viernes, 14 de mayo de 2021

Veinte minutos mágicos.

¡Sólo dos horas! La exclamación rebotaba aún, formando un eco negativo, realimentando un stress absurdo.

¡Sólo dos horas!, repetía nerviosa y acelerada, mientras yo sonreía calmada y cómodamente tumbado en el sofá.

Subía, bajaba, corría, buscaba.....y ya sólo quedaba una hora y cincuenta y siete minutos, y disminuyendo. Creo que mi sonrisa la aceleraba más. Hasta que le hago parar.

En posición de espera, le mando cerrar los ojos y dejar de verbalizar, de mirar, de pensar. Ajusté con calma el ambiente, luminosidad y sonido adecuados. Una vez disminuida la percepción de esos sentidos, es momento de aumentar la del tacto. Las tiras de cuero traen una caricia sedante por todo su cuerpo, con una intensidad imperceptible e impecablemente creciente, al estilo del Bolero de Ravel, pero al ritmo del Clave bien temperado. Sube, crece, aumenta lenta e inflexible la intensidad, y comienza a sentir y a no pensar. Aparece la tentación del abandono, de dejarse llevar, y no puede evitar seguirla, en un continuo crescendo.

Desaparece el tiempo, y el pensamiento, y la propia conciencia. Sólo existen los golpes, rítmicos, pausados, inevitables, inflamando el espíritu que transciende al repositorio carnal que lo contiene.

Se ha acabado el tiempo, y da igual si fueron veinte, cuarenta o cinco minutos. El efecto es intemporal, y el sello, eterno. Es el efecto de dedicarme a aquello para lo que estoy naturalmente dotado, y no a otra cosa. Por siempre jamás.

Cáñamo virgen.

Aún siguen allí, con ese olor característico. Hace muchos años que llevado por un erróneo impulso de pureza casi romántica, adquirí 50 metros de cañamo sin tratar, con el ánimo de crear y dar alma a mis propias cuerdas. Claro, el hechizo murió pronto entre el olor intenso, mi falta de pericia y de paciencia para ese tipo de menesteres. El contraste entre los juegos de cuerdas debidamente tratados y los que yo llevé a aquel curso en Usera me convenció de a qué debo y a qué no debo dedicarme. O aquella tarde con el perfume de melón tratando de rebajar la intensidad de aquel olor penetrante e insoportable.

Hoy, 8 años después, ahí estaban las tres últimas. Con su aroma característico convertido en un eco lejano pero reconocible, y aún firmes y consistentes. Y tras tantos años, les di el uso al que estaban destinadas. Ver el cuerpo levitando, suspendido del gancho del cielo, resultó una acción catártica. Y en ese instante, aroma, tacto y tensión formaron todo uno con la piel marcada y mi mirada brillante. No siempre los malos principios conducen a peores finales. Quizá sea cuestión de graduar adecuadamente la intensidad de los aromas. Quizá.

Necesito adorarle, sir.

Una declaración asimilada en el pensamiento a partir de procesar la emoción. No es algo que pueda inferirse en dos días, ni tampoco es fácil de aceptar e interorizar.

Resulta refrescante entre tanta lava llena de impurezas y elementos espúreos.
Y bellísimo. Mucho.

viernes, 7 de mayo de 2021

Bondades

 Hoy, por enésima vez desde que frecuento este mundo de placer y dolor (entre otras cosas), me he vuelto a encontrar con el catálogo de bondades que debiera poseer, inevitablemente, un buen dominante. Otras veces aplica a la sumisa ideal, a la dómina, etc, etc, etc... (aunque no recuerdo haber visto resúmenes similares dedicados a switchs, masoquistas ni sádicos. Supongo por la amplitud posible en el primer caso y por la especifidad tan concreta que une a los dos últimos. O quizá porque no hay tanto intrusismo en ese ámbito, quién sabe) .

Pues como decía, hoy tocó de nuevo el catálogo de bondades del dominante. Y conforme las leo, me da por pensar que no sólo lo debe poseer un dominante. También mi abogado, mi jefe, mis subordinados, mi esposa, el panadero, la frutera, el guardia municipal y hasta los monosabios de Las Ventas.

Pero, como dijo aquel ilustre formado por las cornadas y la vida,

"Lo que no puede ser, no puede ser, y además, es imposible."

 

 


What a wonderful world - Louis Armstrong.

Mirror, mirror.

Mirror, mirror, drawing the shape of your desire.
Mirror, mirror, showing the darkness of your inner thoughts.
Mirror, mirror, that gives you back your own sight, arousing your mind with your fears.

Mirror, mirror, revealing your future from your past to make your present.
It can be a real hard experience to notice what is on your mind upon the mirror reflection.

Mirror, mirror...have no mercy of her...for her pleasure...and mine.

Mirror, mirror.....

domingo, 2 de mayo de 2021

De coches y putas

Pues sí, mi querido amigo, tienes razón, y yo estaba equivocado. Un coche es un coche por serlo, y no por cómo lo conduzcas. El ego te puede hacer creer que tú creas y construyes el coche, pero el coche, es.

Es un placer confrontar las ideas con personas consecuentes y que usan el cerebro. Y que tiene un coche estupendo.