martes, 31 de diciembre de 2013

Viento del este, viento del oeste

A mediados de año no daba un penique por mi. Se habían sucedido meses de decepciones encadenadas, y simultáneas. Llegó un momento en el que tuve relativizar mucho más de que acostumbro, que de por sí es bastante. Y ni aún así me sentía capaz de ver la luz. Se aunaron en el daño la certeza de que desaparecían elementos que consideraba firmes y básicos, con una suerte de orgía deshonesta y un entorno general deprimente.

Decídi no aguantar el vendaval y dejarme llevar. Probablemente me hundiría de todas formas, pero al menos si retrasaba el acto aumentaban las posibilidades de evitarlo. En medio de tanta oscuridad, fueron apareciendo pequeñas luces, algunas efímeras y otras lejanas. Éstas me permitieron tomar conciencia de donde me hallaba, y de ese modo, buscar la manera de recuperar el mando.

Han pasado desde entonces semanas y meses, y he tomado algunas decisiones  y postergado otras. De entre todas esas luces, una ha ido incrementando su brillo de un modo al principio imperceptible, realimentando a su vez el mío, en una simbiosis tan placentera como inesperada. La intuición no me alcanzó en un principio para imaginar hasta que punto podía llegar, y aún hoy, sigo sin tener una noción clara de donde se hallan los veraderos límites a alcanzar.

No sólo ha contribuido a regenerarme, si no que me ha hecho mejor, y ha extendido esa benefactora influencia por terrenos insospechados. Nos encontramos en el momento adecuado. Y pese a algún altibajo, la realimentación sigue. Y seguirá.

El cambio de vientos nos acercó (ella se empeñó en venir, sería indecoroso atribuir el encuentro a la casualdiad), y pude ver que está hecha para mi. A medida, a la medida de la más íntimo de mi mente y ser.

Y de ese modo se me está dando.

Y yo disfruto tomándola. Entera y sin condiciones.

Hoy es una fecha que invita a recapitular. Hace un año preveía tiempos convulsos y carentes de sentido, y así se dio. Hoy la mayor parte de las circustancias permanecen igual o peor que entonces, algunas ya consumadas y otras próximas a hacerlo. Al menos, he aprendido a moverme en ellas. Y sé que en siempre hay alternativas. Siempre. Tan sólo hay que abrir la vista y la mente y verlas.

Y, por supuesto, con la certeza de ser el afortunado poseedor de algo que no sabía que pudiera existir.

El año que viene traerá otros vientos. Entonces veré.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Contigo ¿conmigo?

Es un placer escucharte
saber lo que deseas
respirar tanta tensión
densa y severa

Con pantalon
con faldita
sin sosten
siempre viva
dispuesta
intensa
irregular
....perversa

Es un juego, por supuesto
el mío, el tuyo
en ti, para mi,
contigo,,,¿conmigo?

Puede ser, no lo niego, tampoco lo digo.
Puede ser, desde el interior, hasta la piel
Puede ser, contigo, conmigo

jueves, 26 de diciembre de 2013

Desafinando en la insensatez

La sensación es encontrada. No puedo decir que no lo haya previsto, pero tampoco que lo esperara ahora. Puede que sea el tributo que hay que pagar cuando absolutamente todo es posible. No lo sé. Sí sé que he sentido, experimentado, aprendido y vivido como nunca lo hice antes, y creo que como nunca lo volveré a hacer.

Partimos de una situación en terreno neutral, renunciando a premisas individuales que en otra relación habrían sido innegociables. Yo enterrado en un pozo provocado por la deshonestidad más lacerante que haya sufrido jamás.

¿Insensato? En absoluto. ¿Desafinado? Las armonías tan particulares que hemos tejido se sustentan sobre un encuentro extraordinario, fuera de toda lógica y comprensión. Así, las sensaciones y emociones recibidas superan de un modo inimaginable cualquier esperanza y deseo que se pudiera haber vislumbrado al comenzar.

Sé que no volveré a sentir así. Precisamente por eso, no puedo estar triste. Poseo el mayor tesoro que se pueda soñar. Y es mío, para siempre.

Aunque se hay formado desafinando sobre la insensatez de una intuición plena de deseo y compartida.




 Prefiero desafinar, y seguir siendo insensato. Al final, me merece la pena. Naturalmente.

PD: No debía ocurrir aún. Pero el daño no es nunca aceptable. Y no he sabido cambiarlo.

martes, 24 de diciembre de 2013

Believe


Your eyes are blue - your kisses too
I never knew - what they could do
I can't believe that you're owned by me
You are telling - everyone I know
I'm on your mind - each place you go
They can't believe that you're owned by me

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Un discurso certero y necesario.

Hoy me he levantado con esto. Me da igual que deje en rídiculo a tal o cual emisora, organismo, organización o particular. Entre otras cosas, estoy hasta los mismísimos de los que razonan con el "y tú más".

El "y tú más" siempre fue la coartada de los incapaces (Si alguien sabe como resolver algo, y tiene la fuerza para hacerlo, no se preocupa de los dimes y diretes, lo hace sin justificarse).

El discurso de este señor (pues es todo un señor) lo suscribo palabra por palabra. Y me quedo con la frase de " Y probablemente el premio que tendríamos que hacer todos los ciudadanos es urnas vacías, completamente vacías, porque es la única manera pacífica que tenemos de hacer que esto cambie"

Afortunadamente, voy percibiendo cada día más voces que llaman a una movilización activa contra todo lo que está ocurriendo. Y a mi el cuerpo me pide cada vez más actuar, y no precisamente dentro de los limitados caminos formales que van quedando, cada vez más escasos.


Que cada cual lo asimile como le parezca. Pero conviene posicionarse activamente antes de que no queda nada que defender. Y la desesperación y la nada proponen alternativas poco deseables. Entonces será ya demasiado tarde.

Transcripción del discurso


"Soy médico de familia y tengo que atender a una zona de la población obrera con gran componente de inmigración, donde se está sufriendo la crisis de una manera importante, donde la gente se está dando cuenta de que con sus pensiones están viviendo varios miembros de la familia acogidos porque han perdido todo lo que tienen. Porque esta situación tan insostenible genera tristeza, desánimo, la gente está empezando a abandonar los medicamentos que toman porque los diez euros que tienen en el bolsillo son para comer mañana y no para comprarse un medicamento sobre una patología que no duele, como es la hipertensión, como es la diabetes e incluso como es el colesterol.

La situación es dramática. Le diría a los políticos que no basta con la voluntariedad y un micrófono, hay que tener un nivel de preparación. Lo mismo que yo para ser médico necesito cualificarme casi siempre de forma constante, ustedes únicamente tienen la voluntad. Y sin con la voluntad fuera suficiente, les puedo poner un ejemplo: por qué no cogen los políticos un avión, colocan al comandante en la torre de control, y si es tan fácil llevar un avión, súbanse todos ustedes, lo mismo nos hacen un favor, a lo mejor. Verán ustedes que no es fácil llevar un avión como no es fácil dirigir un país, se requiere preparación, no solamente voluntariedad.

Perdonen la voz, porque me emociono porque veo sufrir a la gente día a día. Y ante toda esta situación en la que estamos viendo, la verdad, es que comentamos, comentamos y cada vez el empobrecimiento es progresivo, nos están apretando las tuercas poco a poco y estamos llegando a una situación en la que realmente no vemos salida alguna. Y estamos sufriendo una pérdida de calidad, no estamos ajustando nada, estamos perdiendo calidad en todos los aspectos.

Les pediría una voluntariedad de rehacer las cosas. Y probablemente el premio que tendríamos que hacer todos los ciudadanos es urnas vacías, completamente vacías, porque es la única manera pacífica que tenemos de hacer que esto cambie.

Ustedes se tienen que marchar todos porque no tienen representatividad moral ninguna, legitimidad sí por los votos, pero la moral la han perdido ustedes hace mucho tiempo jugando con los ricos, jugando con los poderes fácticos, y aquí estamos todos cada día empeorando.

Podría decir más cosas, quizás dos dichos que la gente puede entender: 'que la fiesta de Blas la pagamos los demás' y 'que esta jodienda no tiene enmienda'.

Y una cosa a los eurodiputados, que puedan viajar en turista, que no pasa nada, que, si cruzan las piernas, no creo que se les necrose el pene por ir con las piernas cruzadas tres horas a Bruselas. Probablemente algún abuelito mío se podría tomar el jarabe de la tos, al cual ahora tiene que renunciar porque los políticos se han acordado más de los de a pie que de otros para recortar."

viernes, 13 de diciembre de 2013

Concerto (en memoria de Jim Hall)

Ayer nos dejó Jim Hall. Uno de esos genios serenos, que nunca metió ruido y estuvo en todas las vanguardias, saliendo de ellas antes de que devinieran en modas.

Pero, sobre todo, si algo le define, es la belleza y equilibrio de su forma de interpretar. Belleza, por encima de todas la cosas.

Ha tomado parte en un puñado de grabaciones refererencia en la historia de la música, pero he escogido ésta, pues sólo la nómina del personal que participa de una idea de la flexibilidad y capacidad de un músico inmenso.


No necesita descansar, ni que le deseemos paz. Su obra le hace eterno

Si de verdad existe el cielo, ahora que se han vuelto a reunir es un sitio un poco más apetecible para ir. Y si es en el infierno, pues igual o mejor.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Intensidad serena (No limits)

Otra paradoja. Aparente, claro.

Sí, me encantan. Imaginarlas, provocarlas, reconocerlas, generarlas....casi casi hasta explicarlas.

La que ahora me ocupa parece ser recurrente, quizá con otros términos más llamativos, pero en esencia con los mismos ingredientes. Define con exactitud casi física el estado actual de ara. Un estado que nunca antes alcancé con nadie. En modo alguno. Porque además tiene cierto aroma de permanencia, más allá de instantes puntuales.

Ofrece la sensación constante de que es posible hacer cualquier cosa. Y cualquiera es cualquiera. Como si no hubiera límites. De ningún tipo. Es una percepción peligrosa, sólo asumible por la certeza de estar en buenas manos, y en correspondencia, por la confianza en la percepción obtenida de sus sensaciones, clara, transparente y sin contaminar, que me permite saber como se encuentra realmente, y como soporta y asimila (de un modo absolutamente increible, una vez más, y van ya tantas que hace que lo extraordinario se convierta en ordinario) todo lo que le estoy haciendo.

En cualquier otro momento y con cualquier otra persona leo el párrafo precedente y me saltarían todas las alarmas. Pero ahora repaso una y otra vez todos los elementos de riesgo que soy capaz de imaginar, más cuidadosamente de lo que lo haya hecho jamás y ninguno alerta de peligro. Lo hay, se ve al fondo, flotando, incitando a tomarlo, pero no hace falta llegar hasta allí. Quizá sea ese el contrapunto. Sería tan sencillo pasarse de frenada, pues hará todo lo que yo disponga. Todo. Y basta con saber que lo hará, para tener la tranquilidad de trazar despacio y concienzudamente los pasos a seguir. Y con la misma calma, disfrutar de la intensidad que flota por todas partes, una intensidad densa y a la vez ligera, que aparece por allí, por acá y sobre todo, cuando yo deseo que aparezca.

Porque esa es la otra clave. Su deseo se ha transmutado efectivamente en mi deseo. Y no de un modo retórico, si no real, absolutamente real. Y complacerme es su motivación, su principio y su fin. Algo que nunca creyó posible. Bueno, no sé si eso es del todo cierto. Pues siempre me vio "como alguien lleno de posibilidades". Y claro, ahora es cuando esa frase toma una dimensión inesperada. Para ella. Y en algunos momentos, para mi también.

Pues sí, me encanta la paradoja. Por lo que trajo y, sobre todo, por lo que promete traer.

Aunque, teniéndola así en mis manos, ¿quién necesita promesas?.


Tacones y frío

El mediodía es soleado y frío. Espero frente al lugar de la cita. Esta vez he llegado primero, algo infrecuente, pues mi impuntualidad crónica no tiene nada que hacer ante su casi enfermiza obsesión por llegar antes de la hora.

Se acerca, y la oigo llegar, el taconeo que acompaña a su paso se eleva con nitidez sobre al amalgama de ruidos enlazados en una calle tan concurrida. Sí, el sonido que trae está por encima del entorno, quizá como un adelanto que muestra su estado de ánimo. Y el mío.

Aparece tras la marquesina, sexual y morbosa bajo la máscara del frío y la tela del abrigo. Ya está mojada, y es tan sólo el principio. Noto al verme la leve muestra del estremecimiento que la recorre, y como su sexo comienza a palpitar. Me encanta percibir esa reacción, que no por habitual deja de ser deliciosa. Busca un beso, pero no se lo doy. Está ahí para que juegue con ella y la use, y eso voy a hacer.

Trae un jersey fino negro de cuello vuelto, bajo el cual lleva la ropa interior que debidamente preparada hace que sus pezones destaquen obscenamente. Trata de cubrirse, pero se lo impido. Es más, le obligo a mostrarse. Una vez abierto el abrigo, y a pesar de que la tela muestra los relieves que muestran cuanto se alegran de verme, pruebo la efectividad de la nueva palabra que hemos añadido a nuestro léxico particular. Así pues, a la voz de "¡Saluden!", los pliegues forzados en la tela se hacen aún más patentes, testigos indiscretos de la firmeza y descarada consistencia de la carne que pugna por salir de su ajustado envoltorio.

Tan llamativos resultan, que no puedo por menos que acariciarlos con el dorso de la mano, para vergüenza y placer de la portadora, y sorpresa y solaz del camarero que nos atiende. De hecho, al final del aperitivo, sus pezones concentran la mirada de medio bar. Y no captan las del otro medio porque es encuentran de espaldas.

Un rayo de sol, una sonrisa y una imagen para el recuerdo. Bella.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Asco

En una página de un entorno de estos que abundan con doble moral (es una casa de citas revestida de un halo de moralidad), tengo un perfil con el cual anduve realizando ciertos experimentos.

Uno de ellos consiste en poner imágenes relativamente explícitas de dominación, y observar las reacciones.



Alguien me escribió comentando el asco que le daba la imagen que tenía puesta como avatar.

Aún comprendiendo la reacción, no puedo por menos aún que sorprenderme por la falta de mesura de quienes no comprenden algo y sin embargo se lanzan a juzgarlo, aunque sea levemente.

Por supuesto, no me importa que alguien que no conozco se sienta mejor o peor por algo que hago o muestro. Reconozco que habiendo en nuestro entorno cercano tantas cosas por las que indignarse y, aún más, considero que son motivo de reacción física contundente, que alguien se dedique a asquearse por un asunto que es una relación particular entre dos personas me produce a mi un asco infinitamente superior al que me trasladan.

Se me puede contestar que si es particular, ¿por qué lo muestro?. Y por mostrarlo, que está sujeto a crítica. Y efectivamente, así es. Pero una cosa es que admita la crítica (que lo hago) y otra que admita el punto de vista de quien critica. Se dice que hay que respetar todas las opiniones. Claro que eso lo dicen quienes se dedican a opinar. Seré un tipo raro, pero algunas de las cosas que leo no me parecen en absoluto respetables, y lo digo.

Así que del mismo modo que a quien le asqueó la imagen lo compartió y yo no tengo más remedio que aceptar que lo haga, respondo que no respeto su opinión porque la considero basada en el desconocimiento y los prejuicios. Y del mismo modo, espero que acepte que no lo respete.

Pues el respeto se encuentra en aceptar que se haga la crítica. Pero pedir que se acepte la opinión vertida en la critica es otra historia ¿verdad?

martes, 3 de diciembre de 2013

Dual

Pues sí, este lugar es la base de un experimento. Una exploración de ciertos límites, algunos deseos, verificar aptitudes y, sobre todo, conocerme un poco mejor.

No se trata de una prueba con gaseosa. Al contrario, he expuesto bastante más de lo que la prudencia podía aconsejarme. Mas he tenido la fortuna de dar con la persona adecuada.

He procurado contrastar caracteres, disposición, sensaciones.....y el resultado es altamente satisfactorio. Tanto que una vez llegado al punto que deseaba conocer, no cierro la puerta como me había propuesto al comenzar.

El paseo por la otra orilla ha fortalecido, y de que manera, mi impulso natural. Pero son las situaciones extremas las que te llevan a ahondar más profundamente en el propio conocimiento. Y aunque pudiera ser suficiente, se que mi curiosidad me impulsará ir un poco más allá.

Dichosa curiosidad....

lunes, 2 de diciembre de 2013

Los Stones son aburridos

Hay momentos que te ponen en tu sitio. Una mirada, un sonido, un sabor, incluso un olor bastan en ocasiones para recordarme de golpe quien soy, de donde vengo y a donde he de ir. Al menos me emplazan para que al llegar a la encrucijada sepa cual es (lo tome o no) el camino correcto.

Hace unos días, charlando de temas varios con una chica, empezamos a intercambiar vídeos musicales. Me había dejado uno en el correo que me resultó curioso, y que no supe por donde coger. Ella es joven, mucho, apenas pasa de los 20 y claro, algunas de las cosas que yo le ponía le sonaban a historias del abuelo.

Hice el cálculo de cuantos años atrás tendría que irme para que alguien que me llevara a mi la diferencia de edad que tenemos me pusiera música de esa antigüedad, y claro, me salieron los treinta. Sí, si le pones a alguien que nació en el 93 música de un grupo que comenzó en el  63, pues eso significa que conmigo hay que irse al 37......

Así que claro, en un momento dado, le mandé un video de los Stones, año 85, y tras escucharlo, me dice, "Es que a mi los Stones me parecen un poco aburridos".

Mi primera reacción fue contestarle algo así como "Desde luego, no tienes ni idea, ¡los Stones!". Pero fui discreto y tan sólo dije "¿Aburridos?". Y me contestó. "Sí, siempre suenan igual".

Y es cierto, en los últimos 30 años (desde el 85 más o menos) los Stones suenan igual. Que me gusten no significa que no acaben por ser aburridos. Que lo son, sí.

Ella me mandó este vídeo


Ciertamente no es aburrido. Es más, es super explícito y no se anda por las ramas. Y no puedo por menos que pensar que si Jaeger y compañía tuvieran ahora 20 años, probablemente harían algo así.

Pero cada uno tiene su sitio. Y el mío está al lado de los Stones. Aunque de vez en cuando me guste escuchar a chicas como Azealia. Aunque hace mucho ya, un tal Duke Ellington le escribio una canción a Azealia. A todas las Azealias. Pero es que Duke nunca fue aburrido. Claro que él era de los que definían los sitios durante toda su vida. No como los Stones (aunque anduvieron cerca).


sábado, 23 de noviembre de 2013

La I

Ahí estaba escrita. En rojo, en una esquina de la hoja. Escueta, delimitada, y para mí, contundente.

La I que marca mi desidia, evidencia el extravío y la confusión en lo que deben ser mis prioridades.

Un severo toque de atención. Muy severo, pues además sabía que iba a ocurrir, y que no debía haber permitido que pasara. Ahora, a correr, a recuperar el tiempo perdido, a improvisar, a forzar la máquina sin necesidad, a hacer de algo natural un proceso tenso para recuperar el paso.

Los suspensos están para los estudiantes, de acuerdo, y de ellos se aprende. No es tarde, ni mucho menos, pero he quemado un cartucho que probablemente me haga falta más adelante. Y las circustancias no son excusa. En fin.

El caso es que tuve que darme de bruces con la I, en rojo, en la esquina de la hoja, para ver que hay otra I que no se ve, sin color y sin papel que, sin embargo, es mucho más evidente que la primera.

Puede que tenga remedio, pero esa va a costar más recuperarla. Si es que aún hay examen de recuperación. Al menos me he dado cuenta del cate que me he llevado. Es un principio, naturalmente.

Casablanca

Esta noche tuve la enésima discusión sobre esa película.

Hay pocas más sobrevaloradas en toda la historia. Para mi, es objeto mitológico de frustrados inconsecuentes. Y no hay una escena de las consideradas míticas que se salve.

Vamos, que es la precusora de los videoclips. Ni Bogart es un señor, ni Ingrid Bergman una mujer adorable.

Sólo sería creible si se hubieran ido los dos juntos al final....pero no.

Bogart, en El sueño eterno.

Y Lauren Bacall (aunque no sale en Casablanca, luego fue su pareja cinematográfica y real) en Harper,con Paul Newman.

Ahí si que es absolutamente deseable.

En cuanto a Ingrid Bergman.....menos Casablanca, cualquiera.

Y los amantes de la estética sentimentaloide, que se vayan a escuchar tocar a Woody Allen.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Mimosa

No es el estado predominante. Lógico, pues sí, en ocasiones.

Se sucede con otros, se entremezclan, prevalecen en un momento dado y luego ceden ante otro empuje que toma momentáneamente el lugar. Un carrusel, a veces vertiginoso, otras pausado, siempre dentro de una sensación de natural fliudez.

Sí, ya, queda genial hablar de posesión, entrega, sumisión, lascivia, lujuria, humedad, ruptura, quiebro, disposición.

Sin embargo, navegando, di con este tema, y el título es el que es Y como también es uno de los estados que se suceden, y el tempo refleja esa fluidez, pues lo pongo.

Porque me apetece.


 Por cierto, en todo caso, Jimmy Smith presentará a George Benson. Eso de que la memoria del mundo comience para algunos en los 90.......dichosa era de internet.

martes, 12 de noviembre de 2013

Click. Evolución

Una evolución. Ya no existe disparo.

Es un estado casi natural.

Fluido.


 


Cotidiano, de una voluptuosa suavidad

Sereno e intenso. Y bello

Brillante y bello.

Y tangible.

Posesivamente bello.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Me resbalé

"Noodles...., I ... slipped"



85 años de Ennio Morricone
un hombre que crea
sobre todo
momentos bellos

viernes, 8 de noviembre de 2013

È inutile parlare ancora...

Sí, es perfectamente inútil.

No es que no haya nada que hacer, o nada que decir. No, no es eso. Se pueden decir muchas cosas. Bueno, eso es algo que se puede hacer siempre, de hecho, hay tanta gente por ahí que habla tanto y no dice nada, o casi nada.

Pero es que no hace falta decir nada. No es necesario. No es preciso argumentar, diseccionar, racionalizar o comprender verbalmente. Decía Marco Aurelio que lo que no te hace peor no es malo. No sé si lo que te hace mejor es bueno.

Y es que da igual. Según escribo me doy cuenta de que trato de poner palabras y no, es absolutamente inútil. La comprensión entra por el aire, por los ojos, por la piel, por la humedad que llena la boca.

Y aunque el hablarlo produce satisfacción, en el fondo siento que es intuitivamente inútil. Aunque, por otro lado ¿quién quiere valorar ciertas cosas en términos de utilidad?. Esa intuición la he tenido desde que comencé, tiempo atrás. Y es que hay una sútil diferencia entre decir de algo que me sirve, y que está hecho para mi. Para mucho, parece que inútil diferencia.


Pues sí, embriagadoramente inútil. ¡Que gusto!






"Mas pra que
Pra que tanto céu
Pra que tanto mar,
Pra que
De que serve esta onda que quebra
E o vento da tarde
De que serve a tarde
Inútil paisagem"

jueves, 7 de noviembre de 2013

Imperativos

Pues no, no me gustan. Los encuentro innecesarios, casi violentos. Y aunque a veces tengo un pronto intenso, una de las frases que más me gustan dice algo así como "la violencia es el último recurso del incompetente". Y algo de verdad lleva consigo, sí.

Así pues, es difícil que opte por imponer. Me resulta mucho más eficaz anunar, convencer, conducir. Más elaborado, cierto, pero reconfortante al final.

Sin embargo, el juego principal de estos días se enrosca alrededor de un imperativo.Bueno, ya, desde anoche son dos. Aunque sólo tienen como tal el tiempo verbal. En realidad, se convierten en una conminación suave. Un interruptor que provoca una reacción inevitable. Un auténtico intercambio de poder.

No es el único estímulo. Más bien es el resultado, ya, de un conjunto de ellos, dirigidos a obtener un estado de mente y cuerpo que permitan que una sóla palabra explote en un delicioso desenlace. Y funciona. Ver como todo el cuerpo se estremece, la tensión en la piel, la entrega que asoma en la mirada.

Hace quince días sonaba a ciencia ficción. Y resulta que ahora ocurre. Con la inestimable compañía de una veta masoquista que cada día es más clara y definida. Lo que antes provocaba sólo dolor ahora produce placer.

Hay que ver. No se puede dar nada por supuesto. Al final, hasta me encuentro cómodo usando imperativos.

Si es que ¡no me lo puedo creer!

PD. Tenemos un lugar muy apropiado para jugar. Cómodo, tranquilo, discreto, con la necesaria presencia de terceros para que además la perversidad fluya de un modo particular. La mujer sentada enfrente se dio cuenta de lo que ocurría y no nos quitaba ojo. Nada era explícito, pero sin embargo resultaba tan...evidente. Y siempre con una selección musical intachable. Ayer, entre otros temas, nos acompañaba éste.



Me gusta asociar una canción a momentos señalados. Y para las cinco perlas de anoche, queda Mr Browne. Y podría haber ido "just a little bit longer". Pero no hay que abusar. O no siempre.

martes, 29 de octubre de 2013

Subiendo



"You better take your chance now baby
Or be sorry for the rest of your sweet loving life, baby
Oh, sugar
Hey sugar, I'll take you to the top
I'll take you to the top
I'll take you to the top, sugar"



La masoquista y el parque

O un elogio de la naturalidad (Be simple, my bitch)

Un día gris. Por fin otoñal. Al menos, meteorológicamente hablando. Los tiempos ahora no permiten excesivas alegrías, dicho sea tanto meteorológica como cronológicamente, y añadiendo también los sentidos literal y figurado.

Aunque hay algo que paso a paso va tomando una dimensión insospechada. Ayer tomó forma durante un paseo por el parque. La temperatura era lo suficientemente agradable como para comer al aire libre, y así me propuse hacerlo. Si encima tengo ocasión de disfrutar de la atención dedicada de mi sirviente, mucho mejor. Dispuse que luciera la indumentaria adecuada para que la velada fuera tan agradable como se anunciaba.

Puntual me espera en el lugar de la cita, cubierta por un abrigo y poco más. Accesible con la necesaria discrección. Guapa y nerviosa, una combinación estimulante. Y la excitación subiendo. Más o menos sabe lo que tengo en mente, pero no cómo y de que manera concreta va ocurrir. Y lo que más le inquieta, donde. Asume que la mostraré sin dejarla en evidencia, pero eso no es suficiente para tranquilizarla. Y la mezcla de pudor y deseo está dibujada en su rostro, y presente en cada gesto.

Una vez en el lugar escogido, damos un pequeño paseo. Poco a poco entra en el juego, y como acostubra, según va sintiéndose más cómoda la excitación supera al deseo, y se sube al crescendo sostenido que le tengo preparado. Tan metida en su papel que llega el primer orgasmo sin estímulo directo en su sexo. Basta con que me muestre la marcas en su pecho del juego previo, y una caricia sobre sus pezones para llegar a ello. En la calle, a la vista de quien pase. Es todo un temparemento, casi increible.

Ese estado de estimulación es el ideal para comprobar algo que durante ese juego que mencioné antes apareció como un esbozo. Tuve la sensación de que está aprendiendo a canalizar el dolor para obtener placer. Así que ¿por qué no?. Agarro con fuerza uno de sus pezones, con mucha fuerza. Y lo retuerzo, estiro, pellizco, aprieto durante largo rato. Y durante largo rato los gemidos no son de dolor, si no de inequívoco placer. Indudable y doloroso placer.

Me sorprende. Y me siguió sorprendiendo durante el resto de tan grata y diferente comida, en el banco del parque. A sus ya consabidas y excelentes dotes está sumando (a su pesar por el momento) una capacidad inesperada de disfrutar con el dolor. Con todos los matices que quiera ponerle. Lo disfruta. Y yo, aún más.

Todo un mundo de posibilidades, sí. ¿Dónde he leído antes eso?

lunes, 28 de octubre de 2013

Posibilidades exhuberantes

Era previsible.

Sí, tanto por carácter como por capacidad y por actitud (aunque ésta tuvo algún matiz inesperado, felizmente resuelto por el momento), más que previsible. Casi cierto. La posibilidad de estropearlo existía (siempre existe), pero requería hacer las cosas ciertamente mal, rematamente mal.

El modo de asimilar lo que para ella es nuevo resulta casi brutal en ocasiones; como toma conciencia de lo que descubre, y se recibe y se acepta y de inmediato está lista para más, y más....Y no siempre es sencillo, por mucho deseo y voluntad que se tenga.

Es tan así, que lo realmente complicado ha consistido en atemperar el ansia, domar la impaciencia y hacer de ella una mujer paciente, capaz de amoldar cada vez mayores impulsos de hembra poderosa a mis deseos. Y lo logra. Vaya si lo logra. Aunque haya que ponerla en su sitio con firmeza. Pero hay en su interior y en su mente algo grande, una cualidad que muy pocas veces he visto. Y es que tiene muy claro lo que hace, por que y para que. Y para quien. En caso de duda (y lo hace con relativa frecuencia, pues ese es un atributo de quienes piensan), posee esa base sólida, sabe donde apoyarse y lo hace sin rubor. Tan claro tiene su lugar que hasta disfruta de ello. Y esa nítida claridad es lo que la hace tan especial. Sin dejar de ser ella, es mía. La paradoja suprema, la esencia de la posesión/entrega.

Hace unas semanas me decía que en ocasiones le preguntaban si tenía Amo. Y que no sabía que contestar. En esos momentos, no lo tenía. Me veía como su Dueño, su Señor, pero Amo....es una palabra tan usada, y tan absoluta. Ninguno de los dos lo sentíamos así. Ahora, quizá, hasta eso esté cambiando.

Cuando nos vimos le entregué el símbolo de lo que iba a ser mi posesión. Nunca, desde entonces, ha dejado de ponérselo ante mi. Sin necesidad de decirle nada.






Ahora forma parte de ella. Podría perfectamente no llevarlo, y aún así hay un aura que indica que está marcada de un modo indeleble. Inevitable.

En estos últimos diez días algo ha penetrado aún más profundamente en su interior. Lo siento cada vez que hablamos, nos escribimos, nos vemos o nos guardamos ausencia. Y el mundo de posibilidades que se abre es tan exhuberante que casi duele pensar en ello. Bueno, a ella le duele, y mucho en ocasiones. Pero ocurre que ya ha comenzado a aprender a que resulte tan placentero. Tanto, que ni siquiera yo puedo creerlo. Y aca ba de comenzar.

Zorra, perra, sumisa, entregada, masoquista, lúbrica, poseída.....mía. Sinónimo de mía. Y rebosando paciencia, quién se lo iba a decir.

Y quién me lo iba a decir, claro.



viernes, 25 de octubre de 2013

Nueva fase

"No quiero volver a estar como ayer nunca jamás de los jamases. Así que, dígame que tengo que hacer y lo haré. O estaré en mi sitio y esperaré. Buenos días, mi Señor."

Y se lo dije

Y lo hace

Y se pone en su sitio

Y espera

y......

miércoles, 23 de octubre de 2013

Yo y tú

Yo, mi, me, mío

Quiero, deseo, ven, dame, traemé.......

Déjame, permíteme, abre, muestra......

Veo, huelo, toco, siento, oigo.......................


Curiosidades tomadas a vuelapluma, imperativas, recurrentes. Casi omnipresentes.

Sin embargo, deslizado como un susurro, apenas perceptible, me llega el aliento de una piel que dice

 "he aprendido a esperarte"

¡Cuantas palabras hay dejar a un lado para llegar a eso!

Hasta aquí

Inaguro una nueve serie en este lugar. Está completamente alejada de lo que ha sido el hilo conductor del espacio hasta ahora. Quizá el nexo que haya es que es algo que me sale de dentro, cada vez con más fuerza.

No sé, probablemente he estado unos años dedicando energía y tiempo (puede que excesivamente) a algo que en cierto modo tuve conciencia de que iba a ser una etapa. No sé.

Sí sé que parte de la inquietud que me llevó a sumergirme en ese mundo permanece, e incluso se ha incrementado. No obstante, la sensación de estar derrochando recursos que empiezo a vislumbrar que no son infinitos crece día a día.

Estoy influenciado por una serie de acontecimientos que han tenido lugar en los últimos días, de desenlaces por llegar que ya tienen fecha de ejecución, de amenazas de tiempos peores con sintomas que anuncian su inevitabilidad.

