Despierta, ánima de efluvios septentrionales,
depositaria de arcanos impulsos perversos,
fuente de placeres inconfesables,
la mayoría aún por aflorar
a los surcos de tu piel en forma
de marcas visibles como testimonio material
de tanto deseo escondido.
No te pierdas en el éter cibernético
y acude ante quien te reclama como tributo
de la orgía de sensación e intensidad
que ensucia tu mente para limpiar tu alma.
Ven, ofrécete y vive lo que aún no sabes si puede ser real.
Ven a que lo haga ser contigo para ti y para mí.
Despierta para tu nuevo Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario