domingo, 30 de diciembre de 2012

Adicciones sonoras

En la busca casi eterna de vez en cuando doy con discos como esos que compraba en tiempos, cuando había que selccionar bien el tiro antes de gastarse el dinero. Ahora te bajas una discografía en dos horas.....y claro, no lo escuchas igual.

Hoy estoy con Ben Webster. Di con esta joya. Claro que para mi, todo lo que tocó Ben Webster es una joya.


Sí, hoy me toca este disco. Y mañana, y pasado y puede que esté el mes entero oyéndolo. Y cuando en alguno de esos momentos especiales necesite poner un disco determinado, seguro que formará parte del catálogo de los reservados.

Sustituye a este otro, otra joya que me ha acompañado el último mes


Tiene la publicidad de Tom Waits, pero....me quedo con el resto del disco. Claro que no es una sustitución. Se irán alternando. Con otros tantos. Según sople el víento de mi estado de ánimo.

Como siempre.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Inocente 3

¿y tú por qué estás aquí?

no lo sé, nací así

eso no lo explica

¿y quién necesita una explicación?




Inocente 2

¿y siempre cantas un blues cuando estás triste?

Oh, canto cuando estoy triste, cuando estoy contento, cuando no se puede hacer nada, cuando esoy solo, cuando la compañía es grata....incluso cuando estoy enamorado.....


marzo del 88

Inocente 1

-Fui a colgarte un muñeco de papel, pero tuve miedo.

-¿Miedo?, ¿de mi?, ¡cómo exageras!

-No de ti, no. Vi que tu inocencia está hecha jirones, y no sabía donde ponerlo

Imagen

De uno de los blogs que sigo. Esta imagen se ha metido en mi cabeza.



O quizá estaba dentro, y al ver la foto, por fin, ha salido.

¿qué?

¿qué voy a encontrarme? dime...

Nada...salvo aquello que lleves contigo. Olvida cualquier otra cosa. No te servirá.

Un día en canon

La noche me dejo una repetición de las sensaciones que se agolparon a lo largo de la jornada.

Una intensidad demacrada








Es la voz que inesperadamente me acompañó al final de un larguísimo día, junto con la mirada sicalíptica de la mujer de pelo negro a lo garçon....mañana, dios dirá.....

viernes, 21 de diciembre de 2012

un paseo vespertino

Es un día diferente. El último de muchos iguales en una buena temporada. La rutina matinal fue la propia, aunque hoy las caras fueron alegres y sonrientes, a pesar del cansacio acumulado. Prevalecía la emoción de lo que viene sobre la pesadez que se queda momentáneamente atrás.

La primera parada no trajo sobresaltos, envuelta en el parloteo incansable que me rodeaba. Aunque ya iba ensimismado, o absorto, casi ausente. Tras una pequeña conversación decepcionante, sigo mi camino solo.

El día es todo para mi. No tendré mucho trabajo, ni nada exigente que acometer. Pero sigo ausente. No tengo explicación, ni tampoco me extraña.

La mañana pasa como un autómata. Una conversación estimulante me refresca una propuesta del día anterior. Sí, quizá sea el germen de algo interesante.

Dan las dos, y ya no tengo nada que hacer. Me apetece un aperitivo, pero el día no es el más adecuado. Las opciones que me quedan implican ver a gente que no quiero tener delante, y no, para nada. Otra conversación decepcionante, ya van dos. ¿será que escojo mal los interlocutores hoy? Puede ser. Ya totalmente mío.

Anduve por medio Madrid, realizando algún encargo, no pudiendo cumplir algún capricho, aunque quizá ya no tenga ocasión de ponerlo en práctica. Frío, gente, sol de invierno, escaparates, aroma de despedidas por unos días.

Llego a casa, preparo el equipaje; mañana salgo muy temprano. Hay un estimulo para la vuelta, aunque ya sé también que no será. En fin, disfrutaré lo que venga y ya está.

Dominación

"La dominación perfecta es la que no se siente. Puede ser por adhesión a los valores dominantes o por resignación y ahí los procesos de persuasión son fundamentales. Cuando fallan, se recurre a la coerción, pero los mejores sistemas de control son los que no necesitan del uso de la policía."

Leído en una entrevista, al hilo de la situación general que envuelve a Occidente. El corolario despierta en mi un fuerte deseo de acción directa, no lo puedo negar.

Y por otro lado, sé que hay otros modos de dominar, aunque quizá no apliquen a la masa y sean de índole individual. Y no son tan tramposos. Pero requieren transparencia y honestidad. Y claro....no. No es ese tipo de dominación el que se muestra.

Es más bien el que emana de este indivíduo en una desasosegante y estupenda entrevista. Parece cercano y empatiza con los sentimientos de frustación que seguro que a muchos nos embargan ahora.

xavier-sala-i-martin

Es cierto que no estoy de acuerdo con el en nada de lo que dice o le palpita, ni respecto a la cuestión catalana, ni su visión liberal ni en la absurda idealización de la cultura de la competitividad y el esfuerzo. Pero me gusta la síntesis (que no el análisis) que hace de la situación en algunos momentos. Nunca le pondría a llevar mis asuntos, aunque conviene escuchar lo que argumentan tipos como éste (cerca de los amigos, pero mucho más cerca de los enemigos). Es un elemento francamente peligroso, que postula un mundo sólo para los capaces (los que innovan, arriesgan y crean. Ahora, le reto a poner en marcha un negocio con creadores exclusivamente. A ver que le sale. Y otro con esforzados. No, la selección natural no es tan puntual).

Afortunademente, para quitarse la desazón que produce el futurible nóbel de economía en la misma web hay un delicioso artículo sobre los coños, que ofrece una deliciosa doble y triple lectura. También con un sutil aroma de dominación impreso. Aunque esa es otra historía para disfrutar leyendo.




Escenas ¿olvidadas?





No se ama a los sumisos, simplemente se les quiere.

Dame un abrazo bien fuerte, nunca lamentes ni olvides.


Con la cabeza bien alta, deja que guarde esa lágrima.

lunes, 17 de diciembre de 2012

dos cariños

Sentado en el tren, en una bancada amplia, llegamos a una estación donde sube mucha gente. Por mi izquierda aparece un padre con su hija, pequeña, de unos 4 años, quizá más. Es muy menuda. Ocupan los dos asientos que hay a ese lado. Por mi derecha, tras la avalancha de los que atropellan a cualquiera por una silla, sube una pareja, de mediana edad, tirando a avanzada. Puede que anden ambos por los 55. Pulcramente vestidos, con cierto tufillo rancio y conservador. Ella toma el asiento libre a mi lado. Al hacerlo, se cruzan nuestras miradas, y me sorprende ver cierto temor en la suya. Se da cuenta de que me doy cuenta. El se pone de pie ante ella, a visto nuestro diálogo, pero no manifiesta emoción alguna. Aparto la mirada y sigo escuchando la música sin fijarme en nada cuando escucho un "no me dejes sola". Viene de mi derecha. Me sorprende. Vuelvo a mirar y observo como él le da la mano, con una extraña mezcla de cotidianeidad y cariño, al tiempo que en ella desaparece el temor mientras se aferra con suavidad a la ofrecida cuna. Inician una conversación casual, aunque en cierto modo cálida. A mi izquierda, mientras tanto, la niña se ha recostado sobre el regazo de su padre y está íntimanente rendida y protegida. También noto la calidez que la envuelve, y la naturalidad de la escena. En el coche, mientras, se oyen las voces de los habituales pelmazos con móvil que gritan como si la conversación que tienen careciera de valor si todo el mundo no oye sus estupideces, las miradas furtivas que huyen al encontrar otros ojos, todo ello tan ajeno a los dos mundos que tengo a cada lado.