Sí, un devenir vital se compone de ciclos, e igual que comienzan, se acaban. Existe cierta consciencia colectiva sobre ello. Pero lo que no está tan asumido es que para salir de uno de ellos hay que sobrevivirlo. Y eso significa en ocasiones vivir de otra manera. Cambiar para que nada parezca cambiar.

En fin, en resumen, el hasta aquí comienza a tomar fuerza y a aparecer con nitidez. Quizá sea tan sólo el final de un ciclo. No lo sé.

Aunque si algo aprendí en estos intensos días es a navegar sin certezas. Y eso, para mi queda.

Un mix

Hace años ( ¡ muchos años!) que los mezclé así, y me sigue gustando




martes, 22 de octubre de 2013

Viento del norte, viento del sur


Uno cálido, otro frío
Ambos amables, ambos intensos,
nunca a la vez

No van juntos, no son iguales,
parecen lo mismo,
y su origen es similar
o igual

Errantes, firmes,
permanentes y esquivos
se aunan en el sueño,
barren las sombras
obvian la luz,

Incoloros, llenos de sabor
plenos de sonido,
preñados de piel
gritan susurrando,
ubicuos al ser,
inexistentes después

vientos siameses
de distintos padres
y mismo vientre

lunes, 7 de octubre de 2013

Ligado

"Tan ligada que cada nota hace esperar la siguiente"


Por ritmo y continuidad, toda una inspiración para otras actividades que requieren que cada acto haga esperar al que ha de venir. Me encanta descubrir versiones como esta.

"You can't deny
Don't try to fight the rising sea
Don't fight the moon the stars above
and don't fight me
The fundamental loneliness goes
Whenever two can dream a dream together"

Vanidad

Pues sí, que se le va a hacer.

Otros son exhibicionistas, algunos prepotentes, aquellos soberbios, estos descarados, los de más allá arrogantes y algunos, a mayores, vanidosos. Son diversas intensidades plasmadas de los egos desbocados. Mas la wikipedia esta vez me apuntó el matiz que buscaba, sin encontrarlo:

"La vanidad se define como la creencia excesiva en las habilidades propias o la atracción causada hacia los demás. Es un tipo de arrogancia, engreimiento, una expresión exagerada de la soberbia. De acuerdo a la teología cristiana clásica, la vanidad consiste en depositar la confianza en forma excluyente en las cosas mundanas, lo que hace que el hombre no necesite de Dios. Es considerado muy a menudo como el «vicio maestro»."

Creencia excesiva en la habiliades propias. Sin necesidad de Dios.

De todos modos, no es lo mismo pues ser vanidoso que parecerlo a los demás. Ser o no ser.....

Puede que lo sea. O tan sólo lo parezca. O ambas cosas. Depende del día. Pero escuchándolo cantado  así, parece un regalo divino. Al menos, alguna que otra vez. Aunque se obvie a Dios. Que no al Señor.

 

jueves, 3 de octubre de 2013

Mi usted


Stormy Thursday

O jueves tormentoso. El día esta encapotado, bastante. Anunciada lluvia segura, según la previsión. Eso sí, unos más que agradables 25 grados. Perfecto para salir a jugar, pues la nubes y la lluvia tienen la virtud de sacar a la gente de las calles, y más de los parques. Bueno, en Inglaterra no pasa, pero no estamos allí.

Si no fuera por la falta de luz, el ambiente bajo las copas de los árboles tan frondosos del aparcamiento parecería casi caribeño. La humedad se respira, y casi se palpa. A la hora en punto aparece y estaciona a mi lado. Viene vestida ideal para jugar con ella. Accesible, cómoda y dibujando las curvas como me gusta. Sí, no puedo evitar sonreir al verla, y menos aún al concebir la idea que su vestuario me ha sugerido.

Vamos allí, a la atalaya del parque que domina toda la zona, escondido entre la vegetación. Un lugar perfecto que permite controlar sin ser casi visto. De entre todos los cacharritos tomo simplemente una cuerda y nos encaminamos al lugar


Sabe lo que le espera. O no, tan sólo lo imagina, que es aún mejor. Llegados al sitio, veo como lo recorre con la vista, nerviosa. Está descrito en alguna otra entrada, y me parece que en cierto modo lo reconoce. Ya estamos en situación de juego, aunque ella aún no está para nada. Mira a todas partes, buscando ojos que nos observen, presencias que se acerquen.....y aunque no hay nada ni nadie, parece como si estuviera en la plaza Mayor.

Y así se coloca en posición, y llega un azote, y rubor, y más miradas, y excusas apenas musitadas, y gestos de cara y cuerpo, y nervios, y sí pero no, y no me lo puedo creer, y no será capaz, y viene alguien....... Mientras va mostrándome todo aquello que quiero ver, tanto por fuera como en su interior. Y poco a poco va entrando en el juego.

Su vientre sobre mis rodillas la introduce aún más, poco a poco, y noto como se va centrando en lo que tiene ante sí, y olvida el entorno. Actos repetidos, cada vez con más descaro, con más tiempo, con más pausa, ante mi aparente displicencia. Y entra la cuerda en juego, provocando el primer click, y que la excitación y el deseo tomen por asalto a la vergüenza. Y cada vez la mirada está más cerca, y ya ni siquiera ve, y la respiración se agita, y ya no busca mi boca con ansia para tranquilizarse, y se deja ir, absolutamente, y entierra su cara en mi pecho, y suspira para si, y noto su aliento entrecortado, el temblor de las piernas, la súplica.....y la cuerda mojada, el cuerpo desmadejado que se deja caer, casi inerte, se aferra a mis piernas, y se restriega contra ellas, fundiendo la piel como lo ha hecho su mente.

Agarro su pelo, acaricio su nuca, la levanto, susurro en su oído, beso su cuello y noto que es mía. Y ya no hay rubor, ni más miradas, ni excusas apenas musitadas, ni gestos de cara y cuerpo, ni nervios, y es sí pero sí, y me lo puedo creer, y fuiste capaz, y yo también, y.....más, y más y más.

Siempre más.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Mood

Sin palabras










Y como no


Por no llevar la contraria, naturalmente.

Retazos de sol y luna

Quedan pocas horas, muy pocas. Tampoco han pasado muchas, tres decenas mal contadas, pero parece que el primer momento queda lejano, escondido en el tiempo.

Caminando la noche, una noche de luna, cálida, iniciática y a la vez, pública y particular.

Resuena el taconeo en la oscuridad tamizada de perfumes y reflejos claros. Enlazados, apurando los instantes, jugando, calle arriba, entre palmeras y silencio. Disfrutando, aún más. Siempre más.

Entre caricias más o menos intensas y susurros, retazos de lo vivido se abren paso sigilosamente, reclamando su lugar en las vivencias de un fin de semana tan particular.

Así, también resuenan en la lejanía otros azotes, menos visibles, inesperados, que trajeron consigo  una nueva cumbre. No , no una, dos. La segunda con una naturalidad pasmosa.

Naturalidad. Mostrar sin dejar en evidencia. Marcas trenzadas sobre la piel más sensible, recuerdos en blanco y violeta, de una figura lasciva, voluptuosa, indecentemente provocadora y sensitiva. Ojos azules de fuego, ardientes, pidiendo ¡como no! más, y más, y más, y mas.

La tensión de la carne exigida al máximo, en un delirio de humedad, calor, morbo y deseo. Y más, y más y más.

Un refresco entregado, en su sitio, ocupando su lugar, en una amalagama de humillación y placer. Y más y más, y más ecos de la piel sometiendo a otra piel.

Y la lujuria desbocada, y el ejercicio de saborear un goloso desenfreno , y más, y más, y más.

Y siempre, el juego de miradas, gestos, mentes y cuerpos.

Fuera del ámbito íntimo, los primeros pasos en sociedad. Meditados, sueves, evidentes. Observando, aprendiendo y aprendiéndonos. Disfrutando de la novedad, del morbo, de la complicidad, de estar entre semejantes.

Llegamos al destino, la luna ya decrece, el mar queda tras la rotanda, y el camino sigue, enlazados, susurrando (¡shhhhhh, suave, que nadie se entere, aunque muchos ya lo saben!). El brillo permanece, se agita, se retuerce, con calma y tranquilidad.

Parecen ya recuerdos, grabados indeleblemente entre rayos de sol y luna. Pero su aroma aún está fresco y su eco, callado y vibrante, nos acompaña ahora y para siempre.

lunes, 23 de septiembre de 2013

De brillos, joyas y naturalidad (un fin de semana particular)


Desde luego, hay días en los que la gloria viene de mano de la fortuna, y no hay extraño mal que valga.

Y entonces uno va y se convierte en  El Afortunado tomador de la joya que, en justa y obligada correspondencia, destella a juego. ¿Qué le darán para que esté así?

Sorprendente tomador  (desde luego, ya te vale). Nada de falso ni inexsitente brillante, por supuesto. Inclasificable, si acaso. Que no pendiente de clasificar, naturalmente.

Los brillos iluminaron un catálogo de pequeños y grandes momentos, íntimos unos, compartidos otros (en deliciosa y heterogénea compañía a lo largo de dos maravillosos días).

De reencuentros, nuevas caras, sensaciones viejas y sobre todo, de experiencias tan naturales dentro de la excepcionalidad del juego. Sí, ese quizá fue uno de los mejores sabores, la naturalidad y la sencillez que nos envolvió todo el tiempo, aunque se dieran situaciones tan divertidamente espontáneas como el rallie nocturno con un cambiador improvisado en el asiento de atrás.

Sonrisas, complicidades, cariño, perversidad, emoción, certezas, camaradería real, buen rollo y lo que queda por llegar....¿qué más se puede pedir a dos intensos días?

Y un agradecimiento especial a quienes organizan, periodicamente y sin hacer ruido, tan gratísima reunión. Por y para los asistentes. Parece tan fácil, tan inmenso en su sencillez. Quizá ese sea el secreto, de nuevo, la naturalidad y falta de pretensiones que lo preside todo, más allá de ceder el foco a quienes con su presencia dan vida a todo el evento.

Y es que hay cosas que no se aprenden, se llevan dentro. Por mucho que uno se empeñe.

 




jueves, 19 de septiembre de 2013

No puedo

Hay que ver, que dos palabras juntas.

No, y puedo. Desde luego, se usan con comodidad, sí.

Lo bonito que queda el puedo a secas, sin añadir nada.

Pero el no puedo....suele requerir tratamiento.

Y a veces produce sorpresas agradables, claro. Tan sólo es necesario el estímulo adecuado.

Anoche era el día de los "no puedo". No puedo hacer esto, no puedes hacerme esto, no soy capaz de lo otro.......

Al final, cayo la tela, obvió el ambiente, se fundió la piedra y se derramó el torrente. Sin solución de continuidad.

No se trata de querer es poder. No. Si no de hacer creer que se puede. Y la voluntad y el deseo ponen el resto. Aderazados con la bola de cristal, que es mágica, claro.

Va a ser verdad al final que la fe mueve montañas. Aunque sean de hielo.


lunes, 16 de septiembre de 2013

Pensamiento

«Desde la infancia nos enseñan; primero a creer los que nos dicen las autoridades, los curas, los padres... Y luego a razonar sobre lo que hemos creido. La libertad de pensamiento es al revés, lo primero es razonar y luego creeremos lo que nos ha parecido bien de lo que razonamos».

Jose Luis Sampedro

Pero que mal me sienta....

Pero mal, mal. Rematadamente mal.

Cada vez peor. Y dicen que es algo que mejora con la edad. Debe ser que hasta en eso voy contracorriente.

Me incomoda, me cansa, me aburre.....la rutina, sí. Por que de eso hablo.

No digo que un poco no esté bien.....pero poca. Aunque supongo que lo que menos me gusta es ver como se acomodan a mi alrededor a ella. Y sentir como mina voluntades, como con su falsa comodidad aturde espíritus y confunde sensaciones.

Y uno puede obviar la propia rutina, o dejarla de lado, o no caer en ella, pero...¿cómo evitar la de los que te rodean? ¿cómo no permitir que su rutina forme parte de la tuya sin que de lugar a tensiones absurdas?

No sé, es algo que no aprendo a hacer. ¿Tendré que ceder a la tentación de atemperarme y dejarme llevar?

No, ni de coña. Ya sé en que acaba eso.

En fin, habré de seguir alerta y obtener mis momentos. Aunque eche de menos a veces algo de complicidad. Y es que justo tenía que tocarme a mi ser somo soy. ¡Qué se le va a hacer!

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Perderé

"No se preocupen. Es ley de vida que sea así, perderé, tarde o temprano."

Lo dice el mejor de la historia en su actividad.

Que sencillo parece tenerlo así de claro. Aunque lo mejor no es que lo diga, si no que realmente parece que así lo siente. Que no es tan sencillo, ¿verdad?. Si alguien tiene dudas, que revise su día a día.

"La confianza en si mismo es casi todo"

También es cosa suya. Claro que eso lo dijo antes un personaje ficticio casi de leyenda:

"Sometimes nothin´ is a real cool hand"

Traducido muy muy libremente por  "Hay quien cree que la confianza en si mismo no es nada"

Aunque parezca que vaya de sobrado. ¡Qué se le va a hacer!

PD Si, ya se que últimamente me repito a veces un poco. Es lo que tienen las sensaciones cíclicas. Y como este blog trata de eso, de reflejar sensaciones, pues ahí. Repetido.

martes, 10 de septiembre de 2013

Ver

-Pero tú puedes ver. ¿Por qué te haces pasar por ciego?

-Porque los ciegos sienten a las personas mejor




Lo que no saben es que aunque lleve los ojos abiertos, no veo absolutamente nada.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Click - El sonido de un quiebro

O break, o ruptura, o más propiamente, quiebro.

Una intensidad inusitada, una disposición obligada.

El estímulo del placer cedió ante condiciones nuevas.

Frialdad, uso, capricho...y quedó como sostén el deseo de complacer y la obediencia.

Una lucha que no era tal, un carácter puesto ante una encrucijada.

Había riesgo, pero el paso es obligado, tarde o temprano.

Un entorno sonoro obsesivo, creciente. Un crescendo animal, inmisericorde, quizá ¿despiadado?

Acompañado de juegos de palabras, de sí pero no, de ironía, de juego...pero un juego frío, desapasionado, metódico.

Y hay final, pero la primera cima es aparente. Lleva a una cuesta mucho más empinada, breve, dolorosa.

Provoca ese quiebro. Y sigue. Hay que seguir. Ya no hay vuelta atras.

Queda el cuerpo inerte, vencido, doblegado, bañado en lágrimas, lleno de incompresión.

Pero orgulloso de no haber caído. De dar lo que siente que se espera de ella.

A base de tripas, interior, desnudando a la mente que le decía que no.

Click.....y ya estás aquí. Más cerca. Más mía. Más feliz. A pesar del dolor. O gracias a él.



El punto de quiebro existe, y es favorecido por la banda sonora. He aquí una muestra algo más evidente.







sábado, 7 de septiembre de 2013

Fotografía

Eu, você, nós dois
Aqui neste terraço à beira-mar
O sol já vai caindo e o seu olhar
 Parece acompanhar a cor do mar
Você tem que ir embora
A tarde cai

Cae ya la noche, 
sólo hay figuras, 
cuerpos enlazados,
suspiros y quietud,
intensidad y alivio,
momentaneo alivio de 
un deseo satisfecho, el primero


Em cores se desfaz,
Escureceu
O sol caiu no mar
E aquela luz
Lá em baixo se acendeu...
Você e eu

Cae la tarde, en el mismo lugar,
blanca piel ceñida en telas negras,
el azul enterrado en las sábanas,
 sujeta por acero y cuero,
cuerpo tenso, suplicante,
la imagen en el espejo,
bella, lasciva, palpitante

Eu, você, nós dois
Sozinhos neste bar à meia-luz
E uma grande lua saiu do mar
Parece que este bar já vai fechar
E há sempre uma canção
Para contar

Mediodía,
Imaginación y sorpresa,
blanco sobre blanco,
atractiva, pícara,
un juego de inocencia perversa
más metal, otro espejo,
otra imagen, otro yo,
fotografía inédita,
preludio de un dolor,
y sí,
de entrega, auténtica entrega


Aquela velha história
De um desejo
Que todas as canções
Têm pra contar
E veio aquele beijo
Aquele beijo
Aquele beijo

Un té, un piano,
piel con piel, 
mano sobre mano, 
un brillo tras la tormenta,
nuevo, delicioso,
hace dos días sorprendente, 
por inesperado.

Hoy ya parece que ocurre desde siempre
y aquel beso......


viernes, 6 de septiembre de 2013

I'm back

Absolutely back.

Beware......don't let my soft ways fool you..




 Yes, beware, beware.

 I know exactly what are you looking for.

And that's what in back, for you ..........

jueves, 5 de septiembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El delfín y más

"Necesito el delfín"

Las sensaciones le desbordan por completo en ese instante. Todos sus sentidos están saturados;

La vista, con su propia imagen en el espejo, impactante, excesiva, bella

El tacto, con las oleadas que suben del pecho mezcladas con la piel tatuada por otra piel, ¿o ya era la suya?

El gusto, con el sabor del cuerpo de quien la había llevado a ese estado explotando ahora en su boca

El oido, con el susurro que constante la mece y constante la pone en su sitio

Y el olfato, aspirando con el rostro enterrado el aroma de la presencia que la subyuga

Todas confluyeron en ese instante. La sensibilidad en su estado de máxima receptividad, era casi dolorosa. La frontera entre el placer y el dolor no existe, el mismo estímulo, ahora es insoportable, ahora exacerba el deseo, y no es posible saber si duele o place. Ni falta que hace.

"Necesito el delfín, oh dios"

Colgada de una mano, punzadas rojas salpicando un pecho púrpura, sin posibilidad de zafarse o moverse y la vista fija en el espejo.

Se acerca el auténtico cénit, la explosión salvaje, parece que las fuerzas huyen, un último aliento, las gotas ardientes caen, y una última, más cercana, más caliente, más concreta ("me atraviesa, es una descarga, por favor, lo suplico")

Y cede el dique ante el empuje torrencial de todos los sentidos unidos, ya sin medida, sin voluntad, sin energía, sin consuelo. Un grito ronco, sostenido, vibrante conduce casi entre estertores el último hálito que le queda al cuerpo al tiempo que explota, de dentro hacia afuera, en mil suspiros incontrolados y eternos.

Cae desmadejada, en el mismo lugar donde lo hizo el día anterior. Pero no es la misma. Ya no. Hay una marca indeleble, perenne, que acaba de tomar forma mientras se acurruca  entre los brazos que la acogen, al abrigo del aroma que la envuelve, de la mirada que la conforta, de los sonidos que la mecen y del sabor de saberse suya.

Dolorosa, placentera, marcada y agotadamente suya.

El delfín es historia.


martes, 3 de septiembre de 2013

En la penumbra

La leve luz del atardecer, ya casi noche, deja sus últimos retazos en la habitación. Poco a poco, la oscuridad gana terreno. Una figura se enrosca en mis rodillas, tensa , ebria y pulsante. Palpitante. Noto las descargas que recorren el cuerpo en cada toque de la mano; al tiempo que su forma se difumina en los contornos de la penumbra, se va delineando con precisión una presencia que crece de dentro hacia afuera. Ora impulsiva, ora mecida, jadeante, surrante, en un vaiven delicioso, infernal, siempre creciente, siempre intensa.

Se suceden los golpes y las caricias, recibidos con suspiros, sin distinción, cada vez mas urgentes. Ni siquiera las pausas atemperan un ansia que requiere una calma en apariencia largamente esperada, aunque sólo hayan pasado dos semanas.

Llega el éxtasis, duro, crispado, violento, mojado. El cuerpo difuminado parece querer fundirse en la sombra que se recorta contra la tenue y casi imperceptible claridad que aún entra por la ventana. Y comienza a deslizarse despacio, desmadejado y pleno, colocando la frente caliente sobre el frío gres, en una posición que ya adopta tintes de ceremonial, casi sagrado.

Los brazos extendidos, el pecho en el suelo, arodillada y con toda su intimidad ofrecida, abierta y entregada. Una calma relativa disimula el temperamento que no cesa. Un simple roce hace surgir de nuevo los suspiros mientras las caderas se elevan, pidiendo más, y más, y más. Entregando más, y más y más.

Porque hay más, mucho más. Mas no hay prisa.

Sujetando con suvidad el menton, le hace elevar la cabeza. Se funden las miradas, con ojos que calladamente dicen lo que mil palabras jamás podrán contar. E igual que ella me vio en los míos, yo me encontré en los suyos.

Y es que en ese instante se concentra (shhhhhhh) el secreto del deseo y la eternidad. Una eternidad que mañana comienza de nuevo. Pidiendo y dando más. Y más. Y más

lunes, 2 de septiembre de 2013

Un divertido trío nocturno

El trío es una fantasía recurrente en muchas personas. Supongo que si se hace una clasificación, será la primera o de las primeras que aparezcan. Luego, y siempre según mi experiencia, la materialización de una fantasía se parece muy poco a lo que se pueda imaginar. Normalmente para mejor. Y en ocasiones no tiene nada que ver, pero resulta altamente satisfactoria, como es el caso.

Nos unimos, obviamente, tres personas, con ganas de jugar. Con la diferencia de que dos fuimos conscientes del juego desde el primer momento, y una no. Ese fue el elemento de perversidad que dio carta de naturaleza (¡y cuanta!) a la vez que punto de partida a la situación. El "crimen" se concibió improvisadamente (que gusto poder hacerlo así) y comenzó a perpetrarse indudablemente con nocturnidad, y pleno de maliciosa alevosía.

En principio comenzamos dos a dos. Yo era el nexo de unión de situaciones paralelas, y puse en conocimiento de una de las partes lo que ocurría con la otra. Enseguida obtuve un visto bueno implícito a lo que se desarrollaba en forma de complicidad perversa. No hizo falta decir nada. Tan sólo argumentar ("cuando se entere espero que se lo tome a bien", "sí, seguro que se va a estar riendo dos días", "a lo mejor no nos vuelve a hablar") para dar con el tono que hiciera de ello algo divertido e inolvidable. El anzuelo era evidente, una "curiosidad que me mata". Y es que no hay nada como la curiosidad para atraer a una presa.

Y claro, picó. Y como lo hizo. Me costó trabajo no precipitarme, viendo como mordía el anzuelo, a la vez que mi socia en el crimen hacía su parte, dando el balance a lo que yo iba estimulando. Tres conversaciones cruzadas, confidencias entrelazadas y un deseo. Un juego de máscaras marcadas, lío que sube y baja, que se enreda y desenreda, de pinchazos a mala idea pero sin maldad (o la justa, que para eso somos quienes somos), y al menos, muchas risas entre mi socia y yo.

Hubo dos o tres momentos en los que casi descubre la trama, y cuando ya las preguntas iban con bala e intención, decidimos resolver el embrollo.

Shhhhhhhhhhh...... sí, contabamos con que la sorpresa barrería todo poso de disconformidad que pudiera dejar la actuación. Y así fue.

Al final, las risas (y las puyas, y los pinchazos, y el ya verás, y....) fueron a tres. Y todo quedó en casa. Pero cuidado, shhhhhh, que no se entere nadie. Hemos evitado una defunción por curiosidad. Valía la pena el juego ¿verdad?. Aunque no nos lo perdone "jamás"


domingo, 1 de septiembre de 2013

Tareas

Tuve noticia de ese método hace tiempo. Fue al leer el blog que mara tenía en el lugar donde la conocí. Fue un gran impacto, no tanto por las tareas concretas que se encargaban y detallaban como por la explicación pormenorizada de que pretendían. Además con la doble visión de ambos, Dom y sumisa.

He de reconocer que a primera vista era bastante escéptico acerca de su efectividad. Todo parecía depender del ánimo que pusiera la sumisa en ello. Sin embargo, el que estuvieran dirigidas a obtener un dominio de la mente más que del cuerpo o las pulsiones sexuales hizo que las leyera con suma atención.

Tanta, que hoy, inconscientemente, se han incorporado con preeminencia en el modo que tengo de acercarme a la otra persona e ir tomando posesión. Porque sí, aunque suene pretencioso, prepotente, narcisita y como se quiera calificar, el objetivo es ese. Tomar posesión. Hacerlo sentir y poco a poco ir tomándola.

Lo primero que me llemó la atención fue la ausencia de imposiciones absurdas. Todo, absolutamente todo, está razonado, calculado y medido, pero teniendo en cuenta las características de la persona a quien se dirigen. No se trata de una mera aplicación de recetas. Y se basa en el poder de convicción, más que en la imposición. Lo que más obliga a alguien a hacer algo es que se sienta convencido de que debe hacerlo.

Si luego añadimos del modo tan claro con que plantea los conceptos de humillación, súplica, sumisión mental y obediencia y los desarrolla y muestra a través de esas tareas, auna todos los ingredientes para que el cóctel resulte irresistible.

Sí, se que no es algo que se pueda aplicar con cualquiera. Requiere que exista esa voluntad, y una confianza real. No ciega, sino real. He podido comprobar que sin esa confianza se convierte en algo muy peligroso, tanto para quien lo usa como para quien lo recibe. Las percepciones que se retornan pueden ser falsas y entonces el extravío es seguro. Y las consecuencias, según la implicación que haya, devastadoras.

Afortunadamente, casi siempre he tenido esa confianza. Y ahora que nuevo lo siento sobre alguien que responde, confía y me hace confiar, disfruto como nunca de las sensaciones que me proporciona. Y me hace propocionar, naturalmente.

jueves, 29 de agosto de 2013

La atalaya del parque

Es un rincón especial. Un oasis de calma dentro de una zona concurrida. Con sus zonas de sombra, reservadas, pese estar en alto y ser visible desde todo el parque. Los arboles, tupidos, y su propia forma, curva, crean un lugar desde donde se puede mirar sin ser visto.

Y no sólo mirar. Tiene además el encanto de, ahora que impera un tufo rancio estancado por doquier, de guardar la memoria de la última época de aire fresco que sopló por Madrid; hace tanto ya de eso que no me acuerdo bien.

Para mi tiene un significado especial. Fue el primer lugar donde propiné una azotaina al aire libre. A plena luz del día, en una deliciosa tarde de otoño. Siendo fiel a mi costumbre, cuando conocí el sitio apunté mentalmente los usos que podría darle, sin pensar en un acto concreto. Y aquella tarde, se unieron memoria y perversidad para dar forma a lo que luego resultó un momento iniciático único.

Es uno de esos espacios que preservo con mimo, para no manchar recuerdos y ni crear agravios entre ellos.

Hace dos tardes, un poco por azar, un poco por deseo, mis pasos me encaminaron a ese lugar. Esta vez iba sin compañía, mas no solo. Al otro lado del teléfono alguien aguardaba su premio. Un bien ganado premio. Había dejado el coche a la sombra, y esperaba dar cuenta de lo que aguardaba desde allí, pero al alzar la vista vi la los árboles circulares en lo alto, y el fogonazo iluminó todo mi rostro. Sí, que mejor lugar para desarrollar otro inicio.

Así que mientras subía, y ya puesta en jurisdicción y forma, allá en una habitación a escasos kilómetros de allí, le fui contando a donde me encaminaba y lo que ocurrió entonces. El efecto fue inmediato. Y se fue incrementando mientras desgranaba detalles del lugar y de la historia. Una vez apoyado sobre el mismo sitio que en otro tiempo se situaron unas manos crispadas, me dejé llevar por el ritmo del acto que revivía en mi recuerdo, y que servía de correa de transmisión de sensaciones nuevas. El jadeo me transmitió la urgencia y el ansia que emanaban al otro lado del teléfono, y en el momento adecuado, la palabra justa ordenó consumar el acto. Dos breves segundos bastaron, mas no fueron suficientes. Sí, el espíritu de esa atalaya se transmitía con intensa suavidad hasta el suelo de aquella habitación, donde la frente reposaba sobre frío gres, dispuesta aún a dar más.

Más hubo. Sin mucho esperar. Y pudo haber más, y más y más, pues siempre tiene más. Parece no haber un final. Pero esta tarde no era el momento. Aún no. Habrá otras tardes. Esta vez con compañia. En la atalaya, en la habitación o en cualquier lugar que se preste a la ocasión. Pues mundo lleno de posibilidades no debe reducirse a un escenario o dos. Y ya queda menos para que el verdadero comienzo tenga lugar.

Cada segundo, es uno menos, sí. Transcurren lenta e inexorablemente. Y comencé a saborear la cuenta atrás desde la aquel rincón secreto. Pues tamaño temperamento no merece un marco menor. Por supuesto que no.

Antibióticos

Realmente, ha hecho efecto.

La administración adecuada en el momento justo, ha proporcionado el alivio inmediato.

Los síntomas producidos por el abceso apuntaban a una recaída de la indiferencia y una vuelta a la tensión improductiva. No por esperado lo evité como debía.

Sin embargo, la dosis me permitió obviar las soplapoyeces saladas y el cinismo silente.

Definitivamente, la opción de ver pasar el cadaver ante la puerta se revela como la más acertada.

Aunque, pensándolo aún mejor ¿para que malgastar el tiempo?.

Teniendo tantas y tantas cosas mejores que hacer, ¿quién quiere ver carne muerta?

Eso sí, en caso de recaída, otra píldora. Y es que me sientan tan bien.


miércoles, 28 de agosto de 2013

Torpe

Me siento torpe, sí.

No alcanzo a describir las sensaciones tan intensas que me da. Las reflejo a duras penas, uso retazos de nuestras charlas, pero veo que no alcanzan a transmitir la profundidad real de lo que está aconteciendo.

Supongo, espero, que esa percepción de torpeza sea parte del proceso de recuperación que estoy viviendo. Ciertamente, llegué a extremos tales que me ha sorprendido sentir como siento ahora de nuevo. Es más, no es sólo de nuevo, si no que hay lugar para algo nuevo. Evocadoramente nuevo, si se permite la licencia.

Algo está cambiando en mi. Lo noto con claridad. Sin embargo, es reconfortante reconocerme del modo que me lo hace sentir. Y que sea tan natural. Sí, sobre todo eso.

Ahora estoy mejor, mucho mejor. Es algo que me dicen por doquier. Y así lo siento. Al menos soy capaz de diseccionar con nitidez sensaciones pasadas que entroncan con algunas actuales. Quizá en lo referente al dominante, aún deba desembarazarme de cierta carga para poder escribir con naturalidad. Pero va saliendo, poco a poco. Nunca tres semanas dieron para tanto.

Porque sentir, lo siento. Está ahí, de nuevo. Ya asomó la cabeza, se ven los ojos por encima del muro, curioseando, observando. Y aunque han participado varias personas (a alguna incluso la he dañado involuntariamente) a las que debo gratitud y aprecio eterno, la mayor parte es labor de ella. O con ella.

Y así lo cuento. Aunque me quede algo torpe. Todavía.

Lo has hecho tuyo siendo mía.

Tiene un temperamento único.

Especial.

Tanto que he de retenerla. Siempre puede dar más.

Iba a poner que pide más, pero no, no lo pide.

Lo da.

Es una diferencia sutil. Muy sutil. Y ha aprendido a hacerlo en sólo cinco días.

Es asombroso, realmente. No sólo que lo aprenda, sino que haya dejado ese miedo atrás de un modo tan claro.

Da tanto con tanta intensidad que he de atemperarla .....sí, soy reticente a usar esa palabra que subyace, pero es por eso, sí.

También es dura, no se rompe fácilmente. Claro, que es que no debe romperse, en modo alguno.

El ritmo es deliberadamente lento ahora. No hay que correr.

y aún queda jugar con los olores
el tacto
la presencia
la cercanía
los tiempos
la mirada
el lenguaje del cuerpo
el dolor
los gestos
la humedad
...
casi todo

Despierta mi perversidad de un modo que casi tenía olvidado, y aún más. Y responde a ella sin hacer aparentemente nada.

Pero está,
admite,
responde,
juega,
provoca....

Menos mal que no hace nada. Claro que le sale tan fluido y natural que parece que no es nada. Todo es natural. La excitación, el deseo, las sensaciones, la mala leche, el arrepentimiento, la convicción...todo.

Sumisa, no sumisa....da exactamente igual. Es mía y mía se siente.. El resto está de más.

Es así porque yo le hago ser así.
Y yo le hago ser así porque me estimula para ello

Hay una realimentación real, positiva. Deliciosa.

Ese es el punto.
Y la esencia.
Y ahora la ve y la siente.

Da igual entenderlo o no.

Lo has hecho tuyo siendo mía. (Ahí queda eso...casi "ná")