viernes, 10 de julio de 2015

Momentos de más locura

No es que haya echado la vista atrás para reubicarme, no. Aún cuando siento que no sé muy bien a donde voy. Ni qué me mueve. Bueno, eso último no es cierto, sé qué me mueve, o mejor dicho, qué me movería. Incluso, en las últimas horas (o minutos), gracias a un espejo (siempre los espejos), he tenido la visión clara de qué, quién, cómo.


Y sé que lo que deseo es muy difícil de hallar. Puede que me ponga a propósito un objetivo inalcanzable. Y si me acerco mucho a ello, directamente, me paro, me hago un lado, me busco una excusa. Parte de la negación consiste en que quiero que venga, aun sabiendo que he de construirlo. Dejarse llevar no es una opción en este caso.

Sí, el espejo dio forma a esa idea inconcreta. O me indujo a modelar la excusa. Hacía tiempo que me dije que cerraba una etapa, pero no fue así. Encima abrí otras, esperando que muera de inanición aquello que quedó a un lado. Alguien me dijo ayer si estaba borrando recuerdos. Y es que los recuerdos no se borran, se olvidan de modo incosciente en todo caso.

Me cuesta cerrar esa etapa, sobre todo porque no tengo noción clara de cómo me afecta la nueva, o si realmente es algo nuevo o una variación extraña de lo ya conocido, a pesar de los ingredientes diferentes que sin duda están presentes. Sin embargo, mi mirada sonríe, con la sonrisa que conozco bien desde hace tanto tiempo. Sí, puede que sea hora de cerrar lo que tan sólo es un lastre. Y si mañana hay que reabrirlo, pues ya veré, tampoco es tan grave. Aunque ya no me sobre el tiempo.

Lo que me dijo el espejo es que, por muchas caras que tenga, no habrá otro yo. A pesar de todo lo que he dicho durante estos años, sólo hay uno que en el fondo lo gobierna todo. Dicen que la adaptacion es la que permite sobrevir y evolucionar a las especies. Pero no tengo vocación de eternidad. Y la flexibilidad en ocasiones es tan pesada.



Ya toca dar la mano a la lucidez. Y dejar que la esencia clásica mande. Lo demás, son modas sin sentido.

martes, 7 de julio de 2015

Días de nada

O para nada. Se hace de la necesidad virtud. ¿Estaré en ello? ¡Quién sabe!

Claro que yo soy de los que dicen que no necesitan nada. Bueno, respirar, claro. Y con este calor.....

Respiraré con hielo.