miércoles, 28 de agosto de 2013

Torpe

Me siento torpe, sí.

No alcanzo a describir las sensaciones tan intensas que me da. Las reflejo a duras penas, uso retazos de nuestras charlas, pero veo que no alcanzan a transmitir la profundidad real de lo que está aconteciendo.

Supongo, espero, que esa percepción de torpeza sea parte del proceso de recuperación que estoy viviendo. Ciertamente, llegué a extremos tales que me ha sorprendido sentir como siento ahora de nuevo. Es más, no es sólo de nuevo, si no que hay lugar para algo nuevo. Evocadoramente nuevo, si se permite la licencia.

Algo está cambiando en mi. Lo noto con claridad. Sin embargo, es reconfortante reconocerme del modo que me lo hace sentir. Y que sea tan natural. Sí, sobre todo eso.

Ahora estoy mejor, mucho mejor. Es algo que me dicen por doquier. Y así lo siento. Al menos soy capaz de diseccionar con nitidez sensaciones pasadas que entroncan con algunas actuales. Quizá en lo referente al dominante, aún deba desembarazarme de cierta carga para poder escribir con naturalidad. Pero va saliendo, poco a poco. Nunca tres semanas dieron para tanto.

Porque sentir, lo siento. Está ahí, de nuevo. Ya asomó la cabeza, se ven los ojos por encima del muro, curioseando, observando. Y aunque han participado varias personas (a alguna incluso la he dañado involuntariamente) a las que debo gratitud y aprecio eterno, la mayor parte es labor de ella. O con ella.

Y así lo cuento. Aunque me quede algo torpe. Todavía.

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