Hay una filia general por la inclusión que lleva a situaciones estúpidas. Por ejemplo, con el consenso. Puedo buscar consenso para llevar a cabo una acción común que involucra a varias partes con intereses no coincidentes de modo que todo ellos obtengan algún beneficio.
Pero con mis opiniones o aseveraciones ni busco, ni pido, ni reclamo, ni espero consenso. Diría que ni lo deseo. Son las que expreso las raras veces que pueda mostrarlas. Si te gustan bien, y si no también, pero te guardas tu opinión.
Si no te dan pie, no preguntes.
Cuanto imbécil con afán de protagonismo mesiánico, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario