miércoles, 29 de diciembre de 2021

World full of mirrors

 

Hay una gran diferencia entre saberse único y pensar que lo que me ocurre me sucederá sólo a mí.

a diciembre del 21

Cualquier cosa

“Me sentía capaz de cualquier cosa. Sólo si me lo pedías tú. No te puedes imaginar la intensidad con que te metiste en mí.”

Dicen que escribo bien, y que tengo gran capacidad para plasmar sensaciones acertadamente con pocas palabras. Pero ella es mejor que yo. Siempre lo fue, y siempre lo va a ser.

Hoy hace 11 años ya, y como bien dice, aquello ya paso, pero de alguna manera siempre será. Aún así, es de las pocas, poquísimas ocasiones, en las que desearía poder volver atrás.

lunes, 20 de diciembre de 2021

Magic mirror (I like the mirror in you)

I put muy hand in front of the mirror.
Morning mirror.

It reflection was there.
True mirror.

Surrounded by the image of your closed holes.
Liar mirror.

The glass was cold, the mood warm.
Adventurous mirror.

Your moistened skin called my hand.
Dirty mirror.

The wide hand invaded one hole.
Pleasant mirror.

The other hand paid attention to the back hole.
Lustful mirror.

I felt the tight heat on my wrists.
Magic mirror.

Outside the boundaries of the mirror our smiles meet.
Prophetical mirror.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Locura

Me preguntan:

“Y tú, ¿cuánto calzas de locura? Por saber a qué atenerme, digo.”

De locura, nada. Mi perversidad es consciente y meditada. Que no por ello menos intensa. El temor procede de la consciencia de los riesgos. La locura pasa por encima de todo ello.

Lo cual no implica que no sea imprevisible. Pero eso es otra historia.

martes, 7 de diciembre de 2021

Necesito.....(no basta con ser puta)

Necesitas, necesitas.

Antaño, cuando me venían con necesidades fútiles solía responder con una sencilla demostración. Les llenaba la boca por completo, y luego les tapaba la nariz con dos dedos. Cuando comenzaban a salírseles los ojos de las órbitas abría los dedos y les decía: “Eso sí lo necesitas. El resto, es solo deseo”.

Hoy soy menos didáctico. Pues a veces la demostración no se entiende, sólo calan los mensajes explícitos. Algo así:

“Lo que necesitas es ser coherente, tragarte el orgullo, agachar la cabeza, tener paciencia y ser humilde. Empieza por ahí y piénsalo bien antes de soltar una puta palabra que pueda sonar a exigencia.”

La sutilidad, la comprensión lectora y la lectura entre líneas están en mínimos alarmantes, sobre todo cuando colisionan con el deseo. No tengo claro que funcione, pero bueno, es lo que hay. Y es que no basta con ser puta. Para eso, confórmate con alguno de los centenares que lo que desean es follarte.

sábado, 4 de diciembre de 2021

Por los bordes de la realidad

Un momento en una agenda
Una décima de segundo más
Vuela, va saltando de hoja en hoja
Mil millones de instantes de que hablar

In my life
Oh, why do I give valuable time
To people who don't care if I live or die

I know I should come clean
But I prefer to deceive.
Everyday I walk alone and I pray that God won't see me.
I know it's wrong.

Busca un libro que diga "Como"
Luego otro que se titula "Si"
Sigue un tercero llamado "Nada"
Es la forma de un círculo sin fin

In my life
Why do I smile
At people who I'd much rather kick in the eye?

I'd like to think that I was just myself again

Vega/Morrissey/Robert

jueves, 2 de diciembre de 2021

De humedades extrañas (será verdad)

 

La imagen de la primera vez es virtual. Aunque la sensación es indeleble. Probablemente, ahora, tanto tiempo después de aquello, se entremezclen en el recuerdo las sensaciones de ese instante con las posteriores vivencias en las que la realidad física dibujó situaciones similares, conformando una visión que se enriquece de todos y cada uno de esos momentos. El caso es que puedo describir el ambiente de lo que ocurrió en aquella habitación, aquel mes de agosto, a 500 kilómetros de distancia, como si hubiera estado presente. Quizá porque ya comencé a estar presente. Así, veo la figura arrodillada y desnuda sobre la alfombra, escéptica y malencarada, atendiendo demandas que le parecían una estupidez. Aspecto que no dejó de señalar de manera casi impertinente, mientras el enfado parecía ir en aumento.

No recuerdo exactamente cuando notó el "click" en su cabeza. Gradualmente fue entrando en el juego, y la suavidad creciente de su ánimo era patente. Gruñía, pero menos. Cada vez menos, hasta que notó con sorpresa que fluía su excitación, y la situación dejó de parecerle idiota. A su pesar, pues estaba decidida a no dejarse llevar, reconoció que estaba disfrutando. Que notaba cómo algo indescifrable aún para ella la envolvía y le hacía mojarse. Sí, ella, de orgasmos tan difíciles y escasos, estaba mojada, y cada vez más excitada. Incluso empezaba a pensar que sí iba a poder llegar a hasta el final. A pesar de todo lo que le había dicho a aquel extraño, iba a poder, sí.

Y llegó. Derrumbada sobre la alfombra, al lado de la cama, sorprendentemente, llegó. Al final, aquel tipo iba a tener razón, y todo aquello que le decía ver en ella era algo más que palabrería. Un orgasmo, en aquella postura, sin sus juguetes, y sin tener libre la imaginación......sí, había llegado. Era posible, y fue. Aunque lo mejor era todo aquello que estaba por venir si hacía caso de todo lo que le había anunciado. Bueno, veríamos a ver.

Dos años más tarde, estaba de nuevo desnuda y arrodillada, aunque eso era algo habitual para ella. Ahora estaba él alli, mirándola desde atrás, seguro que disfrutando de la blancura de sus muslos, del culo ofrecido y el coño brillante. Porque hace tiempo que con sólo pensar en él la humedad baja por entre sus piernas, sin que pueda evitarlo. Es más, hay periodos en que la tiene todo el día mojada. No gana para bragas.

Hoy no gruñe. Espera, expectante, quieta y nerviosa. Siempre nerviosa, quién se lo iba a decir. Y si encima comienza a pasarle la mano por las nalgas, suave, incitante y pausadamente.....

El primer azote le sacó un grito. O un gritito. El segundo, también. Y el tercero, y el cuarto. El ritmo hacía que el sonido fuera constante, como una letanía que de vez en cuando aumentaba la intensidad para volver a caer, en una cadencia perfecta. Tan perfecta, que no tardó más de dos minutos en correrse. El rumor se convirtio en un rugido sordo que devino en llanto, mientras se anuciaba el siguiente orgamo, pues los azotes no habían cesado. Pues esa era otro de los descubrimientos inesperados para ella a lo largo de esos años, saberse con capacidad para llegar al climax tantas veces como aquel cabrón inmisericorde decidiera que iba a llegar.

No se dio cuenta de cuándo ocurrió. Los azotes habían parado, aunque no sus lágrimas. Lloraba a tumba abierta, liberando una tensión insospechada, que amenzaba con dejarla vacía y sin embargo sentía que la llenaba de vida. Se apoyó en él, que estaba agachado a su lado, acariciando el culo marcado, transmitiéndole esa calma que sólo a su lado podía alcanzar.

Tanto tiempo después, seguía pareciendole extraña esa capacidad que día a día se incrementaba y no parecía tener fin. Aunque ya no gruñe, ni duda ni le parece idiota. No sabe a dónde va a ser capaz de llegar, pero sí sabe que si él lo dice, como las lágrimas y su coño mojado, será verdad.

Me gusta

 

Me gusta dibujar sobre la piel.
Y dejar surcos en la mente.

En cualquier orden.
En cualquier situación.
Sin solución de continuidad.
Incluso simultáneamente.

Que el surco trace el dibujo, y que el dibujo cree el surco.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Quiebro doble

Me entregó la cosecha de este año. Una docena de finas varas, flexibles, pulidas, frescas, hambrientas. Aún con el aroma a campo, desbastadas y listas para su uso.

Percibí una sonrisita inadecuada, mientras ponderaba la manufactura cuidadosamente elaborada del mango. Un trabajo minucioso y bien acabado, para un objeto de vida efímera.

Sonrió casi presuntuosamente. Como tantas otras veces. Pero hoy, la vara me inspiró. O quizá me puso en mi lugar, conminándome a hacer lo propio con ella. Así que tuvo que ofrecerme sus nalgas y espalda desnudas. Mientras jugueteaba con cierto desdén delicado dibujando trazos invisibles ponderaba la magnitud de lo que se avecinaba. Y en un infinito crescendo, la fina e inanimada vara cobró vida, y comenzó a reclamar su tributo en piel. Con suavidad y firmeza, a ritmo marcado e intensidad en constante aumento.

La sonrisa despareció, también la relajación, y la tensión crispada de los puños cerrados se envolvía en un suspiro profundo que pronto devino en un leve lamento. Noté con claridad como esperaba que cada golpe fuera el último, el desánimo que le invadía al recibir el siguiente, así hasta que el lamento se convirtió en quejido, posteriormente en rugido y finalmente en llanto.

Llanto con sonido a quiebro. Paré. Tomó aire. Mientras acariciaba la superficie ahora caliente, estriada por los impactos, noté que volvía en sí.

Ya recuperada, asomó de nuevo una sonrisa, esta vez sin asomo de presunción, y cierto relajo mientras se incorporaba.

“¡Qué cabronazo es Usted, Señor!”, pude escuchar.

“No has aprendido nada”, pudo oír, sin acabar de comprender el fondo de la frase.

“Ponte boca abajo de nuevo”, mientras hacía oscilar la vara entre mis dedos. La súplica de sus ojos decía que por fin entendió, y mientras retomaba la posición, ahora absolutamente tensa , y plena de aflicción mientras el sonido de la saeta cortando el aire le adelantaba lo que de nuevo iba a poder disfrutar.

Encaje

Sí, lo sé.
Sé que nunca voy a encajar.
Quizá por eso desdeño lo social.
Ni aunque encuentre el hueco perfecto, pues mi forma tiende a cambiar cuando aparece el lugar adecuado.
El sueño eterno de la incomodidad perpetua.

Aún así, el saberlo me tranquiliza.
No tiene sentido luchar contra lo inevitable.
De ese modo, aunque no pueda dejarme llevar, tampoco me desgasto yendo contra ello.
Un curioso equilibrio, aunque suficiente.

Eso no me hace débil. Como mucho, ininteligible en ocasiones.
Que tampoco es un drama, al contrario.

Mostrarse

Mostrase no significa ser explícito. Es algo que se suele confundir. Y aceptar la dictadura de los que no saben mirar conlleva renunciar a sugerir, incitar y matizar.

Lo plano es para los incapaces, ¿no crees?

Bastante hay con soportar el mundo de los seres de cristal.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Tópicos. I.

“Porque yo lo valgo”
“Se tiene que merecer mi...”

La ostentación de la dignidad y el orgullo son el disfraz de los mediocres y los incapaces.

sábado, 30 de octubre de 2021

Halloween

En un par de noches se hallará en su apogeo la trivialiciación de la antaño noche de difuntos. La “celebración “ actual tiene sus raíces en una costumbre bárbara que a inundado sin medida nuestro mundo. No me parece raro que tienda a vivirla quien así lo hizo desde la tierna infancia. Por el contrario, me resulta extraño, aberrante y triste que lo haga cualquiera que tenga más de 35 años, pues no forma parte de su bagaje cultural, social o tradicional.

La pena es provocada por una mera reflexión, sin honduras, de lo que el suceso significa. Pero como es normal que mi autoridad y competencia sobre el asunto sean fácilmente cuestionables, dejo las reflexiones de alguien que merece un indudable respeto y consideración.

Por lo demás, hagan pasado mañana el ridículo en su pulsión infantil-adolescente del modo más digno posible.

https://elpais.com/cultura/2014/01/22/actualidad/1390412516_018602.html

jueves, 28 de octubre de 2021

Los cuatro jinetes de la perversión.

Sádico y masoquista, dominante y sumiso.
Los cuatro jinetes de la perversión, que monta a caballo.

El resto, va en pony. Que frío dejan todos los demás , ¿verdad?

 

El clan piloso

Anteayer vi las imágenes de una reciente fiesta fetichista en Madrid. Nada que no haya podido observar en decenas de reuniones similares. Salvo por un detalle curioso: todos los hombres llevaban barba.

Revisé la convocatoria y no, no era requisito imprescindible para asistir. Con lo cual deduzco que o bien era una hermandad, al fotógrafo le gustan los tíos con barba o es producto de seguir la moda. Probablemente, sea esto último.

En un espacio de supuesta amplitud mental de ver un batallón de clones es de de lo más desalentador.

Alguien respondió a la pregunta de qué le parecía el ejército diciendo que los militares visten todos igual, y que eso querrá decir algo.

Pues eso.

Opinión y consenso

Hay una filia general por la inclusión que lleva a situaciones estúpidas. Por ejemplo, con el consenso. Puedo buscar consenso para llevar a cabo una acción común que involucra a varias partes con intereses no coincidentes de modo que todo ellos obtengan algún beneficio.

Pero con mis opiniones o aseveraciones ni busco, ni pido, ni reclamo, ni espero consenso. Diría que ni lo deseo. Son las que expreso las raras veces que pueda mostrarlas. Si te gustan bien, y si no también, pero te guardas tu opinión.

Si no te dan pie, no preguntes.

Cuanto imbécil con afán de protagonismo mesiánico, por favor.

martes, 12 de octubre de 2021

Ahormar un huracán (medir el infinito)

Aún no sé muy bien cómo expresar las sensaciones que me trae. Hay una tentación intensa, un horizonte inabarcable y están abiertas todas (sí, todas) las posibilidades. Es más fácil decidir cuando no tienes alternativa. Lo inevitable no tiene solución, para lo bueno y para lo malo. Y es que aunque todo sea posible, y todo pueda parecer estar permitido, la certeza de que el error condiciona es innegable. Otra cosa es considerar un error algo que no lo es.

Es una situación inaudita la de tener campo absolutamente libre para experimentar, descubrir, enseñar, condicionar, confrontar, medir, mas.....¿quién es capaz de medir el infinito?

Sólo otro infinito. Aunque el resultado pueda llevar a una indeterminación. Pero el proceso de hallar el medio y realizar la medida es estimulante. Tan estimulante como ahormar a un huracán y ceñírselo a la cintura, envolviendo todo su vértigo en una verónica de lentos vuelos e intensidad....infinita.

La cosecha de los castaños

Se está convirtiendo en una grata costumbre. De nuevo este año, en fechas similares a otros anteriores, tiene lugar la visita a la finca, espacio que poco a poco se va convirtiendo en un lugar de peregrinación y ofrenda, en el cual la comunión entre el primitivo influjo de la naturaleza y la refinada esencia del ánimo perverso se funden en un crisol que da vida y sentido, uniéndose la imaginación etérea con las sensaciones tangibles que penetran a través de los sentidos.

Ya está la recolecta seleccionada y almacenada, lista para ser tratada entre el brillo de los ojos y el tintineo de la cadena provocado por la actividad de las manos que metódica y cuidadosamente dan forma y tacto a los instrumentos que servirán de escarnio a la piel y paz al espíritu. Pronto estarán listas para ser usadas.

Amén.

lunes, 11 de octubre de 2021

La goma de borrar

 

Es sorprendente como los más inocuos objetos, en las manos adecuadas, se convierten en el instrumento perfecto para canalizar el flujo de intensidad que es posible en una relación sadomasoquista. Claro que no es tanto la herramienta como el ingenio y saber hacer que emanan de una mente capaz, despierta y preparada. Y que sabe lo que hace, como lo hace y cuando debe hacerlo.

Hoy tuve una demostración aplicada de todo ello con algo tan simple como una goma de borrar. Lo que se introdujo como un comentario casual en nuestra conversación provocó una mirada de respeto reverencial con un reflejo de temor muy defino, ambos formando un cuadro delicioso y con consecuencias inevitables.

Así pues, fue inevitable que pidiera ver satisfecha mi curiosidad, y naturalmente, fui complacido. El acto, de concepción aparentemente sencilla, encerraba una potencia en su ejecución y consecuencia difícil de prever. Desde luego, algo al alcance de unos pocos elegidos.

Pude disfrutar, por lo tanto, no sólo de ver satisfecha mi curiosidad, sino de un momento en el que se condensaron por igual la esencia del sadismo y el dominio con la profunda necesidad de pertenecer que nace de lo más profundo de un ser. Y encima, el resultado estético de esas alitas tan monas es arrebatador.

Pero no fue sólo eso. Mientras veía salir los finos hilos de piel enrollada provocados por la fricción de la goma, notaba que a su vez algo se iba también borrando en mi cabeza. Así, toda la quincalla aparente que se adhiere como morralla inútil a casi cada una de las imágenes, textos, comentarios y opiniones que inevitablemente se aprecian al entrar en esta página como resultado de la actividad de la mayor parte de los usuarios de la misma, se fue poco a poco desprendiendo de mi mente, arrastrados inevitablemente por cada uno esos sutiles jirones de piel que iban saliendo acompañados del gemido esencial que brotaba en un lastimero y a la vez gozoso crescendo de alguien que una vez dudó de la perversa utilidad de una goma de borrar.

Y es que una vez se vio la luz, los brillos dejan de tener sentido. Sin embargo, todos esos falsos brillantes jamás sabrán qué hacer con una goma de borrar. Salvo tratar de eliminar a quien no escribe como ellos.

Gracias, amigo.

domingo, 3 de octubre de 2021

Detesto

Los escritos de autoafirmación pública. ¿De verdad hay tanta debilidad en esas mentes a medio hacer?

Ciertas actividades requieren madurez y fortaleza de carácter. Quien no las posee, no vale.

Pero parece que si valen para ensuciar todo aquello que rodea a lo que no pueden alcanzar.

Deberían ir al psiquiatra y dejar de joder a lo que no pertenecen ni nunca podrán.

Pero abrir la boca acá es gratis. Y tan terapéutico....woashhhhh.

De verdad, nunca llegaréis. Id a molestar a otra parte. Que por aquí ya está bien.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Desnuda

Sin que nada te permita disimular tu cáracter,
esconder tu deseo,
ocultar tus pensamientos.

Pareces absolutamente infinita, más allá de límites y fronteras.
Desbordante y a la vez comprimida, pasando del vértigo a la liberación.
Y aún llevas la,ropa puesta.

Ya pensarás mañana en lo que te convierte ser así.

sábado, 28 de agosto de 2021

Perfil

No time for talk. Maybe I owe you one, i don't like it but I guess things happen that way.
And that's all, folks.

O quizá, no

Just a common man with an unavowable side.

Hace años, ya bastantes, una persona de sensibilidad y espíritu especial me describió así:

"Hubo un tiempo en que el timbre del teléfono era Él. Cada vez que sonaba, yo era como un perrito del experimento conductista de Pavlov: todas mis glándulas se ponían en estado de alerta en cuando anticipaban que iba a escuchar su voz. Es increíble como nuestra mente es capaz de construir una realidad perfecta contando con unos pocos datos.

Afortunadamente, se cansó pronto de su nuevo juguete. Habría sido capaz de hacerme hacer cualquier cosa que se le pasara por la mente. "

Puede que aún sea así, caprichoso y encantador en lo inconfesable.

Disfruto de dos cómplices especiales, y busco pervertidos amables y coherentes con quien compartir juegos con cierta asiduidad, preferentemente en Madrid. Pues obras son amores, que no buenas razones. Cualquier combinación puede ser posible. Eso sí, nunca exijáis en mi dominio. Siempre, pedid.

Alérgico a gregarismos identitarios.

 

viernes, 20 de agosto de 2021

Mansplaining

 

Hoy le he mandado un mensaje a una tarada. Cada vez es más común, eso de enviar algo a tarados, pues son más abundantes cada día que pasa. Son taras voluntarias, supongo que en la mayor parte de los casos resultado de la incapacidad de asumirse como son en vez de como querrían ser ( y si añades que cada día sienten y quieren ser de un modo diferente...)

La muy palurda me contesta que lo que hago se llama mansplaining. Por el tono ya imaginé que su razomiento estaba dictado por el coño. Y no me equivoqué. Resulta que el dichoso término se viene a definir de este modo:

"La palabra mansplaining es un neologismo anglófono basado en la composición de las palabras man (hombre) y explaining (explicar), que se define como «explicar algo a alguien, especialmente un hombre a una mujer, de una manera considerada como condescendiente o paternalista»"

Vamos, que la palurda ¿intuye, siente, percibe, sabe...? que me he puesto en un plano de superioridad sobre ella. Propio de mentes inseguras y débiles.

Por cierto, lo que le mandé fue la entrada anterior, Órgano supremo. 

Normalmente dejo pasar estas memeces, pero creo que ha llegado el momento de ser beligerante con el reinado de la estupidez. Pues no es otra cosa que eso.

En fin.

Órgano supremo

 La mente....no es un órgano. Es el rector de todos los órganos, quien los activa, rige, apaga, muta.

Quien permite que sientas sensaciones absolutamente opuestas ante el mismo estímulo, que se convierta el rechazo en deseo, lo imposible en experiencia, lo infinito en abarcable, lo inesperado en cotidiano.

No reduzcas el poder de la mente al de un mero elemento físico. Es mucho más.

Y, aunque en realidad te da miedo que alguien manipule y maneje la tuya, lo deseas, y lo sabes, ¿verdad?

viernes, 6 de agosto de 2021

El espejo y el coño

Con el vientre jugando a ser ofrenda de un descenso incitante al reflejo del deseo en forma de hendidura húmeda y carnal.
Tócalo, penetra desde detrás de la mirada para crear una sensación real a partir de un aroma imaginado.

Pocos se atreven a ser conscientemente lo que les muestra el reflejo.

lunes, 26 de julio de 2021

Coherencia forzada

 La desnudez no parecía violentarla. Al contrario, le dotaba de una extraña seguridad. Tanta, que era difícil distinguir entre la obediencia y la complacencia, de modo que parecía a la vez dejarse llevar y manejar la situación. La mirada baja y la docilidad del gesto no casan con su lenguaje corporal. Mantenía las manos atrás pero su actitud era decididamente envolvente. Trató de acercarse, y sólo un fuerte tirón de ambos pezones refrenó temporalmente su impulso. Un mohín se dibujó en sus labios, y al tiempo que comenzó a levantar la vista esbozaba una palabra.

La bofetada casi da con ella en el suelo. Aún sorprendida, mantiene el impulso que sólo una nueva bofetada, más contundente y sonora que la anterior, consigue detener. Vuelve a bajar la mirada y a unir los labios, pero ahora sí que la gestualidad de su cuerpo se alinea con la actitud que pretende mostrar.

Y la dureza de los pezones es por fin coherente con su ánimo al tiempo que la humedad se hace evidente resbalando por los muslos, anunciando su rendición.

sábado, 24 de julio de 2021

¿Qué le gustaría?

 Usarte.

Usarte absoluta e integralmente, en todo el ámbito que permite tu potencial, en mente y cuerpo.

Explorarte, conocerte, poseerte y traspasar todos tus límites, absolutamete todos. Notar que no tienes final, que todo es posible y que no puedes ni quieres evitar que haga de ti lo que desee. La mayor perra, la más grande de las putas, la esencia de la entrega, la encarnación de la sumisión, el paradigma del masoquismo, la certeza de la esclava.

Eso me gustaría.

lunes, 19 de julio de 2021

Pregunta

 

“¿Qué buscas?”, me preguntaron.

“Verdad en la perversión y el deseo.
Una cómplice absoluta
Alguien a quien cuando la mire, la piense, la imagine, la vea me dispare el ánimo pervertido, y a ella le pase lo mismo.
¿Existirá algo así?”, respondí.

Creo que aún, sí.

domingo, 11 de julio de 2021

Mucama

 

“Estoy de relax en casa, ya he hecho casi todas las tareas”, me dice.

“Una buena mucama, eficiente y servicial”, le contesto.

“¿Mucama?”, repone, sorprendida.

“Sirvienta, doncella.
Por cierto, vestidita así no estarás mal, no.”

“Ah, jajaja, se hace lo que se puede.
¿Como disfraz? He llevado alguna vez si”, asiente, sonriente.

“Como atuendo para tus tareas. Sin disfraz.
Tú lo que haces muchas veces es disfrazar a la puta esencial que llevas dentro.
Y yo lo que quiero es mostrarte sin disfraz.”

jueves, 8 de julio de 2021

7x24

 

“I live it 7x24”.

Creo que no, que nadie hace eso. Es imposible, material y temporalmente imposible.

Pero sí que vive en mí permanentemente.

