martes, 29 de enero de 2013

porque sí

hay días que toca

de una determinada forma

desde el primer minuto

porque sí


y porque sí, sí

¿desde cuándo empezaste a sentir que te gustaba dar azotes?

O, ¿cuando descubriste que te gusta dar azotes?, pregunta esta más directa y explícita

Para el tiempo que llevo y la cantidad de personas con las que he ido estableciendo contacto, no es algo que me hayan preguntado muchas veces. Ni siquiera yo tuve esa curiosidad por mi proceso de alumbramiento. Sin embargo, en apenas un par de días, me he visto ante la cuestión tres o cuatro veces.

Tuve que hacer memoria, y una revisión de sensaciones tiempo atrás....bastante tiempo atrás. No sé, es posible que no haya un momento concreto.  El primer recuerdo es de cierto relato en una revista pornográfica normal, no del género. Trasncribo una de las respuestas que di:

"Lo de sentir que me gustaba dar azotes....eso es menos claro. Siempre he tenido algo ahí, me han gustado ciertas imágenes, situaciones... recuerdo un relato que leí en una revista que se me quedó grabado, hablaba de una mujer que se colgaba cadenas de los anillos de sus labios vaginales y de sus pezones y esperaba a su marido así. Luego había azotes, él la excitaba y la dejaba desinflarse (esa era la expresión exacta, desinflarse)... Creo que ese fue mi primer conocimiento explícito de este mundo. Pero me parecía algo tan irreal que lo almacené como una fantasía irrealizable, a pesar de la excitación que me producía.

En esos días no me dio por poner en práctica nada parecido, salvo quizá en el aspecto de jugar con el placer de mi pareja, el sentir que controlo cuando y como lo tiene, pero de un modo casi inconsciente.

Llegaron luego una colección de peliculas que, de nuevo por casualidad, descubrí en un sex-shop. Tenía cabinas, y aquella serie (Pain) con aquel cabrón tan chulo (Master Keith, aunque entonces no tenía ni idea de quien era) me engancharon, y me las ví del tirón. Pero aquello seguía estando en un universo ajeno a mi. Mi vida sexual era más que satisfactoria, y realmente, no echaba nada en falta. Así que esas imágenes tan excitantes permanecioron en el mundo de la fantasía.

Siguió después el descubrimiento de internet, páginas de relatos, con imágenes también, las primeras peliculas (imaginad cuales...sí, la serie de Pain) bajadas por emule. Hay que añadir ya cierta monotonía, cierto desencanto, cierto cansancio rutinario mal manejado  y un día,no sé de que manera, aparecí dado de alta en una página de contactos con un nick que había creado en una de relatos para poder escribir. El nick, Amotormento......ya tenía 40 años, y el dichoso nick, esa situación personal difícil y una pregunta de alguien ("¿eres Amo?") hizo el resto."

En ese momento no sabía si me gustaría dar azotes, atar a alguien, ponerle anillas......pero si tuve la sensación de que ese universo iba a dejar de ser algo ajeno a mi.

Lo de los azotes llegó más tarde, sí. Pero eso vendrá en otro capítulo de esta historia


miércoles, 23 de enero de 2013

Manchas en un zapato

La imagen, bueno, el vídeo, se me quedó grabado cuando lo vi. Me pareció una auténtica pasada. Sencillo y a la vez intenso, justo como me gustan las cosas.

Sí, me dije que lo haría en cuanto pudiera. Y la ocasión no tardó en llegar.

Tiene un culo firme, un cuerpo bonito, muy cuidado, duro. Viste tan sólo unas muñequeras, las medias, los zapatos y el collar con la cadena. Todo de negro. Y danto un toque de color, sus piercings.

La pongo ante el espejo, le regalo su imagen, desafiante pero a la vez sumisa. Un curioso contraste.

Tras azotarla conciezudamente, con fuerza creciente, sus nalgas, tan duras, adquieren un intenso color rojo que le va a acompañar el resto del día. Está excitada, y al verla en ese instante, viene a mi la imagen.

