lunes, 20 de febrero de 2023

Contrastes (el placer del observador)

Por supuesto que no es nada personal, aún no puede serlo, no nos conocemos, y como mucho podría tratarse de un prejuicio, aunque no parece tener el carácter que tienda a prejuiciar alegremente.

Pero no escribo hoy por eso, si no por uno de sus contrastes. Qué se le va a hacer, me gusta observar, y cuando se dan paradojas en el universo observado, sean aparentes o no, la realimentación hace que tienda a mirar de una manera casi compulsiva, si no fuera por la paciencia que requiere contemplar y asimilar todo lo que entra por los ojos y quiere descubrir la mente.

La última de sus imágenes induce a pensar en una piel sedosa, suave, fina. A juego con la morfología de su cuerpo (aunque en una orientación clásica ese tipo de pieles suele asociarse a físicos voluptuosos, propios de perfumadas odaliscas sugerentes. Modas de otros tiempos, desde luego). Como decía, una dualidad muy actual de cuerpo-piel, que contrasta abiertamente con la dureza de las facciones de su rostro. Rasgos duros, delineados, firmes, casi violentos, enmarcados en el aura de fragilidad del cuerpo que los eleva.

Y claro, al amar el placer que procede de los contrastes y las paradojas aparentemente imposibles (entre otras cosas) no puedo dejar de escribirlo, aunque pueda quedar la oda a esta singularidad perdida en el vacío. Oda que con certeza no acaba en tan dual apariencia, pero eso, si llega, formará parte del resto de la historia.

El deseo del observador paciente y hasta ahora callado.

sábado, 18 de febrero de 2023

Designio conminatorio

Despierta, ánima de efluvios septentrionales,
depositaria de arcanos impulsos perversos, 
fuente de placeres inconfesables,
la mayoría aún por aflorar 
a los surcos de tu piel en forma
de marcas visibles como testimonio material
de tanto deseo escondido.


No te pierdas en el éter cibernético 
y acude ante quien te reclama como tributo 
de la orgía de sensación e intensidad 
que ensucia tu mente para limpiar tu alma.


Ven, ofrécete y vive lo que aún no sabes si puede ser real.
Ven a que lo haga ser contigo para ti y para mí.

Despierta para tu nuevo Dios.



miércoles, 15 de febrero de 2023

Es puta

Descubriose puta.
Se siente puta.
Incluso se sabe puta.
Lo sabe con tanta certeza que le duele serlo.
 
Pues no es capaz de asimilar aún que es puta, tan puta.
 
Tan puta que transciende su carácter manipulador y dominante.
Tan puta que se convierte en un pelele en manos de quien le hace serlo.
Tan puta que nota que pierde su dignidad.
Tan puta que sabe que no puede negarle nada.
 
No puede evitarlo. 
 
Ser puta la ha marcado.
Ser puta la condiciona.
Ser puta la vuelve loca, lo odia y a la vez le encanta.
Ser puta le provoca mil preguntas, pero sobre todo una.

¿Por qué?
 
¿Por qué me pasa esto?
¿Por qué no lo puedo evitar?
¿Por qué le busco?
¿Por qué me domina así?
 
Y así, ya no tiene placer sin Él, 
no tiene deseo sin Él, 
no goza sin Él,
ni siquiera es capaz de excitarse si no se lo permite Él.

Es puta.
Muy puta.
Tan puta.
Irremediablemente, puta.

Y, sobre todo, Su puta. 
Por, para y gracias a Él.


lunes, 13 de febrero de 2023

El discreto encanto de la capacidad desatada

En esta pasarela de vanidad pretenciosa, brilla, por encima de todas las cosas, el equívoco fulgor de los exhibicionistas con magníficas dotes de comunicación puestas al servicio de la nada absoluta. Así, se publicita sin recato la bondad de lo accesorio, la profundidad de lo insustancial y la cómica intensidad de lo irrelevante. Suele ir envuelto todo ello en un manto de sacrosanta dignidad prestada de causas pretendidamente nobles, hidalgas, modernas y empáticas, conformando un cuadro que aúna al atractivo visual la garantía de la supuesta moral bien entendida.

Bonito, atrayente....y falso.

Inevitablemente falso, pues esa corriente nace de una fuente que no tiene nada que ver con lo que pretende regar, más allá del imposible deseo del incapaz (y últimamente de los mercaderes del sexo, cada vez más ubicuos) puesto ante el espejo de su inutilidad manifiesta, al calor del voluntarioso aserto del querer es poder como oráculo de la mediocridad.

Por eso, cuando entre tanta quincalla aparece el luminoso destello de un retazo de capacidad desatada, la bondad de lo esencial, la profundidad del ser y la intensidad de lo único, con el discreto encanto de su natural sencillez, devastan todo el montaje de impostura inanimada con el soplo de vida ante el cual lo muerto jamás podrá competir. Aunque trate de llevarlo a su terreno, como ocurre cada día por aquí.

A una putona infinitamente capaz

miércoles, 8 de febrero de 2023

Pequeños detalles

“ Eres un poco impaciente”, me dijo con resolución. No lo estaba siendo, pero sí comenzaba a entrar en una argumentación que me llevaba a la contradicción, y con esa frase desactivó la situación antes de producirse. Hizo más, mostró firmeza, carácter, decisión, coherencia e interés. Fue la contestación adecuada en el momento oportuno.

“Tienes razón, disculpa”, fue mi respuesta.

Esas dos frases lo dijeron todo. Tanto que cuando nos vimos, unas semanas después, no hizo falta apenas hablar. A la breve invitación que le hice (“¿Vamos?”) contestó con las tres palabras que nunca más desde aquel día, desde ese instante, han vuelto a sonarme igual:

“Sí, mi Señor” ,

con ese ritmo y cadencia que sólo ella sabe darle a la expresión. Salimos del asador y nos encaminamos calle arriba, en la cálida tarde castellana, en un camino sin retorno para ambos. Con paso lento, una mano en su cadera y la dulzura indefinible que nos procuraba la sensación de haber culminado el preludio de tantos meses de observación y conocimiento. La confirmación de la certeza nos llevó a un estadio nuevo, y sin embargo, parecía que habíamos estado viviendo ese estado desde el principio de nuestra existencia, de tan natural que resultó cada momento.

Todo estaba resumido en el detalle de esas breves frases. Cuando se dan, no hace falta más. Y cuando no, tampoco. Es así de natural.