lunes, 30 de mayo de 2022

Una mirada turbia

No, este no es un escrito estimulante. No lo es pues está inspirado por el reverso desasosegaste de lo turbio. No por ese reflejo que al brillar en una mirada abre la espita de una excitación cómplice y perversa.

No. En esta ocasión, la falta de nitidez fluye desde el fondo de una mente perturbada. Se aúnan tristeza, daño, enfermedad y odio. Evidencia esa falta de carácter que se transmuta en agresividad sectaria, malos modos, falta de criterio y ausencia de empatía. Una tristeza bronca que emana de un espíritu irremediablemente dañado, herido, amputado.  

Un modo de ser que ante el daño encuentra su justificación buscando enemigos sobre los que proyectar su odio. Odio que nunca cederá, porque, en el fondo, se odian a sí mismos. Y aunque lo saben, prefieren ocultarse la verdad y culpar al que no es de los suyos. Siempre hay alguien que no es como yo. Pero nunca podrás huir de ti.  

Una mirada turbia sin final.

domingo, 29 de mayo de 2022

Cuando lo cotidiano te recuerda la perversión

La respuesta a ciertas dudas en realidad suele ser tan sencilla.....

jueves, 26 de mayo de 2022

Toqué el cielo con la punta de los dedos

 Y no quise quedarme ahí. Igual que no fue suficiente con imaginar primero, desear después, hacer tangible más adelante y asumir al final que siempre hay más y el deseo tiende a volverse infinito.

Así que llegue a agarrar el cielo. No en un abrazo, ni siquiera a manos llenas. Fue un secuestro, una invasión, una profanación con ánimo de hartazgo. Y el cielo, tan compresivo y acogedor, él, tan dionsiaco y pertubador, incitantemente irrechazable, emborrachó mis sentidos de tal manera de toda percepción quedo distorsionada, en una suerte de orgía onírica que me llevó a perder no ya el contacto, sino el todo y absoluto concepto de la realidad.

Y luego, ese cielo, tan juguetón y perverso, se tornó esquivo de repente, como el mar abriéndose ante las huestes de Moisés, mostrándome un camino sin opción, dejándome abandonado en la nada, huerfano de ese contacto cálido y poderoso que al agarrarlo sentí en lo más hondo de mi ser.

Una nada con recuerdo, con las sensaciones aún presentes en la piel y en el alma. Un cielo que cupo en un infierno, que arderá incesante, lacerante, en tortura infinita, sin final.

Y aún así, veo al trasluz la sombra de mi mano, estirada, buscando ese abrazo imposible una vez más.

martes, 24 de mayo de 2022

Hoy

 

-Uhmmm, hoy te rompía unas cuantas varas encima, sí.

-Mmmmmmm, ¡qué bien me vendría! Señor, sin piedad ni compasión.

-Sí, no te vendría mal. Marcarte todo el cuerpo, entero.

-Por favor. Dele más fuerte.

-¿Fuerte? No putona. En su justa medida. Incesante, a ritmo, con la cadencia perfecta que permita oír el silbido de la vara durante horas.

-No fuerte.... a ese ritmo de cadencia perfecta y silbido palpitante. Igual agrego algún quejio a su armonioso e incesante vareo.

-Quejíos, suspiros, sollozos, gritos, murmullos, letanía, silencio, llanto. Los quiero todos. Y el sonido de la piel marcada. El aroma del púrpura sobre la palidez morena. La vista de la humedad incontenible. El sabor de los surcos calientes y delineados. Todo lo quiero. Y todo lo tengo.

Hoy, mejor que mañana.

Feel the beat (hit after hit)

The beat, on the heat.....

yo qué sé qué....
bueno, quizá sí sé....
.así, al compás...... ,

with a sound beat, hit after hit after hit, after hit on the heat over your skin.
Keep the pace.

miércoles, 4 de mayo de 2022

Almas preparadas (si las pudiera pedir prestadas)

 

Se piden, se piden. Constantemente, por doquier. No hay espacio en el que no se reclamen. Incluso es ya una exigencia. Pedir, además, ¡es tan fácil! Sólo hay que abrir la boca, tomar el lápiz o posar los dedos sobre el teclado y pedir.

Pero lo malo, además, es que te las ofrecen. Con todos los matices que quieras, incluso aunque el resultado tenga que ser por fuerza incoherente. Para un rato, la oferta es infinita. Para más tiempo, menos, pero la hay.

Claro que es fácil pedir el alma de otro prestada. Con la facilidad del hábito y la costumbre.

Lo que no hay, y no parece posible tener, es un alma prestada preparada para ponérsela uno mismo. Para vestirla en aquellas situaciones en las que no queremos contaminar la propia. Un alma de quita y pon. Una especie de alma-paraguas que preserve el interior y permita sumergirse en lo ominoso sin tocar el pecado. Que alinee los sentidos con la esencia, la moral y el entendimiento sin necesidad de conformarlo uno mismo, que nos venga dado. Que sea de usar y tirar, y mantega a salvo de las indignidades de un momento obsceno. Un alma que nos haga parecer otro y no un yo disfrazado. Un alma a la medida para cualquier ocasión. Un sobrealma que haga parecer de verdad en cualquier ocasión.

No sé, mejor modelar la propia e ir con ella sólo a aquellos lugares en los que la podamos presentar. Y así ser individuos con alma, sea cual sea su condición.


lunes, 2 de mayo de 2022

Sentimiento y respeto

Exigir respeto por un sentimiento exhibido es el último recurso del incompetente que carece de autoridad para poder reclamarlo por carácter, pensamiento, conducta e ideas.

Podré comprender un sentimiento, pero si no florece en un sustrato del conjunto de los otros cuatro elementos, no estoy moralmente obligado a mostrar respeto alguno por ello.

Es más, si me parece fruto de la incapacidad, podrá causarme pena. Y si se mezcla con la indignidad, lo combatiré enérgica e implacablemente.

Detesto profundamente el chantaje emocional como elemento antepuesto a la razón, la ética, el conocimiento y la bondad de espíritu. Y por supuesto, como intento de legitimar lo que en modo alguno es respetable. En definitiva, detesto y no respeto en absoluto a todos aquellos que necesitan rebajar el ámbito de la condición humana para sentirse cómodos en su entorno.

Palabras, palabritas y palabrotas

 

Las palabras tratan de esconder lo que la mirada dice. Y la mirada procura ocultar lo que hay en la mente .

Las réplicas pretendidamente despreciativas sólo denotan sensación de inferioridad.