viernes, 9 de agosto de 2013

Agosto en Madrid

Cuando los extraños huyen, y sólo queda el aroma de los barrios, del calor nocturno en el asfalto, acariando la piel al circular por las calles desiertas a toda velocidad, de los cuatro bares que no deciden cerrar y te tratan como a un dios aunque al llegar septiembre se olviden de ti, las fiestas de verdad, hoy amalgamadas pero siempre reconocibles y con un vaso de limonada a mano....

Cuando el tiempo y el espacio te pertenecen y posees todos los triunfos.  Y no hay que luchar por la ocasión, la oportunidad o el espacio. Cuando la palabra acogedor se desparrama en toda su extensión.

¿puedes sentirlo?


Es la hostia, hablando mal y pronto. El que quiera sitios abiertos, aglomeraciones y cotidianeidad que se vaya a un centro comercial.

Es de paletos renegar de Madrid en agosto. Para 10 dias al año que es nuestro y no de todos esos mercenarios que se fueron a vivir a la periferia y lo llenan a diario. Es de paletos, o de pijos redomados.

Como cantaba también Burning...."¡Oh, no, sin vivir en Madrid no lo entederás!"


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