viernes, 14 de diciembre de 2012

devorando a Carolina

Pocas veces pasa. Será porque cada vez son más superficiales o más pretendidamente trascendentes. Y será porque ya no escucho tanta música. Puede que no escuche tanto de nada, aunque haya aprendido a poner cara de hacerlo. Y tengo una maestra que me mostró como hacer lo contrario, aparentar no estar atento en absoluto y sin embargo, cogerlo todo. Pero sí, escucho menos, es cierto.

Ahora le toca a (Y al final) Carolina. Siempre le ha tocado, pero nunca había dispuesto de la letra "real" de la canción. Me suelo quedar con la primera sensación que tuve al oirla por primera vez. Y de esa sensación, saco la letra que me apetece. Pequeñas variaciones puntuales que cambian el sentido a lo que dicen, pero que para mi es lo que vale.

Carolina tiene un puñado de frases gloriosas. Que dan mucho juego.

Resulta ahora que la mitad de las que quedaron grabadas en mi mente dicen otra cosa. Pero me da igual. Para mi, el fin es siempre el mismo, y no acaba jamás.

Ya no aguanto que le pegen como antes, como cuando era mayor.  Alguna vez, desnaceré. Pero dudo mucho que podamos llegar. Aún siendo más joven que mi yo.

Es una espiral recursiva y cambiante. Pero me gusta así. Esa es mi Carolina, y no otra. O esa es Carolina para mi. Como yo quiero que sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario