Ya se va la nieve,
ya se va el blanco,
queda la suciedad que la manta virginal cubrión firme y candorosament.
Suciedad que se refleja en el envés oscuro del negro.
Quedan más restos, y más realidad, pero esa prefiero no verla,
y dedicar la mirada a la palidez que me embriaga de pensamientos oscuros,
que enciende la intensidad de mis ojos
y modula retorcidamente el tono de mi voz.
Se va la nieve, y queda mi blanco, trufado de negra intención.
PD La pequeña zorra era un bluff. Un fraude sin sustancia. Hija de su tiempo.
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