Llegados al destino, padre y niña se preparan para apearse. Perezosamente se levanta de su confortable cueva, sin ninguna gana, estaba tan a gusto... y ambos se encaminan a la puerta. La pareja de la derecha ocupa rápidamente los asientos libres, aún cogidos de la mano. Arrancamos de nuevo, pero el calor de ambas escenas queda atrás. Las manos antes unidas ahora tiene un teléfono cada una. Oigo hablar de whatsup, contactos, mensajes.....y cada uno se enfrasca en su universo virtual. O quizá no tanto, quizá lo virtual fue la breve escena de los dos cariños aislados. Y lo real es lo otro. Lo que no tiene piel.

viernes, 14 de diciembre de 2012

devorando a Carolina

Pocas veces pasa. Será porque cada vez son más superficiales o más pretendidamente trascendentes. Y será porque ya no escucho tanta música. Puede que no escuche tanto de nada, aunque haya aprendido a poner cara de hacerlo. Y tengo una maestra que me mostró como hacer lo contrario, aparentar no estar atento en absoluto y sin embargo, cogerlo todo. Pero sí, escucho menos, es cierto.

Ahora le toca a (Y al final) Carolina. Siempre le ha tocado, pero nunca había dispuesto de la letra "real" de la canción. Me suelo quedar con la primera sensación que tuve al oirla por primera vez. Y de esa sensación, saco la letra que me apetece. Pequeñas variaciones puntuales que cambian el sentido a lo que dicen, pero que para mi es lo que vale.

Carolina tiene un puñado de frases gloriosas. Que dan mucho juego.

Resulta ahora que la mitad de las que quedaron grabadas en mi mente dicen otra cosa. Pero me da igual. Para mi, el fin es siempre el mismo, y no acaba jamás.

Ya no aguanto que le pegen como antes, como cuando era mayor.  Alguna vez, desnaceré. Pero dudo mucho que podamos llegar. Aún siendo más joven que mi yo.

Es una espiral recursiva y cambiante. Pero me gusta así. Esa es mi Carolina, y no otra. O esa es Carolina para mi. Como yo quiero que sea.

Espacio

sé que lo sé
pues ya no siento

sé que no sé
pues no lo encuentro

sé que ya sé
pues pasó hace tiempo

sé que sí sé
pues está adentro


se a sed en medio del desierto
se a sal en un mar incierto
se a alquitrán, a yodo y a cielo

sé que ya no se, pasa el tiempo

Espejo

oscuros
opacos
convexos
translúcidos


engañan
ocultan
traducen
asustan


están
existen
son
eres

desnudos
ornados
desnudan
desvisten


plano
frío
real

solo
imagen
mirada

reflejo
mirado
respiro

miércoles, 12 de diciembre de 2012

4+4









+ 1


+ 2


+ 3


+ 4

martes, 11 de diciembre de 2012

Fragancia de juego

Contrastes, que vienen y van.
miradas fijas, cargadas
gestos leves, densos por detrás
incomodidad confortable


Un desafío divertido
piernas entrecruzadas, mil veces,
provocando los pliegues de la tela
sonrisas en ojos y boca


Una respuesta,
incisiva, un desafío intencionado
turbación, rearme, se juntan las piernas


Una negación cierta,
un velo a punto de caer
una orden, inquietud
de pie, piernas abiertas, tela alzada


Juego dado la vuelta
el velo fuera
mirada magnética, ojos quietos
sonrisa inequívoca,
cara y mano, muy cerca


Otra orden,
bochorno, verguenza
piernas separadas
sexo abierto,
mirada penetrada,
cabeza gacha


Intenso....intenso....intenso
la sensación, el aroma, el momento

intenso....intenso
por fin, una caricia, y un beso

intenso
......el juego

martes, 4 de diciembre de 2012

dolor de nada

sopla el viento, con fuerza

no llega a ser una tormenta

una masa negra dibuja sombras

mesetas y valles efímeros

densos e intensamente fríos

juegan sin conciencia....

sin conciencia

ausencia de espíritu, flores vacías

carne leve, deseo vacuo

luz de la mañana, noche en día

dolor de la nada, nada que duela

es sólo un sueño, tras el primer beso

un beso soñado, un beso de nada

tras la cortina, entre la niebla

el soplo persiste, racheado, intenso

pero no es tormenta

la negrura sube, brilla, agota incansable

nada

salpican las gotas, ni mojan ni hielan

millones de ellas, todas saladas

todas frescas

inexistentes al final, en apariencia eternas

el viento arrecia, pero no hay tormenta

no me despierta







Regalo

Hoy he recibido un regalo.

Con su envoltorio ajustado y morado, que no era en absoluto de mi agrado.

Y la primera vista, tampoco.

Incluso la segunda distaba de complacerme.

No, no me gusta la presentación de ciertos regalos.

Claro, que, un regalo puede aceptarse o rechazarse.

Aún no sé que hacer con éste.

Ya lo pensaré.

Puede que me lo quede. Al fin y al cabo, es lo más educado.

Y las formas tienen su importancia.

Así como la justa correspondencia.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Azotes

Una ventana, la tarde fría pero soleada. Da a una calle relativamente concurrida, con tráfico. Las cortinas están ligeramente abiertas, de modo que alguien que mire puede captar lo que ocurre detrás, sin que llame a la vista.

De pie, manos en la nuca, con un conjunto que la cubre y desnuda a la vez, que tapa y expone. Piel blanca enmarcada en tela que ciñe las curvas, las realza. Una ofrenda a la vez tímida y descarada, antesala del juego de contrastes que hace rato que ha comenzado.

Caricias de piel sobre piel, de dedos que arrancan su voluntad apenas con la promesa de un suave toque. Como un capricho infantil, aparentemente incostante y sin rumbo, sin ritmo definido a pesar de la sensación de crescendo, errático pero intensamente preciso.

La excitación aumenta, el deseo crece, el temblor aparece, los jadeos suspiran, las rodillas se doblan, los ojos se cierran, la piel se tensa, la carne se torna hambrienta, el calor aumenta y el abandono va entrando por la puerta.

Una mano ajusta la tela que cubre el sexo húmedo, define con nitidez la zona a castigar.

El primer azote arranca un grito leve. Se arquean las piernas, se tensan los brazos, se vence hacia el cuerpo que la flanquea. Ante la ventana, con la cortina entreabierta.

El segundo aumenta las sensaciones, tras nuevas caricias, y así el tercero....

y el cuarto

y el quinto

El placer supera al dolor, cada gesto lo proclama. Ni siquiera es una delación, pues lo disfruta voluntariamente aunque no lo piensa. Lo pide, lo llama, le llena.

A partir del décimo sube el ritmo y la intensidad. La humedad ya es algo mojado.

Y sigue el undécimo, y el duodécimo......

Aparece un rayo de temor, no puede obtener placer así, no....un susurro inaudible trata de detenerlo, y otro susurro, cálido y firme, desarma la resistencia.

"No podré correrme así"

"Podrás"

El trigésimo alterna caricias y golpes, ya firmes, incisivos, constantes y certeros, sobre el lugar que concentra su placer.

Y sigue el juego. Hasta la cuarentena...y más allá. Las piernas ya no la sostienen, los brazos parecen querer separar la cabeza del tronco, el temblor es ya constante...

"Exponte, zorra, saca el coño hacia adelante, que vea todo el que pasa por la calle como vas a correrte"

Jadeos, suspiros, señal inequívoca de que ya no hay vuelta atrás. El quincuagésimo azote es parte de una serie rápida, cada vez más fuerte, las caderas obscenamente fuera, las piernas abiertas, el cuerpo colgado del brazo que no la azota, que empuja su cintura hacia adelante a la vez que la sujeta.

"puedes correte"

y con el siguiente azote (¿sexagésimo, quizá?) llega la culminación del placer.

Y un nuevo paso adelante.

Ante la ventana, una tarde soleada y fría, como lo es la hoy, un mes atrás, un cuerpo rendido y otra barrera saltada. Mañana, cuando lo piense, seguirá sin querer creerlo mientras que al recordarlo la humedad sobre su ropa dejará firma de la certeza de su verdadera condición.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Trazos

Una idea
 
 
un cuerpo en una cama
 
 
una banda sonora
 

 
saten, encaje
 
 
pecho lleno y sensible
 
 
piel excitada
 
 
un beso y dos azotes