"Late en mí 7x24”.

Sí, me parece mucho más adecuado. En cualquier instante se revela inevitablemente. Y es que la literalidad y yo nos hemos llevado siempre tan mal.....

domingo, 4 de julio de 2021

El impulso del instinto

Este año y medio ha sido devastador, aunque a simple vista no lo aprecie. Alguien me dice que me ve igual, que yo no cambio, pero no es verdad. Quizá compare mi aspecto aparente con sus nuevas canas para llegar a esa conclusión, pero yo sé que sí, que no es verdad.

Algo ha cambiando para siempre. Costumbres, hábitos nuevos, no se evaporan ante la falta de restricciones, al contrario de lo que cabía esperar. Hay una nueva comodidad que ejerce su fuerza, anestesiando la fuerza que antaño permitía afrontar cualquier dificultad de un entorno poco amable, casi hostil. Y ahora que la cubierta protectora deja de ser necesaria, curiosamente, no es fácil abandonarla atrás. Tuvo que venir una agresión nueva y desmesurada para poder identificar a todas aquellas pequeñas agresiones cotidianas que antes sufría en silencio o con inevitable fatalismo.

Sólo el impulso del instinto permanece casi incólume, listo para cumplir su función primordial. Aunque la comodidad, el cansancio y la necesidad de protección juegan suciamente en su contra.

Tan solo espero que no sea demasiado tarde.

 

sábado, 19 de junio de 2021

Círculos evidentes

El giro es breve, rápido y preciso, de manera que imprime una endiablada velocidad en el extremo. Tanta que aunque se aprecia el recorrido sobre la piel la larga tira claveteada, el sonido es único. Seco, grave y definido, de tal manera que define la intensidad e incisiva fuerza con la que la correa deja el trazo sobre la piel.

El efecto es inmediato, y apenas el cuero abandona la carne, las marcas dibujan instantáneamente el relieve con perversa exactitud. Cada círculo correspondiente a sus homólogos metálicos en su sitio, delineados y aumentando su contorno rojizo con cada segundo.

Tan instantáneo como la humedad que recorre los muslos. Tanta, que no hace falta preguntar como está. Es evidente.

miércoles, 9 de junio de 2021

Comodidad y protocolo

“¿Qué relevancia le da al protocolo, Sr, Al?”, fue la pregunta.

La verdad es que nunca pensé en él en términos de importancia. Si en si es adecuado o no. Tras unos minutos de meditación, respondí:

“Pues la propia de su función. Sirve para marcar un ámbito.

Y proporciona unas reglas y pautas que a aquellos que son lo que dicen ser no les resultan incómodas.”

Ese “ser lo que dicen ser” es la madre del cordero. Aunque la pretendida modernidad lo niegue. Pensando un poco más, quienes suelen denostarlo en realidad pretenden instaurar un protocolo diferente, acorde a su capacidad. A lo que sienten que son.

A su comodidad. En el fondo, aparte de incapacidad y desconocimiento, suele revelar una profunda falta de respeto por otros que intuyen, o saben, no son como ellos. Por mucho que en apariencia parezca ser así. Y es que hay realidades que no casan con la forzosa inclusividad global a toda costa. No puedes homogeneizar un magma y pretender encontrar pureza en la mezcla.

 

viernes, 14 de mayo de 2021

Veinte minutos mágicos.

¡Sólo dos horas! La exclamación rebotaba aún, formando un eco negativo, realimentando un stress absurdo.

¡Sólo dos horas!, repetía nerviosa y acelerada, mientras yo sonreía calmada y cómodamente tumbado en el sofá.

Subía, bajaba, corría, buscaba.....y ya sólo quedaba una hora y cincuenta y siete minutos, y disminuyendo. Creo que mi sonrisa la aceleraba más. Hasta que le hago parar.

En posición de espera, le mando cerrar los ojos y dejar de verbalizar, de mirar, de pensar. Ajusté con calma el ambiente, luminosidad y sonido adecuados. Una vez disminuida la percepción de esos sentidos, es momento de aumentar la del tacto. Las tiras de cuero traen una caricia sedante por todo su cuerpo, con una intensidad imperceptible e impecablemente creciente, al estilo del Bolero de Ravel, pero al ritmo del Clave bien temperado. Sube, crece, aumenta lenta e inflexible la intensidad, y comienza a sentir y a no pensar. Aparece la tentación del abandono, de dejarse llevar, y no puede evitar seguirla, en un continuo crescendo.

Desaparece el tiempo, y el pensamiento, y la propia conciencia. Sólo existen los golpes, rítmicos, pausados, inevitables, inflamando el espíritu que transciende al repositorio carnal que lo contiene.

Se ha acabado el tiempo, y da igual si fueron veinte, cuarenta o cinco minutos. El efecto es intemporal, y el sello, eterno. Es el efecto de dedicarme a aquello para lo que estoy naturalmente dotado, y no a otra cosa. Por siempre jamás.

Cáñamo virgen.

Aún siguen allí, con ese olor característico. Hace muchos años que llevado por un erróneo impulso de pureza casi romántica, adquirí 50 metros de cañamo sin tratar, con el ánimo de crear y dar alma a mis propias cuerdas. Claro, el hechizo murió pronto entre el olor intenso, mi falta de pericia y de paciencia para ese tipo de menesteres. El contraste entre los juegos de cuerdas debidamente tratados y los que yo llevé a aquel curso en Usera me convenció de a qué debo y a qué no debo dedicarme. O aquella tarde con el perfume de melón tratando de rebajar la intensidad de aquel olor penetrante e insoportable.

Hoy, 8 años después, ahí estaban las tres últimas. Con su aroma característico convertido en un eco lejano pero reconocible, y aún firmes y consistentes. Y tras tantos años, les di el uso al que estaban destinadas. Ver el cuerpo levitando, suspendido del gancho del cielo, resultó una acción catártica. Y en ese instante, aroma, tacto y tensión formaron todo uno con la piel marcada y mi mirada brillante. No siempre los malos principios conducen a peores finales. Quizá sea cuestión de graduar adecuadamente la intensidad de los aromas. Quizá.

Necesito adorarle, sir.

Una declaración asimilada en el pensamiento a partir de procesar la emoción. No es algo que pueda inferirse en dos días, ni tampoco es fácil de aceptar e interorizar.

Resulta refrescante entre tanta lava llena de impurezas y elementos espúreos.
Y bellísimo. Mucho.

viernes, 7 de mayo de 2021

Bondades

 Hoy, por enésima vez desde que frecuento este mundo de placer y dolor (entre otras cosas), me he vuelto a encontrar con el catálogo de bondades que debiera poseer, inevitablemente, un buen dominante. Otras veces aplica a la sumisa ideal, a la dómina, etc, etc, etc... (aunque no recuerdo haber visto resúmenes similares dedicados a switchs, masoquistas ni sádicos. Supongo por la amplitud posible en el primer caso y por la especifidad tan concreta que une a los dos últimos. O quizá porque no hay tanto intrusismo en ese ámbito, quién sabe) .

Pues como decía, hoy tocó de nuevo el catálogo de bondades del dominante. Y conforme las leo, me da por pensar que no sólo lo debe poseer un dominante. También mi abogado, mi jefe, mis subordinados, mi esposa, el panadero, la frutera, el guardia municipal y hasta los monosabios de Las Ventas.

Pero, como dijo aquel ilustre formado por las cornadas y la vida,

"Lo que no puede ser, no puede ser, y además, es imposible."

 

 


What a wonderful world - Louis Armstrong.

Mirror, mirror.

Mirror, mirror, drawing the shape of your desire.
Mirror, mirror, showing the darkness of your inner thoughts.
Mirror, mirror, that gives you back your own sight, arousing your mind with your fears.

Mirror, mirror, revealing your future from your past to make your present.
It can be a real hard experience to notice what is on your mind upon the mirror reflection.

Mirror, mirror...have no mercy of her...for her pleasure...and mine.

Mirror, mirror.....

domingo, 2 de mayo de 2021

De coches y putas

Pues sí, mi querido amigo, tienes razón, y yo estaba equivocado. Un coche es un coche por serlo, y no por cómo lo conduzcas. El ego te puede hacer creer que tú creas y construyes el coche, pero el coche, es.

Es un placer confrontar las ideas con personas consecuentes y que usan el cerebro. Y que tiene un coche estupendo.

lunes, 26 de abril de 2021

Mi puta

 

"Seré su puta"

Mi puta.

