lunes, 12 de agosto de 2013

Punto y aparte

Cruzan muchas ideas por mi cabeza. La principal es la de haber estado cometiendo durante mucho tiempo un grave error. Mayor de lo que imaginaba. Lo triste es que detecté en su día cuando comenzó a darse, y casi tomé entonces la decisión correcta. De hecho, la llegué a tomar, pero rectifiqué. Valoré de modo completamente inadecuado las opciones y alternativas que tenía, y fallé. Ciertamente, el argumento de peso que me hizo ir contra lo que debía no se ha desvelado como erróneo hasta hace 10 días, pero ahora, analizando sucesos y actitudes, veo que tenía datos más que de sobra para haberme dado cuenta de lo que tenía entre manos. De hecho, todo está escrito en este blog.

Pero no veía, y en ocasiones no quería ver. Espero no haber cruzado ninguna línea de no retorno. La verdad es que hasta ese momento tuve suerte, y jamás había tenido relación física con una mala persona. De una perfidez que aún ahora me deja sorprendido, con todas las letras. Tanto, que apenas concibo que no fuera capaz de verlo. Es algo que tenía que pasar, empero. Una vez ubicada la personalidad en su lugar correcto, las piezas que durante estos últimos 15 meses no encajaban comienzan a hacerlo con absoluta naturalidad. 
 
PD. Los dos párrafos anteriores los escribía el 12 de agosto, en pleno marasmo y cuando aún no había descubierto todo lo que ahora sé. Tuve luego que soportar un mensaje diciendo que no sé nada (si supiera que lo sé todo, incluso la verdadera razón de por qué me pidió que no volviera a llevarla a ese hotel...que pena). Ayer día 27, leí unas palabras que unen un cinismo inaudito a todo el asunto. Realmente es mejor no saber más. Pero tal y como está yendo la cosa y las ramificaciones que tiene, sabré, sí. A mi pesar, pero sabré.

Como oigo una y otra vez de aquellos a quienes he confiado lo que ocurrió, "de buena te has librado". Sí, sospecho que es así. Bueno, no, no es una sospecha. Es una certeza absoluta.


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