Hoy he recibido un regalo.
Con su envoltorio ajustado y morado, que no era en absoluto de mi agrado.
Y la primera vista, tampoco.
Incluso la segunda distaba de complacerme.
No, no me gusta la presentación de ciertos regalos.
Claro, que, un regalo puede aceptarse o rechazarse.
Aún no sé que hacer con éste.
Ya lo pensaré.
Puede que me lo quede. Al fin y al cabo, es lo más educado.
Y las formas tienen su importancia.
Así como la justa correspondencia.
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