Realmente, ha hecho efecto.
La administración adecuada en el momento justo, ha proporcionado el alivio inmediato.
Los síntomas producidos por el abceso apuntaban a una recaída de la indiferencia y una vuelta a la tensión improductiva. No por esperado lo evité como debía.
Sin embargo, la dosis me permitió obviar las soplapoyeces saladas y el cinismo silente.
Definitivamente, la opción de ver pasar el cadaver ante la puerta se revela como la más acertada.
Aunque, pensándolo aún mejor ¿para que malgastar el tiempo?.
Teniendo tantas y tantas cosas mejores que hacer, ¿quién quiere ver carne muerta?
Eso sí, en caso de recaída, otra píldora. Y es que me sientan tan bien.
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