Serás mi puta.
Te gusta.
Te gusta decirlo.
Te llena la boca.
Te tensa el vientre.
No serás mía,
ni una puta.
No.
Mi puta.
Serás mi puta.
Ambas cosas a la vez,
indisolublemente unidas.
Sentirte puta porque eres mía.
Sentirte mía porque te convierto en puta.

Eres Mi Puta.

miércoles, 21 de abril de 2021

La piara del jovencito emasculado

 Me hizo gracia el apelativo. Tanto por el ingenio verbal como por la idea subyacente que fluye de aunar los conceptos de emasculación y cerebro. Me gusta la potente imagen que arroja, un órgano privado de parte de la capacidad de su función esencial motivado por un acto quirúrgico. Pues esa es la sensación que tengo cuando trato con estos elementos que pretenden hacer daltónica a toda a la humanidad. Florentinos de vía estrecha que justifican bajo la capa de Robin Hood su última subida de impuestos.

Me gusta el mensaje. Y me gustó comprobar que tenía bloqueados a todos los miembros de la piara (sí, de esa piara, también). Bloqueados a lo largo del tiempo, tras haber interactuado epistolarmente con unos cuantos y comprobar que sí, que emasculados mentales es lo más suave y certero que les puedo llamar. Leí otra frase que aplicaría mejor, algo así como "Hijo de puta, deja de decir tonterías", pero si hay un modo elegante de decirlo, ¿por qué no?

Lo bueno es que se agrupan en las susodichas piaras, y eso los hace tan identificables y aislables. Espero que cuando les falte el alimento externo acaben por devorarse entre ellos. Como buenos "hermanes", naturalmente.

martes, 9 de marzo de 2021

Estos tiempos extraños

 Oigo, en un programa de radio, participar a una oyente con una petición de un tema "para aliviar estos tiempos extraños", y a la vez dando una disculpa por el ruido de fondo, debido a que la solicitante graba su mensaje mientras realiza su ejercicio matinal.

Y sí, pienso que son extraños y malos tiempos aquellos en los que se da por válido un comportamiento desconsiderado cuando éste viene envuelto en una sonrisa y una disculpa. Ante una disyuntiva, se debe uno guardar su egoismo y abstenerse de algo que le apetece a obrar mal y disculparse. Además, por parte del destinatario del menseje, el aceptar disculpas de actos voluntariamente incorrectos debiera ser inconcebible. Sin embargo, ese comportamiento es cada vez más normal, y hoy ante esa situación ambos protagonistas se reían.

Sí, son tiempos extraños. Quizá a la medida de quienes los viven.

sábado, 27 de febrero de 2021

Retazo fabulado del amanecer

Tus piernas abiertas, desnudas bajo la sábana, parecen seguir inconscientemente mi deseo de tenerte ofrecida. Deseo propio o quizá ya inducido en tu mente. Deseo de saberte excitada con sólo pensarme. Quizá, en el duermevela previo a despertarte, tus sueños me tienen presente y por eso tu condicionada respuesta aflora de modo cada vez más natural y automático. La entrega de tu mente se traduce en una respuesta física cada vez más consistente.

Mente, espíritu y cuerpo se aúnan en una necesidad que va siendo omnipresente.

Un leve azote en tu sexo te arranca del letargo, y abres más las piernas. No, tu respuesta refleja ante ello ya no es cerrarlas. Y ahí corroboras que eres cada vez más mía.

Abre los ojos al nuevo día.

jueves, 25 de febrero de 2021

El libro obsceno

Me zambullo entre la escritura de tus muslos, plena de letras cálidas y pensamientos inconfesables, promesa de placer obtenido en los márgenes de lo lícito y lo sensato. Abro las páginas con intensidad y firmeza, provocando que la humedad se convierta en temblor, y la calidez en aromático y fluido veneno de sabor suave y gusto denso.

Y fuerzo mi carne entre tus pliegues, y busco las aureolas hinchadas que piden tormento y gozo, y abro, abro, abro y abro una y otra vez la insondable oscuridad de este libro que ya no se puede, ni queremos, cerrar.

Sin apenas abrir los ojos, mi mano persigue el calor de las letras dormidas. Acaricia el lomo, abriendo lenta pero firmemente el camino hasta las hojas carnales, que comienzan a despertar al requerimiento.

Los pliegues de la piel no dejan de ofrecer su viscoso saludo, y mientras, en otras zonas de la biblioteca el marfil se cobra un tributo tenso y punzante.

La otra mano hace presa en el cabello y sirve de guía a la boca ávida de letras, también húmedas y cálidas, que aguardan en el rigido libro que asoma impúdicamente en otra estantería.

Buenas ......

....intenciones,
buenas ideas,
buenas experiencias.

A mí me lo parece, cuando pienso en aquello que se me ocurre y estimula, pero me dicen que no, que son malas , intrínsecamente malas, propias de mente enferma.

Pero si algo no te hace mal, no es malo.

Así que buenas tardes.

Densidad

Mi mano rodea tu cuello.
Tu espalda se arquea.
Empujo ligeramente hacia atrás.
Abres las piernas.
Mi mano libre invade sin delicadeza alguna tu sexo.
Suspiras.
Respiro.

Y el aire comienza a ser más denso.

martes, 23 de febrero de 2021

Historia de placer cautivo (hallada entre las estrellas)

Es una historia de placer cautivo. De ese placer que nace de la posesión. Placer que se otorga, se concede y al que se llega cumpliendo, obedeciendo. La mano ejercía una intensa atracción y se convirtió en el instrumento de ese placer, el único medio permitido para alcanzarlo.

Ella era una escultora. Y debió esculpir la réplica de la mano que habría de procurarle el placer. Todo su placer.

Y esa foto era parte de la serie que sirvió de modelo para crear el ara sobre el cual a partir de ese día iba a ser su única fuente de gozo y humedad.

La mano

Aún recuerdo a la primera mujer que me confió que lo primero en que se fijaba de otra persona que le llamara la atención era en sus manos.

Me sorprendió mucho. Y hoy, años después, la imagen con la que me presento es precisamente una de mis manos. No sé si las anima la mente que hay detrás. Puede que sí. Aunque eso es algo que debe apreciar quien las mira.

sábado, 20 de febrero de 2021

Un desvarío onírico, sin duda, provocado por la sed.

 

Me despertó el aroma a café. O quizá me desperté pensando en aire perfumado y me asaltó ese que flotaba en la estancia. Aroma estimulante de mañana, anuncio del brebaje excitante que si bien no es necesario para mí, me resulta innegablemente placentero. Aunque pronto percibí la superposición con otros olores que seguían presentes en el ambiente, en el entorno, por doquier. La persistencia densa e inequívoca de la cera fundida, el penetrante y consistente del cuero, y las notas aún evidentes a salvaje fluido animal, rastro de momentos de excitación intensa.

Me levanté remolonamente, y diluí el embrujo de parte de tanta estimulante fragancia con agua y jabón. Al acercarme las manos a la cara, pude notar, en una última pirueta, el recuerdo del jengibre juguetenado levemente en mi nariz. Levanté la vista y pude disfrutar de mi sonrisa, somnolienta aún , saludándome en el espejo. Y salí hacia la cocina.

Allí estaba, mi desayuno, dispuesto. El café, las tostadas, el tomate rallado, las naranjas exprimidas......toda una amalgama de sabores recientes extraídos en lo que parecía ser una alegoría de lo acontecido en las horas nocturnas. Y entre todos ellos, la presencia arrodillada, con las piernas abiertas y el sexo brillante, el plato principal de tan estimulante almuerzo, aportando su cuota de aromática viscosidad a todo el cuadro. No sé si lo que más me gusta de ella es lo que es o lo que espera que le haga ser. Probablemente, ambas cosas están indisolublemente unidas.

Es hora de desayunar.

sábado, 13 de febrero de 2021

Bisnes (Sex professionals on Fetlife)

 

I believe that there is in Fetlife an incresing trend. Indeed, it grows day by day. The current crisis seems to be a main factor, and each day becomes easier to find an economic interest behind an increasing number of profiles on this web.

What are the web managers waiting for to rule the prostitution in a fucking efficiently way? Among dozens of labels on the profile, should be easy to create one like "Sex professional" or something like that, and set a feature that would allow to filter the visible profiles from it.

Creo que la tendencia es imparable. Desde luego, es creciente. Supongo que la crisis actual influye, pero cada vez me encuentro más móviles económicos detras de bastantes perfiles.

¿Qué esperará la página para regular la prostitución de una puta vez? Entre docenas de etiquetas en el perfil, debería ser sencillo crear una del estilo "Profesional del sexo" o algo así, y poder filtrar los perfiles visibles a partir de ella.

viernes, 12 de febrero de 2021

Una inconsistente más

Quizá una caradura, una malcriada, prototipo arquetípico del "porque yo lo valgo". En el mejor de los casos, una egoista sin mucha noción de en qué se mete. En definitiva, un perfil muy habitual, al menos en mi experiencia cercana. Una soberana zorra con una capacidad sexual considerable sin la voluntad ni aptitud real de crear lazos pero buscando hacerlo pero sin poner lo necesario de su parte. Considera que ofrecer su zorrería, que en el fondo no son más que ganas de satisfacer un impulso primario, es más que suficiente. Resultado, una absoluta falta de coherencia. Y de honestidad con las intenciones que dice tener de relación. No sé si con las suyas inconfesadas no. Como resultado, presume de franca verdad y sin embargo miente en casi todo.

Son adecuadas para encuentros sexuales intensos y profundos. Pero no van más allá. Aunque ellas creen que sí. Cómo hacen perder el tiempo. Eso es lo peor.

jueves, 4 de febrero de 2021

El infierno

Ordenando viejos, muy viejos archivos, apareció en uno de ellos un relato que me marcó profundamente cuando tuve acceso a él, allá por la primera década del siglo, antes de que pensara siquiera en acometer algunas de las acciones que en estos años he podido disfrutar. Es exagerado e irreal en conjunto, lo sé, pero cada parte por separado tiene un aroma a verosimilitud posible que impacta. Y si bien al principio me parecía un conjunto de actos imposible, la experiencia me ha permitido conocer personas con unas capacidades que invitan a pensar que no es tan absolutamente descabellado como en un origen pensaba. No conozco al autor. Creo que la página original en la que lo descubrí era Marqueze, aunque luego lo vi en TodoRelatos y alguna otra. Pero hoy ya no está allí. Espero que lo disfrute quien decida leerlo

No se como me encontré de noche en aquel lugar ni como llegué hasta allí. Nunca había estado por esa zona de la ciudad pero necesitaba experiencias nuevas y esperaba conseguirlas.

El caso es que encontré una luz de neón que indicaba con una flecha una puerta bastante siniestra con unas escaleras que bajaban hasta un lugar de apariencia tétrica. Luego supe que estaba próximo al infierno.

Encendí un pitillo, aspiré profundamente y me aventuré hacia el fondo sin pensármelo dos veces.

El lugar era oscuro, entre tinieblas y luces tenues, el ambiente bastante cargado de humo y de olores que no pude identificar. Y aunque no podía ver apenas nada si pude presentir la presencia de otras personas. Casi estaba a punto de dar media vuelta cuando una mujer madura, un poco gorda me dio la bienvenida a su local con una amplia sonrisa y me invitó a una copa en la barra.

No sé que contenía aquella copa, solo sé que al terminarla mi mente se separó de mi cuerpo, como si yo ya no fuera yo misma y viera la escena de lo que ocurría desde otra perspectiva.

La mujer se acercó y de la mano me llevó al centro de una especie de pista de baile con un gran foco de luz iluminando un taburete. Yo la seguía como una autómata.

Una vez en el centro, pude ver un montón de hombres rodeando la pista en las tinieblas, en completo silencio y siguiendo sin perderse ni un solo movimiento nuestro.

Si darme cuenta, la mujer hizo que me inclinara hacia adelante sobre el taburete apoyando mi vientre sobre él en una postura de lo más indecente. Ni siquiera me resistí.

De pronto unas poderosas manos masculinas me agarraron las muñecas y las ataron a las patas, abriéndome a continuación las piernas y atándomelas también. Yo seguía ausente, dejándoles hacer.

A partir de ese momento todo sucedió salvajemente rápido. La mujer me desgarró fieramente la blusa, dejando que mis tetas colgasen por delante del taburete y empezó a golpearlas para que se moviesen saltando y bailando delante de todas las miradas. Mis pezones se endurecieron como nunca a la vez que ella los pellizcaba con las uñas y tiraba fuertemente de ellos hacia abajo estirándome las tetitass como si quisiera ordeñarlas. El dolor que me causaban sus manotazos, sus pellizcos y sus tirones empezaba a gustarme y a excitarme hasta el punto de que empecé a gemir mientras mi coño se humedecía, y mis blancas ubres iban adquiriendo un tono rosado a medida que las iba golpeando.

Otras manos me desabrocharon los pantalones y me los bajaron de un tirón junto con las bragas hasta los tobillos, dejando todo mi coño mojado y mi blanco culo a la vista de todo el mundo.

Aunque me sentí humillada, la sensación de estar expuesta a cualquier vejación que quisieran hacerme y el interés que despertaban mis partes más intimas a toda aquella gente me encantó.

Los expertos y gordezuelos dedos del hombre comenzaron a tirar de los rizados pelillos del coño hasta que algunos de ellos quedaron entre sus dedos. Luego abrieron mi sexo y tirando de los labios hacia los laterales como si fueran tan elásticos como la goma mostraron a todos aquellos hombres mi agujerito más intimo ya completamente dilatado y chorreando fluidos producidos por la excitación. Primero introdujo el dedo índice, luego otro dedo entro en el hasta terminar con cuatro dedos de sus gordas manos metidos hasta el fondo de mi coño y moviéndose como si quisiera arrancarme las entrañas girando la muñeca para hacer la cavidad más y más grande.

Sin poder explicarlo mi cuerpo temblaba y se convulsionaba involuntariamente. Me sentía cada vez más excitada al verme así totalmente desprotegida, expuesta como un animal en una feria. Notando que el hombre intentaba vender un producto sexual para el goce y disfrute de unos salvajes que a saber lo que podrían hacerme y sin importarle ni un ápice mi persona. Levanté la cabeza y vi a todos aquellos hombres con sus pollas en la mano frotándoselas, endureciéndolas, mirándome así, atada y vulnerable y sentí placer. Placer por ver aquellas enormes, brillantes y coloradas vergas dirigidas hacia mi.

De pronto, alguien puso delante de mi cara una enorme y rugosa polla de goma. El tamaño era desmesurado de largo y de grosor, tanto que no podría existir en la realidad un modelo semejante; dejando aparte aquellas protuberancias que recorrían todo su tallo. La introdujo en mi boca para que la lamiera. Casi no me dio tiempo a saborearla cuando como si se tratase de un puñal me la clavó de un golpe seco en el coño hasta el fondo. Grité de dolor y casi me desmayé, pero la bruja de las uñas largas estaba allí pendiente de mi para que no me perdiera ni un minuto de conciencia y pudiera darme cuenta de todo lo que me estaban haciendo, así que me apretó los pezones fuertemente como si fueran espinillas para que sobresaliesen todavía más. Ya los tenia a punto de reventar, doloridos e irritados, casi en carne viva, entonces me colocó dos pinzas de tender la colada pero metálicas y volvió a golpearlos para verlos saltar con las pinzas colgando y retorciéndolas brutalmente arrancándome gritos, aullidos, lágrimas y haciendo que por primera vez me rebelase y luchase contra mis ataduras para poder salir de allí corriendo.

Mientras las pinzas se me clavaban en la carne, el hombre movía la súper polla de goma dentro de mi; primero en amplios círculos para que mi chocho se abriera más aun y dejando que mis fluidos resbalasen por ella a la vez que me lubricaba; luego sacándola suavemente y volviendo a clavarla con una fuerza brutal con el peso de su propio cuerpo que hacía que a cada golpe de polla me balancease peligrosamente sobre el taburete hacia adelante y estuviese a punto de caerme si no fuese porque la mujer me empujaba hacia atrás por los hombros para que encontrase de nuevo el objeto que con el que me estaban apuñalando el chochin.

Las lágrimas de dolor resbalaban por mis mejillas sin que yo pudiese evitarlo para mayor júbilo de mis verdugos y del resto de los asistentes. Los oía jadear a mi alrededor.

Pensé que ya no quedaba mucho para que me soltasen, pero fui demasiado ingenua, ya que todavía quedaba otro agujero. Uno que nadie nunca había osado penetrar, uno que yo no había dejado que nadie explorase jamás. MI CULO!!! aunque aun mantenía la esperanza de que se olvidasen de aquel agujero virgen.

Todavía con la polla de goma clavada hasta lo más hondo de mi chochete, noté una sustancia fría y resbalosa en el culo. No pude evitar un estremecimiento al imaginar lo que me esperaba. Las manos que ya me habían poseído con tanta brutalidad el coño separaron mis nalgas hasta el límite de su elasticidad con lo que el agujero del culo se abrió ligeramente. Un dedo caliente penetró en el hasta el nudillo sin ningún tipo de consideración hacia mi dolor y poco después otro vino a hacerle compañía para hacer presión uno hacia un lado y otro hacia el lado contrario para abrirlo más, dejando ver una profundidad cavernosa, oscura brillante y sugerente sin límites.

Mientras la mujer me separaba las nalgas hasta casi desgarrarme la raja y dándome fuertes palmadas en el culo que como mis tetillas también se iba poniendo cada vez más rojo, el hombre me metía sus gruesos dedos en el agujero abriéndolo y cerrándolo, escupiendo sobre el e introduciendo su propia saliva dentro. Al cabo de un rato de esta tortura para mi ojete introdujo un instrumento metálico que no supe identificar y como si fuese unas tenazas lo abrió y lo tensó de tal manera que hizo que se abriese enseñando por fin el ojete en todo su esplendor.

Creía que quería romperme el culo salvajemente debido a que aquel musculo que separaba el ojo de mi culo con el agujero de mi coño y que servia de puerta de entrada se volvía cada vez más elástico, como vencido y dado de si y sobre todo enrojecido, a punto de desgarrarse y romper definitivamente la frontera de unión entre los dos agujeros.

Pero esta vez aquel hombre fue más delicado. Saco aquellas tijeras planas de el y poco a poco entre cachetes y abriendo y juntando otra vez mis nalgas se fue dilatando, aunque no demasiado teniendo en cuenta su virginidad.

Entonces me di cuenta de que no quería abrirlo en exceso. Una sorpresa esperaba a los espectadores y si estaba demasiado abierto el placer de meterme sus pollas o lo que quisieran por el culo sería menor. Así que el muy desgraciado cogió unos cubitos de hielo bastante grandes y me los metió a presión por el agujero que ya me había hecho para que la sensación de frío volviese a cerrarlo y así poder empezar otra vez la sesión con más brutalidad. Enseguida mi calor interno deshizo el hielo, provocando que un hilo de líquido saliera resbalando por mi culo hacia mi coño siguiendo por mis piernas.

Sentí como se presentaba una cagada urgente y como preámbulo un enorme y silencioso pedo salió de mi culo. El contraste de mi calor interno con el frío hielo hizo que una gran mierda líquida con algunos grumos saliese a borbotones por el ojete. Mi esfinter ya no me obedecía y por más que intentaba apretar el culo y cerrarlo la mierda seguía cayendo y resbalando por mis muslos.

La vieja fue la única que se rió de toda la concurrencia, y por debajo del taburete vi como se embadurnaba los dedos en el charco de la cagada que yo misma había creado y acercándose a mi boca hizo que se los limpiase con la lengua, mientras el hombre con una fusta me seguía castigando el culo.

Me golpeaba las nalgas, el ojete y el coño con furia, como si estuviese cabalgando una potranca y dejando marcas rojas a cada golpe.

El dolor no me dejaba pensar, ni gritar ni tan siquiera intentar liberarme. Mi cuerpo permanecía fláccido como el de una muñeca. Estaba humillada completamente.

Otra vez la mujer al cuidado del dolor dejara que permaneciera con mis sentidos alerta me colocó la tercera pinza. Esta vez en el clítoris. El dolor se hizo casi insoportable porque esta pinza apretaba más, pero la muy puta sabía bien hasta donde puede llegar el límite de las fuerzas y del aguante humano, y la retorció lo justo para sacar de mí un alarido que excitó todavía más al público asistente al espectáculo. Otra vez estuve al borde del desmayo, pero de pronto una suave corriente recorrió mis pezones y mi chocho y pude saber que las pinzas que tenia enganchadas en mis tetitas y en el coñito estaban enchufadas a un pequeño generador eléctrico que a partir de entonces soltaba descargas eléctricas con una intensidad que dependía de mi grado de conciencia. Cuanto más cerca del desvanecimiento me encontraba más fuerte era la descarga que se hacia aun más intensa en cuanto que mi cuerpo estaba empapado de sudor y fluidos sexuales.

Unas nuevas pinzas en forma de torniquetes estaban destinadas a mi coño. El hombre pellizcó mis labios mayores y apretó cada una de las tuercas fuertemente. Tenía que hacerlo así ya que de ellas pendían unos contrapesos que hacían que mis labios vaginales se estirasen hacia abajo y quedasen completamente colgantes. De un brusco empujón la polla se escondió en mi chochete casi completamente. Un nuevo alarido surgió de mi reseca garganta. Por el dolor de la embestida y porque aquellos pesos balanceándose hacían que mis labios vaginales se balanceasen y penduleasen mientras seguían estirándose cada vez mas.

Ya no quedaban mas que mis labios menores, completamente empapados y sonrosados. Las ultimas pinzas eran igual que las otras, solo que terminaban en unas abrazaderas de piel en forma de argollas. La misma operación se repitió. Volvieron a apretar las tuercas, esta vez un poco mas fuertes porque estos labios estaban tan lubricados que resbalaban y con las correas alrededor de mis muslos tensaron hasta que mi chocho quedo abierto en toda su rojez. Estas últimas pinzas que me colocaron terminaron de abrirme el chochin para que la polla pudiese entrar hasta casi perderse dentro. Volvió a empujarla hacia el interior y esta vez entro hasta el final. Debía tener unos 30 cm de largo por unos 7 cm de grosor, y solo podía verse su base como un tapón cerrando mi cueva. Todo mi interior ardía y se expandía y rodeaba aquella monstruosidad haciendo una presión descomunal hacia las paredes vaginales.

Entonces de repente pararon de manosearme, por lo que deduje que se preparaban para otra fase de su show, y claro, vino lo que tenía que venir. Pretendieron subastar mis agujeros y mi cuerpo entero, pero a estas alturas los viciosos hombres estaban tan salidos que la puja iba a ser interminable, por lo que fijaron un precio para todos y establecieron los turnos en que cada uno gozaría de lo que quedaba de mi.

Como última fase del juego me enseñaron una especie de cadena de bolas de diferentes tamaños que iban de menor a mayor desde el tamaño de una bola de golf a una bola de billar o de tenis. Al oído me susurraron que me las iban a meter todas por el culo hasta la garganta. Ni siquiera pude gritar, y como habían prometido comenzaron a cumplir la amenaza.

Mientras la mujer me daba latigazos con una fusta sobre mis nalgas el hombre las separo ligeramente y apoyo contra mi esfinter la primera bola y presionó fuertemente para que entrase a mi caverna. Las tres primeras bolas, las mas pequeñas, apenas las note, pero luego fueron haciéndose más y más grandes y la presión que tenían que hacer para que cada una de ellas entrase a través de mi pequeño agujero era mayor, y el espacio que quedaba dentro de mi culo era menor, con lo que me sentía completamente llena, teniendo en cuenta también que la polla del coño presionaba la delgada pared que lo separaba del ano. Pensé que iba a reventar por algún sitio, que me iban a destrozar los intestinos o el útero, a rasgarme el musculo del ojete o a arrancarme literalmente los labios de mi coño.

Creo que llegué a contar ocho bolas en total metidas dentro de mi culo y la última de ellas introducida de un golpe seco juntando las dos manos sobre ellas y empujando con todo su peso, pues ya mi ano no daba para más elasticidad y tuvieron que forzarlo. Después fue hábilmente empujada hacia las profundidades por el mango de la fusta que me estaba latigando, de manera que aun dejaba espacio suficiente para que cualquiera de los observadores pudiera todavía meter su polla hasta chocar con las bolas e incrustármelas aun más.

