domingo, 29 de enero de 2012

Sesión según catira

Así vio catira nuestra última sesión

"El jueves por la tarde tuve un encuentro muy intenso, él me dijo que tenia que salir de mi trabajo sin ropa, solo con el abrigo.

Ese día por la mañana me llevó al trabajo, pero antes desayunamos juntos. Me volvió a recordar que sólo tenia que llevar el abrigo, ese vestido rojo que llevaba lo tendría que quitar y solo dejarme las medias y el collar de perlas que llevaba.. Le dije con mi pícara mirada medio ingenua (que no lo es tanto pero me sale de lujo) que sólo llevaba el vestido y las medias..., me encantó como mi dominante señor cambió su expresión y no paró hasta comprobar que debajo de mi clásico y respetable vestido rojo no llevaba nada...

.... Sé que estaba impaciente por tenerme esa tarde. Que estuviera toda la mañana sin bragas y que él hubiese comprobado tal hecho era un objetivo para "calentar" el ambiente y parecé que lo conseguí y que le gustó,creo que por inesperado.....

yo no sé mucho de este tipo de juegos... soy aprendiz y él lo sabe,... pero me corrí cuatro veces en esa tarde y él un par de ellas cuando era algo que no pensaba hacer... parece que su autocontrol se descontroló ...cosa de la cual me alegro por la parte que me corresponde.

Me masturbé para él mientras me vertía una cera roja que no me dejó marca por mi cuerpo y me daba pequeños azotitos en mis abiertas piernas y en mi sexo con una especie de látigo con muchas cuerdas que no sé cómo se llama....., mi orgasmo fué intenso, tan intenso que no supe que había pasado casi una hora y que cuando volví a mi no sabía muy bien donde estaba ( esa sensación duró apenas segundos, pero él vió en mis ojos mi despiste y vino a mi, me susurró cosas al oido y me abrazó)."

jueves, 26 de enero de 2012

Círculos que se cierran

Comenzamos juntos. Hace ya mucho de eso. O no tanto. Yo fui su primer contacto buscado con el mundo sadomasoquista. Y ella fue la primera que me hizo experimentar una sensación de dominio. El encuentro fue casual, o no tanto. El perfil original de Amotormento siempre fue un imán para ciertos caracteres, y tenía la virtud de alejar a elementos pasados de rosca, de vuelta de todo. Y por el contrario, solía atraer a espíritus curiosos. No supe entonces que era. Antes había jugado virtualemente, comenzaba con contactos reales....pero fuera de las imágenes o iconos que tenía en mente como parte las fantasías que se generaban en mi cabeza y que eran (y son) ciertamente estimulantes, no sabía nada, ni nadie me había llevado a sentir algo especial con ello. Tenía la idea de que lo que yo quería consistía en realizar un conjunto de prácticas concretas, pero tras dar los primeros azotes, ya iba viendo que no era realmente así.

Y con ella comencé a sentir. Y ella conmigo. Tuve las primeras nociones (absolutamente inconscientes entonces) de la forma que toman la sumisión, la entrega. De un modo intuitivo, sin casi conciencia racional, a pesar de mis esfuerzos por tratar de sistematizarlo todo. Ibamos hablando, poco a poco, y entrando en jurisdicción.
Temores que se superan, sensaciones que se descubren, sorpresas agradables, aspectos de uno que quizá no se quieran ver......comenzó a aparecer ese algo diferente, que distigue a la relación tan especial que ambos buscábamos de cualquier otra. Con sentimientos que parecen en ocasiones ya vividos, pero que el entorno que los genera y el cómo se producen les da un tinte diferente. Esencial, sutil y radicalmente diferente.
Aquel comienzo duró poco. Entre su recien descubierta ansia (que no supe modular), mi inexperiencia y la distancia, tuvo un final prematuro. Pero sento las bases para ambos, que marcarían nuestra experiencia, tanto separada como en común. Porque nos volvimos a encontrar, naturalmente. Y queda esa intimidad esencialmente compartida que hace que con dos palabras baste para saber como está el otro. O una mirada, cuando hay ocasión.









sábado, 21 de enero de 2012

Si.....

Nunca supe su título. Ni quien la cantaba. Un sonido asociado a las madrugadas del domingo. Era la hora de los programas deportivos, pero yo frecuentaba otra zona del dial. Siempre me siento a gusto contracorriente (salvo en mi mismo).

Fueron unos años oscuros. Las sensaciones que recuerdo de entonces son grises, sombrías, casi sin excepción. De ausencia de rumbo, a pesar de tener un objetivo definido. Quizá ya entonces intuía que los objetivos no eran lo mío. Así que fuera de corriente y de plano, pero siempre adelante.

Hay quien dice que lo malo se olvida, aunque queda. De esos días, me queda esa pesadumbre casi negra que a veces me llegaba a paralizar.

Hoy, media vida después, he vuelto a escuchar ese tema. Recuerdo al locutor del programa diciendo "no es lo buena o mala que sea una canción, si no los recuerdos que te trae".

Pero no ha traido nada.

Están aquí
.

Como entonces.

miércoles, 11 de enero de 2012

Baltasar

Pedir.
Esperar.
Recibir.
Obtener.
Querer.

Hadas madrinas, Reyes Magos, duendes........catalizadores del deseo que late en la ilusión.
Y forjadores de la desesperanza que fluye desde el desánimo.

Baltasar no llegó en su noche del modo deseado. Ni trajo el regalo imaginado. Es más, pareció entregar toneladas de carbón, amargo. Muy muy amargo.

Por el horizonte asoma una nube, con aroma de traición. Tras ella, otra, no se si más oscura, o densa, con dejes de humillación. Y de ira. Y desde el propio dolor, el olvido. Y la muerte.

El olvido de todo lo que representa y proporciona. Un sol oculto tras unas nubes que presagian tormenta. Traen una tempestad que envuelve un centro exigente.

Y la muerte de por lo que se le tiene. Sin sentir lo que es. Todo quedó borrado en un soplo, una ráfaga que arrastra las nubes y oculta la luz.

La tormenta pasa. Los últimos rayos de la tarde parecieron abrirse paso entre la bruma helada y volver a hacer sentir un tibio renacer. Mas, a la luz de la luna, brillante, llena y helada, la noche mostró que la fuerza de los elementos han dejado su huella. Este rey ha muerto, y otro habrá de venir a ocupar el trono.

Menos mal que los magos son inmortales. Imperecederamente eternos.

martes, 3 de enero de 2012

Un demonio muerto

Ceñida en su vestido rojo aparece en la ventana del messenger. Risueña, bromista, nerviosa y mojada, tal y como acostumbra.

Está sola en casa, de vacaciones, y tras varios giros, la charla se centra en un plug que compró hace poco. Sí, está pidiendo que le mande ponérselo, inequívocamente. Y ¿por qué no?

Vuelve al rato, con el a medio meter. Desnuda de cintura para abajo. Acaba de encajárselo y se sienta en la silla. Le pregunto por más juguetes para jugar con su otra entrada, y va a buscarlos. Tarda un rato, el que le toma asegurarse que nadie la interrumpirá.

Empieza a cumplir órdenes. Saca su pecho del sujetador, se sienta en la silla, apoya las piernas en los antebrazos, y comienza a acariciar su sexo.

Obedece al punto, como un autómata, sin cuestionar ni cuestionarse nada.

Disfruta.

Golpea su sexo una, dos veces. Las sensaciones se multiplican.

Explora el interior de su sexo, acariciando desde allí el plug.

Con la otra mano, tira de uno de sus pezones, levantando un pecho generoso.

Usa el consolador, buscando desde su vagina el intruso que dilata su ano. Siente como las vibraciones se extienden desde su interior hasta el esfinter.

Sigue obedeciendo. Se mira. Se siente perra y sucia.

Hace tiempo que manchó la silla.

Para poder correrse, debe ponerse de rodillas, meter hasta dentro el vibrador en su coño empapado, levantar el jersey que deje moverse sus tetas sin pudor y limpiar con su boca la mancha de la silla. Tiene un minuto para hacerlo.

Le han sobrado 13 segundos.

Va a un espejo a mirarse. No reconoce a quien ve. Alguien hermoso, excitado, transfigurado por las sensaciones y el deseo.

Vuelve a la silla. Se encuentra bien, estupendamente.

Obtiene permiso para correrse cuantas veces quiera, siempre y cuando lo haga en la misma posición, rozando su pecho contra el suelo. Y entre descarga y descarga, ir al espejo a mirarse.

Se verá, dos veces más...cada vez más hermosa, y extrañamente plena.

El primer demonio ha muerto. Y ¡le sienta tan bien!

lunes, 2 de enero de 2012

Natalia

Natalia quiere jugar. Ella no lo sabe, pero quiere jugar. Por alguna razón, selecciona un perfil, anónimo, que le llama la atención. Vence sus temores, y establece contacto. Comienza a hablar, y poco a poco, muestra sus deseos a un desconocido. Dentro del nerviosismo, se siente cómoda, y le cuenta....más con lo que calla que con lo que dice. Pregunta, quiere saber. Le cuentan, y se ve retratada. Cada gesto delata su estado, pura tensión, nerviosa..y sexual.

Está mojada....muy mojada, tanto, que ha manchado las medias.

Ahora se encuentra ante su ordenador, sentada, en su puesto de trabajo, con las piernas abiertas, la falda del fino vestido subida y su mano en su sexo. Sus compañeros no saben lo que está haciendo, aunque si la miraran percibirían su intenso rubor. Media hora atrás no habría sido siquiera capaz de imaginarse así.

La excitación es alta, no quiere saber más, prefería irse. No sabe como calmar su ansia. No es capaz de pensar con claridad.

"Antes de irte, ve al servicio y mastúrbate"

Uffffff......

Esa fue su última palabra. Ufffff.....