Me siento en el sillón y le ordeno que me limpie el zapato con su lengua. Se sorprende, se queda parada y pregunta cómo. Con la lengua, naturalmente. Se rie, esboza una sonrisa lasciva, se arrodilla y se pone a ello. No con excesivo entusiasmo, y al cabo de un par de minutos para y me mira interrogante. Le digo que siga, y que lo deje bien limpio, que luego lo va a agradecer. Vuelve a sorprenderse, y se aplica de nuevo a la tarea.

Cuando me parece que está lustroso, le hago parar y ponerse de rodillas de espalda a mi. Entonces, pongo el pie entre sus piernas, y le digo que comienze a masturbarse sobre la punta del zapato.

Me mira golosa, sonriente, y se monta sobre la piel, encajando su sexo;  comienza a mover ritmicamente sus caderas. En círculos, adelante y atrás. Noto como crece su excitación y aparecen suspiros y jadeos. Juego con ella, incrementando y bajando la presión, disfrutando al ver como su coño no se despega. Y sí, ella también está disfrutando.

Cuando creo que ya tiene suficiente, le doy un minuto para correrse. Sé que no podrá hacerlo, los orgasmos con fecha no son lo suyo, y efectivamente, aunque el ritmo se vuelve frenético, no lo consigue. Aún así, está exhausta, sin aire.

Mando que se de la vuelta, y su cara expresa lo que siente. Miro al zapato, y veo que se a vuelto a manchar.

"Anda, se buena chica y límpialo. Déjalo como estaba"

Ahora no tiene dudas. Se agacha con cierta parsimonia pero con decisión, y vuelve a acariciar el cuero con su lengua. Esta vez, con una dedicación y un celo encomiables.

Y quedó reluciente. Aunque ese zapato ya no volverá a ser el mismo.

El día después

El día después tampoco es común. La resaca puede durar un tiempo. Y no tiene una dirección fija, ni componente determinista alguno, más allá de no ser común.

Vamos, que continúo "raro". Más o menos intensamente, pero "raro"

Son días en los que no suelo tomar decisiones, pero se conforman determinaciones que marcan el camino que sigo. La decisión viene después, cunado analizo con reposo las sensaciones experimentadas, y como encajan en los escenarios que tenía previstos...o en la ausencia total de encaje.

Hoy, por ejemplo, estoy en uno de esos post-días que no me encaja nada. Ni lo que había previsto, ni lo que había imaginado. Las sensaciones son las opuestas a las esperadas, visualizadas o deseadas.

La verdad es que en estos casos, no hay duda. Suele ser el resultado de unas premisas totalmente equivocadas. Pues si algo tengo claro es que mis sensaciones no suelen engañarme. Puedo engañarme con ellas, pero eso es otra cosa. Y puede gustarme o no lo que resulte, mas lo que dicen es claro.

Cuando se alinea el deseo con lo que se quiere y lo que se puede hacer es fantástico. Es una especie de nirvana interno, que se escapa por los poros.

A veces, falla uno de los tres, y no hay deseo, o no se quiere, o no se puede. Pero en general, la sensación también es placentera.

Sin embargo, cuando divergen obstinadamente, el caos es absoluto. Y escoger entre querer, deseo y poder.....es jodido. Pero hay que hacerlo, claro. Si no, la próxima vez será peor.

Pero esa es la decisión. Aunque está marcada, falta aún tomarla. Y a veces lo evidente no es lo obvio. Y viceversa.


lunes, 21 de enero de 2013

El día

O el momento.

Viene, de repente. O resulta de cierta maduración

No tiene explicación. Es más, no suele avisar.

Tan sólo, llega. Sin condiciones ni preguntas.

Un brillo diferente, un color insinuante.

Sí, está. Se nota en los matices de la voz, en la postura del cuerpo.

No son abundantes, ni ocurren todos los días. Ni todas las semanas. A veces pasan meses.

