miércoles, 14 de agosto de 2013

Mía

La resaca está siendo prolongada, sí. Encima, tengo tiempo para pensar, repasar, revisar.

"Se veía venir"

No sé la de veces que lo he leído o escuchado estos días. Y sí, se veía venir. También lo veía, pero no lo quería reconocer. Y viene de lejos. Muy de lejos.

Tal y como soy, querré encontrar una razón, una explicación. Creo que ya la tengo, y siento que encaja todo en su sitio por primera vez en muchos meses...en demasiados meses.

Al menos, mi ego no sufre. Pese a haber caído en un engaño tan ruin, no sufre. Quizá porque está en mi naturaleza confiar. Y sin esa confianza, no vale nada para mi ninguna relación.

Existe el riesgo cierto de dar con alguien que no la merezca, que abuse de ella, sí. Pero es su problema. Mi capacidad de volver a confiar no disminuirá. Pondré más cuidado con los avisos y las señales que me dicen si sí o si no, y ya está.

Dentro de ese repaso interno, tras leer en un blog una entrada con el mismo nombre que esta que ahora escribo, hice una revisión por todas las relaciones D/s que tuve. Y es curioso, pero salvo en la que ahora se ha cerrado, a falta del corolario, en todas ellas tuve la sensación, compartida, de que algo de la otra persona me pertenece para siempre. Y viceversa.

Sí, es curioso. Supongo que esa ausencia de sentimiento de posesión resume de modo irrefutable la gran mentira que tuvo lugar. Y explican por que, aún en los mejores momentos, venían ciertas palabras a mi boca y sensaciones a mi mente. Supongo que hubo momentos de verdad, seguro que sí. Pero palidecen ante la magnitud de lo que voy descubriendo ahora.

Sí, se veía venir.

Para todas aquellas que fueron (y son verdad), una canción.



Ellas tienen la fortuna de haber querido ser. Y yo que quisieran conmigo. Y sobre todo, de que estén siempre ahí.

Mías.

Vuestro.

(Y sí, ya sé, sí...vale, jajaja)

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