Así ofrecida a la concurrencia; con las tetas bailando y los electrodos enganchados, los pezones enormes a punto de estallar, la polla clavada hasta el fondo visible por su base únicamente por la brutal separación de los labios y un sugerente agujero oscuro con un trocito de cadena visible que enganchaban las bolas en su interior para prepararlo para el mayor deleite de los clientes uno a uno los mirones se fueron acercando a mi. Unos metieron su polla bestialmente en mi culo, chocando con las bolas que se iban hundiendo cada vez mas adentro mientras sentía que algo en mi interior se me desgarraba y aullaba de dolor.

Otros me la metieron en la boca, que aun estaba manchada con la mierda reseca y empujaron hasta la garganta con una fuerza inimaginable que casi me hace vomitar allí mismo; otros se limitaron a mover la polla que tenía clavada en el coño, llegando incluso a tirar de ella hacia arriba para hacer más hueco y meterme otra polla, esta vez de verdad en el mismo agujero en el que pensé que no cabria ni un alfiler. Notaba como los huevos golpeaban contra mi pobre coño haciendo un ruido de chapoteo.

Entre el público había incluso algunas mujeres, que no se diferenciaban con los hombres por ser mas delicadas, sino que su brutalidad no solo se equiparaba a la de ellos. Ellas podían ser todavía mas bestias ya que querían introducir su mano completa en mi culo; creo que alguna o alguno lo consiguió, porque notaba el agujero rasgado, completamente lleno con un puño que movían en círculos dentro de mis entrañas que se convulsionaban intentando cerrarse sin éxito, lo que les producía mayor excitación al notar el calor y la humedad que les rodeaban el puño.

Algunos metieron la mano abierta y se dedicaron a explorar mi interior con sus dedos, pero todos, tanto ellos como ellas golpeaban mis tetas con sus manazas cuando acababa su turno y tiraban de las pinzas con saña como si quisieran arrancarme los pezones y dejarlos colgando del extremo de las pinzas mientras se colocaban delante de mi cara terminando de masturbarse fieramente mientras me gritaban lindezas como "puta, zorra de mierda, sucia perra, guarra" y lindezas semejantes.

No sé cuanto tiempo pasé así humillada, ultrajada y utilizada ni cuantos hombres gozaron de mi cuerpo violado, y sodomizado, aunque debieron ser muchos y en realidad yo nunca llegue a negarme a lo que me hacían. Yo ya no era yo.

De pronto fue como si una ducha de líquido caliente y viscoso me inundase el cuerpo ya de por si empapado en sudor, y supe que la lluvia de leche de todos aquellos tipos estaba cayendo sobre mi. La cantidad de crema era tal que goteaba por las patas del taburete hacia el suelo, y de mis tetas parecía salir autentica leche que hacia que mis pezones heridos escocieran como cuando a una herida abierta le echas sal.

Alguien me agarro fuertemente del pelo y me levantó la cabeza, mientras me obligaban a abrir la boca, y otro chorro de leche tibia, amarga y grumosa entró en mi boca atragantándome.

Se que cuando todos y cada uno de ellos se hubieron corrido sobre mi espalda alguien me retiró las pinzas que martirizaban mi cuerpo entero y tiró de la polla que aun seguía incrustada en mi y de la cadena hasta que la última bolita salió bestialmente del culo terminando de desgarrar la abertura. Una oleada de frescor me inundo por dentro, haciendo que tuviera el mayor orgasmo de mi vida, y por fin soltó un gemido de autentico placer.

Entonces me encontré sola, bañada en leche, destrozada con todo el culo roto, impresionantemente abierto como la boca de un túnel imposible de cerrar por mucha fuerza que hiciera. El coño enormemente dilatado, dolorido y colgante, como el de una becerra que acabase de parir un buey y los labios vaginales completamente estirados, unos irritados pezones que habían triplicado su tamaño y su grosor y miraban hacia arriba de unas tetas enrojecidas, fláccidas y más colgantes que nunca, completamente deformes; planas y aplastadas contra mi vientre como las de una vieja de 70 años. Aquellas tetitas que antes eran tan firmes y redondeadas. Los pezones antes erectos y enhiestos ahora yacían al final de aquella masa informe de musculo y tenían el tamaño de una canica, pero estaba por fin desatada en medio de una pista de baile vacía y oscura.

No se como llegue de nuevo a casa, pero una vez allí y dispuesta a ducharme me di un vistazo en el espejo y al ver a aquella mujer reflejada, unas lagrimas calientes resbalaron por mi rostro. No podía dar crédito a que aquello fuera mi cuerpo.

Me duché, y aunque antes me gustaba acariciarme en la ducha esta vez fue una autentica tortura notar la monstruosa deformidad de mi cuerpo. El culo seguía sin cerrarse y el coño me colgaba asquerosamente, luciendo las calvas que me había hecho aquel animal al arrancarme varios mechones de pelos.

Cuando me vestí fue peor. Me puse primero las bragas, observando con horror como los labios vaginales sobresalían por los laterales, de modo que entre sollozos tuve que cogerlos con las manos y juntarlos uno encima del otro para poder cerrar el agujero y que entrasen en la estrecha base de las bragas. El culo antes prieto ahora temblaba como un flan y las nalgas antes juntas ahora estaban separadas dejando todavía ver toda la raja con aquel negro agujero todavía ensanchado.

Intenté ponerme el sujetador, pero parecía que había encogido varias tallas, así que también uní mis tetas y como pude las introduje dentro de aquella minúscula pieza, pero rebosaban por todas partes sobresaliendo por encima de la tela. Los pezones no quedaban a la misma altura uno del otro, por lo que tuve que colocarlos también lo mejor que pude viendo como su enorme tamaño estiraba la tela y me era imposible disimularlos ya que la tela cedía a pesar de que ya no estaban tan duros como antes.

El simple roce con aquellas apretadas prendas intimas hacia que todo el cuerpo volviera a escocerme, mas cuando ahora ya no me servían y estaban a punto de estallar por aquella masa de carne que a la fuerza tenia que sujetar.

Paso el tiempo y mi cuerpo no se recupero totalmente, aun quedan secuelas de aquella noche y aunque no podría repetir esa experiencia jamás, y a pesar de que sigo pensando que mi cuerpo nunca volverá a ser el mismo de antes tampoco podría decir que no disfruté de ella, y hoy todas mis fantasías se reducen a recordar aquella noche en la que descendí por una escalera hasta la antesala del infierno. En mi vida sexual ya nada volvió a ser como antes de esta experiencia y nada volvió a satisfacerme plenamente. Ahora todo me parece demasiado suave. Tal vez tenga que volver a salir al encuentro de nuevas experiencias, pero….. ¿Quedará realmente alguna NUEVA experiencia para mí?

viernes, 29 de enero de 2021

Exactitud incuestionable

 

"Yo diría que ofrecí toda mi vergüenza, sensatez y toda lógica."

No podría expresarlo mejor. La Irrefrenable atracción en la que subyace el impulso que desborda cualquier pensamiento y cualquier temor. La fascinación esencial brotando de la carne febril y húmeda. La consumación en el altar pagano de los propios demonios. El placer de ser lo que solo la capacidad y el talento únicos permiten.

Todo recogido en tres palabras: lógica, sensatez y vergüenza. Sin más.

La zorra y su altar

 

- Por cierto, te llevarás el banco a la nueva casa, ¿verdad?
 
- Me lo llevo, sin duda. Sé que le gusta
 
- Me gusta a mí. ...y a ti. Es como un altar donde ofreciste la perversidad de tu virtud
  Pues esa capacidad que tienes es una apreciable virtud
 
- Yo diría que ofrecí toda mi vergüenza, sensatez y toda lógica.
 
- Vergüenza, sensatez y lógica.
  Me encanta, zorrona. Has definido la esencia de lo que llevas dentro mejor que nadie. Por encima de todas las palabras tan sonoras con ánimo de transcendencia que suelen usarse 
 
 - Avestruz

miércoles, 20 de enero de 2021

Ya se va la nieve

Ya se va la nieve, 

ya se va el blanco,

queda la suciedad que la manta virginal cubrión firme y candorosament.

Suciedad que se refleja en el envés oscuro del negro.

 

Quedan más restos, y más realidad, pero esa prefiero no verla,

y dedicar la mirada a la palidez que me embriaga de pensamientos oscuros,

que enciende la intensidad de mis ojos

y modula retorcidamente el tono de mi voz.

 

Se va la nieve, y queda mi blanco, trufado de negra intención. 


PD La pequeña zorra era un bluff. Un fraude sin sustancia. Hija de su tiempo.