Es evidente, o así me lo parece. Para la mayoría de los que me rodean, tan sólo me ven "raro". Es más, durante muchos años, yo también me veía simplemente "raro".

Se dispara la creatividad, la imaginación, y los sentidos se trastornan. Más que los sentidos, la percepción de lo que transmiten.

Se aprecia lo que no se suele ver

Se intuye lo que no se suele oler

Se saborea lo que no suele tener sabor

Se palpa sin tocar

Se filtra el sonido para percibir lo que el ruido suele ocultar

Pero para los demás, estoy "raro"

Ahora ya conozco a quienes como yo, sí saben lo que trae ese brillo en los ojos.

Y a su vez, despierta un brillo similar. Es contagioso. Para otros "raros".

Otras veces, veo que causa miedo.

Ora un miedo trufado de deseo, ora un miedo que hace huir.

Pero nunca, nunca, indiferencia. Lo sé bien.

Muy muy muy bien.

Hoy, es uno de esos días.

Y de esos momentos.

Que bien...


domingo, 20 de enero de 2013

Un aperitivo con cuentas

"El mediodía del domingo se prestan a ello. Tanto que, según a que horas y por que lugares, es difícil encontrar un hueco en la barra. ...."

Hacía días que le había mandado una tarea. Visitando cierta página vi algo que me gustó y me recordó un empeño anterior, y decidí poner un juego en práctica. Para ello, necesitaba que se hiciera un tanga con cuentas, a modo de collar, pero abierto y sujeto a una tira en su cintura. Le mande la imagen que me sugirió el invento, y le indiqué que se hiciera algo similar. Pocos días antes me habló de varias tiendas que conoce donde venden todo el material necesario, así que fue ver la foto y asociar ideas.

El juego me ofrecía varias posibilidades en paralelo. El divertimento, por supuesto, el tentar su estado y estimular de paso su disposición, y porque no, también, una pequeña prueba.

El viernes me enseñó el resultado de su trabajo. Bueno, luego se reveló que de trabajo hubo más bien poco, pero al menos fue un avance con respecto a las últimas fechas. No era lo que esperaba, ciertamente, pero siempre se ha movido extraordinariamente bien por los resquicios que le dejo para hacer las cosas como le parece.

Finalmente, el domingo quedamos para tomar ese aperitivo. Viene con pantalones, aunque es lógico, apenas le avisé con 10 minutos. Unos pantalones ajustados. Sube al coche, y no tarda ni dos minutos en poner su sonrisa pícara, llevándose la mano entre las piernas. Paso la mía, y sí, alli están, las cuentas bien apretadas contra su cuerpo. Una agradable sorpresa que no esperaba.

" .....nos acomodamos en el único espacio que quedaba, y pedí nuestras bebidas. Desafortunadamente, estabamos en zona "roja", demasiado cerca de su casa, como para ponerla demasiado en evidencia. Un riesgo innecesario. No obstante, se las apañó para sacar un extremo de la cuerda de modo que quedaba con un hilo que sobresalía por su cintura. Me recordaba aquellos muñecos de cuerda antiguos, de esos de los que tirabas y comenzaban a bailar. Aquí, los tirones provocaban cierto baile, que si bien no era el resultado de nada que pudiera llamar la atención, sí que acabó por no pasar del todo desapercibido (aunque sin conocimiento explícito de lo que ocurría) a aquellos que nos rodeaban."

Desde luego, no se ha desarrollado el juego como había imaginado, pero, como aperitivo, no está nada mal. Y va a dar lugar a variantes insospechadas. Pues no sólo los resquicios sirven de vía de escape.

Y hay más domingos para salir a tomar algo, claro que sí.

viernes, 18 de enero de 2013

Espejos

"I USED TO LIVE IN A ROOM FULL OF MIRRORS"


Rodeado de un falso infinito
sin ver más allá
un caleidoscopio monocromático
de formas repetidas
en un universo plano

La comodidad de un cuento a medida
de sensaciones recortadas
placer inmediato
universo plano


"ALL I COULD SEE WAS ME"

Fijo la mirada
concentro el foco
me devuelven unos ojos
cansados
inciertos
perdidos
en un universo hueco

Sin saberlo, sólo yo
mi yo, único yo
dividido, troceado
en mil reflejos
pero único


"WELL I TAKE MY SPIRIT AND I SMASH MY MIRRORS"
 
No me gusta lo que me muestran
no quiero ser eso
un ser ominoso
innominado
viscoso
frío
vacío

Prestidigitador de la nada
sin contenido
con ira templada
ilusión multiple
a modo de placebo mental

sensaciones que se pierden
espejos que ya no devuelven nada
1,2,3....esencia vampírica que no aparece

estalla, rasga, mata
y nace



"NOW THE WHOLE WORLD IS HERE FOR ME TO SEE"

ese es el deseo
pero ¿qué mundo espero?
y
¿qué mundo quiero?

no se si rompiendo los espejos hallaré la respuesta

sube el ascensor
sólo hay un espejo
miro al que me mira
no lo reconozco
no me suenan sus gestos
no comprendo su expresión
no sé si es yo

sí, sí lo sé



lo sé

miércoles, 16 de enero de 2013

Un griego, su collar y el camarero

Tres vueltas de collar al cuello. Negro sobre rojo. Descansando, tumbado en su parte más baja, más que colgando. Piedra y plástico, mezclados, y casi revueltos. Una sala estrecha, larga, con una iluminación tirando a fría, pero agradable. Fresco, podría decirse, aunque en esa línea tan actual de exceso de diseño, espacio rigurosamente justo y falta de intimidad que anima los locales.

Noto cuando toma asiento que entre las redondeces negras de las cuentas asoma una leve protuberancia roja, como un botón tímido. Al ampliar el campo de visión, me doy cuenta que su gemelo llama la atención del mismo modo. Creo que no soy el único en darse cuenta.

Me nota en los ojos las ganas de jugar. Pero la dejo "saborear" el instante. Sabe que le voy a mandar algo. Sí, y lo hago. Le digo que lleva demasiadas vueltas de collar al cuello. Extiendo la mano y le digo que ponga el más pequeño (pues en realidad lleva dos, aunque parecen uno sólo) en su interior. La cierro, y casi puedo tomar todas las cuentas, aunque alguna resbala.

"Sí, te cabe. Ve a metértelo en el coño. Cuando salgamos del local, debe ir danzando entre tus piernas"

Se ruboriza, como suele hacer. Además, el camarero lo ha oido, seguro. No se queja.

Acabamos la comida, con todo el juego y las tres vueltas sobre su cuello, aún. Le digo que vaya ya.....y va.

Tarda un rato, y al cabo, vuelve....con tres vueltas en el cuello.

"No había manera de meterlo dentro, se resbalaba contínuamente. El sitio es estrecho y no permite mucha maniobra. Pero lo he intentado, sí. Mira, no lo he lavado, por si no me crees"

Efectivamente, lo había intentado. Me rio y su rubor se vuelve casi grana. Es muy divertido, y más.

Pedimos la cuenta, y me levanto al baño. A mi vuelta, la noto aún más divertida.

"Sabes, cuando ha traido la cuenta, el camarero me ha dicho que que bonito es el collar, y se ha acercado mucho a verlo. Yo le he acercado el otro, pues si encima le llega el olor"

Desde luego, hay que ver lo entretenido que puede ser un collar. Y el juego que da ¿verdad?

lunes, 14 de enero de 2013

Hemeroteca

Dos párrafos extraídos de la carta que cerraba una etapa.

"Sin embargo, no he sido del todo honesto, ni conmigo, ni por supuesto contigo. Debería haber sabido, pues ya he tropezado con esa piedra, que la distancia acabaría siendo un obstáculo definitivo. Me he dicho mil veces que esta vez no sería así....pero no.

No es pues un factor la preocupación por si me pueden pillar o no (aunque procuro evitarlo por todos los medios, claro). Se trata más bien de la disponibilidad en determinados momentos. Si bien planifico las cosas, y trazo un itinerario a seguir en toda relación D/s, no puedo dejar de lado las sensaciones del momento. Son esas que me llevan a disponer en un momento dado de quien se pone en mis manos, sin mayor dilación. Una vez que entro en contacto real, ese aspecto es esencial para mi, y no me basta con la relación a distancia. Tengo que dar salida a esos momentos instantáneos."


Estos mismos párrafos podrían haber aplicado en alguna otra ocasión. Aunque me suelo decir que estoy aprendiendo a no tener referentes fijos, hay cosas que en mi son más permanentes que otras, sin duda. Puede que en el fondo, como alguien insistentemente aún me dice, no soy nada más que un niño caprichoso. Al menos, en algunos momentos.

viernes, 11 de enero de 2013

¿quieres.....



"¿quieres hacer lo que te manda o lo que te de la gana?"


mara es esencial, y tiene la capacidad de sintetizar y transmitir las sensaciones de un modo cristalino, como no he conocido en nadie hacerlo.

Ayer hablamos después de mucho tiempo.

Y sigue siendo cristalina.

Qué bien

jueves, 10 de enero de 2013

Belleza

Escucha

Deja que suene la música



ahora, ya
lee


niebla
tarde fría
humores helados
baja
cae
una frase
un sentimiento 
cargado
interior

falta de luz
el contraste
sin sentido
más caída

¿de donde surge la belleza?
¿cuál es la necesidad de un fetiche?
¿quién desea lo obvio?

Aún así es obvio
azul
blancura suave
pálida
mórbida y alentada

una imagen
sensaciones
recuerdos...fetiches también
sentimiento
metal
seda
dolor
una sonrisa
deseo
control
miedo
eterna incomodidad
cadenas pequeñas
mente, sueños, fantasía

pasión
y más deseo
de madrugada
de noche

hasta de amanecida

¿quién quiere razonar sobre un sentido?
tendrá su explicación
y un motivo para no experimentarlo
(¿sufrirlo?)
 que se pare
mas
¿por qué no gozarlo, otra vez?

y
¿quién lo quiere?

cae la noche
baja la niebla
humedad fría
luz difusa
y calor
bello,
profundamente bello,
obscenamente bello,
delicadamente bello,
impúdicamente bello,
vergonzosamente ...
bella

miércoles, 9 de enero de 2013

El roble y el sauce

En una tarde desapacible, cálida puertas adentro, fría en el interior, propia para revisar esencias y recuerdos, un par de viejas fotos coincidieron por casualidad, mostrándome nítidamente dos de las ramas que me alumbran.

Me envolvieron con fuerza, cada una aflorando los detalles de su estilo.

Una de estampa recia, fuerte, poderosa, callada, austera, protectora.
La otra recogida, débil, egoista, tibia, indulgente.

Las dos, a su manera, interiores y fuera de toda norma.

Ambas definidas, inconfundibles, exhibicionistas y discretas, complementarias y opuestas.

Siempre estuvieron bien juntas aunque sin complicidad, nunca se mezclaron, pues intimamente no se comprendían, y mientras una disfrutaba de su recorrido por la vida, la otra parecía estar siempre lamentando lo que no llegó a ocurrir. Quizá la diferencia estaba en que una hubo de tomar muy muy pronto en sus manos la llave de su propio destino, y la otra jamás supo como hacerlo.

Las imágenes, suerte de epílogo, mostraban con delineada claridad ambas actitudes, que se mantuvieron así hasta que exhalaron el último suspiro.

Me pusieron esas dos estampas ante mis ojos los rasgos esenciales de mi carácter, toda la dualidad que subyace, impasiblemente definida y antitética

De fondo, la música sonaba así,


y a la vez así


cada una es como es, entremezclando registros, aunque a veces los polos opuestos no se atraigan

Aún, no se si siempre, así, balanceando entre los dos extremos, entre las dos ramas, entre los dos árboles, tan parecidos y tan distantes.




Aún así...