viernes, 8 de noviembre de 2013

È inutile parlare ancora...

Sí, es perfectamente inútil.

No es que no haya nada que hacer, o nada que decir. No, no es eso. Se pueden decir muchas cosas. Bueno, eso es algo que se puede hacer siempre, de hecho, hay tanta gente por ahí que habla tanto y no dice nada, o casi nada.

Pero es que no hace falta decir nada. No es necesario. No es preciso argumentar, diseccionar, racionalizar o comprender verbalmente. Decía Marco Aurelio que lo que no te hace peor no es malo. No sé si lo que te hace mejor es bueno.

Y es que da igual. Según escribo me doy cuenta de que trato de poner palabras y no, es absolutamente inútil. La comprensión entra por el aire, por los ojos, por la piel, por la humedad que llena la boca.

Y aunque el hablarlo produce satisfacción, en el fondo siento que es intuitivamente inútil. Aunque, por otro lado ¿quién quiere valorar ciertas cosas en términos de utilidad?. Esa intuición la he tenido desde que comencé, tiempo atrás. Y es que hay una sútil diferencia entre decir de algo que me sirve, y que está hecho para mi. Para mucho, parece que inútil diferencia.


Pues sí, embriagadoramente inútil. ¡Que gusto!






"Mas pra que
Pra que tanto céu
Pra que tanto mar,
Pra que
De que serve esta onda que quebra
E o vento da tarde
De que serve a tarde
Inútil paisagem"

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