refugiados, inclasificados, ajenos, manipulados, eternos, obliga a tener alerta los sentidos. Tan variado y prolífico, que no permite estancias prolongadas. Pero quien lo conoce, vuelve, pues siempre hay tiempo para morir. A no ser que ya esté muerto.

miércoles, 13 de abril de 2011

Reflejos

El aire tibio de la tarde apenas corría entre las paredes de cemento. La algarabía de voces infantiles inunda todo en un espacio que, aunque amplio, la altura de las paredes y el fragor de su actividad hace que parezca pegajosamente pequeño.

Los juegos se suceden por todas partes. Carreras, cuchicheos, patadas, pelotas volando, pequeñas maldades, peleas, competencia. Un microcosmos proyecto del mundo por venir en apenas unos años.

Entre todos ellos, dos niños juega a inmovilizarse. A ver quien se pone encima del otro y evita que el vencido se pueda zafar. Se alternan triunfos y derrotas, sin mayor trascendencia. Hasta que en un momento dado, se anuncia la partida de uno de los autobuses que llevan a casa cada tarde a toda esa muchedumbre vocinglera. El vencido, en ese momento, se da cuenta que debe salir corriendo. Se lo dice al vencedor, que en contra de lo que espera, ni se inmuta. Comienza a ponerse nervioso "voy a perder la ruta", y nada. Sigue con un gesto aparentemente inexpresivo. El nerviosismo se convierte en ira, chillidos y llanto. Se cruzan dos miradas intensas, y el vencido nota que el vencedor es capaz de dejarle allí sin mover un músculo. Odio y temor, contra una mirada ¿vacía? .... no lo se. Por fin, le deja ir, con el tiempo justo para llegar a una ruta, que en cualquier caso, le habría esperado.

Eran amigos, y después lo siguieron siendo, aunque ya no fue igual. El vencedor recuerda, con sorpresa, como disfrutó del momento. Jamás se lo dijo a nadie. Pero no lo olvidó.

"Eres un capullo.....un hijo de puta".......

En esas palabras de hoy encuentro el reflejo de aquella mirada de ayer.

sábado, 26 de marzo de 2011

Tarde de viernes

Es esa hora que parece que no pertenece a nadie. En viernes, o estoy durmiendo la siesta, o cumpliendo obligaciones diarias, de sobremesa si quedé a comer......pero rara vez estoy disfrutando de la calle, alejado de las zonas de trasiego ciudadano. Hoy, sin embargo, tuve que esperar en un paseo, al lado de un parque infantil y a la salida de un instituto. Todo estaba poblado de adolescentes, diseminados por todos los rincones en los que el entorno urbano invitaba a formar un grupo. Grupos permeables, con gente que iba de uno a otro, mientras algunos se dedicaban a sus aficiones compartidas. Pero con el aroma de viernes tarde, a la salida de clase, haciendo planes para lo que queda del día y lo que falta de la noche. Ya se me había olvidado esa sensación, pero al verlos, renació por unos breves instantes. Y recorde el frescor especial de la tarde, la excitación ante lo que al comienzo del fin de semana prometía ser el mejor día jamás vivido, la promesa de diversión asegurada.....las risas, los juegos, el modo de llamarse la atención unos a otros, consciente o incoscientemente, los que ya saben que lo hacen, los que no se enteran de que les están llamando, los que ignoran.... Me sorprendí con una sonrisa en la boca. Y miré a mi lado, y vi como alguien no quitaba ojo a la misma escena que yo observaba con nostalgia. Pero en su mirada, brillaba la curiosidad ante lo que, dentro de muy poco, será para ella también el principio del fin de semana. Y es que el tiempo pasa volando. Como esas tardes de los viernes......

sábado, 19 de marzo de 2011

¿Seré yo?

Dedicado especialemente a quienes descubrieron esa insospechada arista de mi carácter.




Y es que....es bueno conocerse ¿verdad?

Le pediré los royalties que me correspondan a John y Brian.....