miércoles, 27 de marzo de 2013

Enseñando las cartas

La partida sólo puede tener un perdedor. Pues quien juega solo, pierde. Ayer comencé a mostrar una de las cartas que más me pesaba. Y ya está abierto el mazo. No fue difícil, quizá aprovechando el momento adecuado.

Ahora tengo un peso menos, aunque las tareas pendientes son las mismas. Pero ésta ya no la acometeré sin compañía. Nada va a ser como antes, aunque claro, es que ya no somos los de antes. No hay egoísmo en esta vertiente, y eso lo hace más sencillo. Ahora falta que no lo estropee. Pero dado el paso más difícil, no creo que lo tire todo por la borda. Los afectos están delimitados. Ahora quedan por perfilar las adhesiones. Habrá sorpresas, sí, mas ya esta todo en marcha. Afortunadamente.

viernes, 15 de marzo de 2013

Epílogo


El final de una era

Pero no el mío, naturalmente


lunes, 11 de marzo de 2013

Estación término

Hay que saber detenerse. Y ahora es el momento. Cuando los avisos se suceden sin solución de continuidad, no se puede continuar desoyéndolos.

Fuera de toda perspectiva, y con la visión absolutamente distorsionada.

La inercia es fuerte, muy fuerte, pero estoy a tiempo.

Es ocasión para dejar que la cabeza vuelva a tomar el lugar que no debió perder.

Quizá vuelva algún día a dejar líneas por aquí, quizá no. La tentación será grande en algún instante, pero habré de superarlo. Es una adicción cómoda, mas como tal, me va minando poco a poco. Y he de parar y dejar de esconderme.

Sea lo que sea, este es un resumen de cuatro años muy especiales. Contienen todo tipo de experiencias, algunas para estar orgulloso y otras no tanto. Un compendio conciso de pequeñas lealtades y sufridas traiciones.

Necesito un receso, y comienza ahora. Si vuelvo, ya no será Mr Al quien aparezca. Eso es lo único seguro. Su tiempo ya terminó. Sus ojos ya no tienen brillo, y sus reflejos se han quedado sin nombre.

Y desde hoy, no quiero elementos sin nombre a mi lado. En todo caso, fue hermoso.

¿Adiós?





Confianza

"La confianza lleva a la relajación. Prefiero el miedo, que te hace estar siempre alerta."

La frase es de un eterno insatisfecho. Un tipo autocrítico hasta lo enfermizo.

Me ha llamado la atención. Me parece que implica cierta falta de disciplina, o de tensión. ¿Es necesario siempre un estímulo externo (el miedo en este caso) para actuar como se cree que se debe? ¿O se trata de poner los medios para estar siempre en el estado alerta, pase lo que pase?

Me parece una actitud propia de los que se trazan una ruta y la siguen, sin tener en cuenta el entorno. Planificar a largo plazo requiere unas tolerancias que no aplican a los objetivos a corto.



Esto es parte de una reflexión de hace un mes que quedará inacabada.

domingo, 3 de marzo de 2013

Café dominical






Un café de domingo mañana. Elegante y sin ropa interior.






Un vestigio

sábado, 2 de marzo de 2013

"Como ahora"

En una página de temática BDSM hay un hilo que se titula "Mi poema preferido". Hay entradas de diversa condición, con sus respectivos poemas acordes en variedad y calidad. Algunas de indudable y exquisito buen gusto, otras más interpretables....y una lamentable. Para mi, denota la baja y pésima estofa del individuo que la publica.

El poema en custión es corrientito, de los que loan desde las entrañas los valores de pertenencia a una tierra. Como casi todos los panegíricos nacionalistas, excluyente y de miras cortas, aunque eso es una apreciación personal. Indudablemente, tuvo su significación y considerable valor en el momento que fue escrito, en la situación que vivía entonces el país, pero hoy no deja de ser un mero testimonio, imprescindible eso sí, de la lucha de aquellos años.

Nada que ver con lo que tenemos hoy (tuve la fortuna de conocer luchadores de verdad, de los que se jugaron la vida y perdieron compañeros y vida en el empeño, y que ahora se sonrojan cuando comparan su lucha con la "lucha" actual).

El poema en cuestión viene encabezado así

"Este poema de Salvador Espriu, fue publicado en su libro de poemas El caminant i el mur, en 1954 en pleno franquismo cuando Catalunya bajo la dictadura, luchaba -como ahora- para conservar las  palabras de los nombres de las cosas."  

El "como ahora" es tan patetico, tan insultantemente patético (sobre todo para aquellos que padecieron persecución, prisión y muerte de verdad, y no sólo en Cataluña) que no puedo dejar pasar la ocasión de decirle al capullo que lo ha escrito que es nada más que eso...un capullo. Y que no me gustaría que venciera en su lucha. Pues eso significaría que otros Salvadores (Espriús o Gómez) tendrían que volver a escribir poemas como aquellos. Su espíritu excluyente es tan sectario como el franquismo que menciona.

Salud

PD   Nunca he soportado a los paletos falsamente humildes e inequívocamente prepotentes

matices bajo la luna y el sol