Con el vientre jugando a ser ofrenda de un descenso incitante al reflejo del deseo en forma de hendidura húmeda y carnal.
Tócalo, penetra desde detrás de la mirada para crear una sensación real a partir de un aroma imaginado.
Pocos se atreven a ser conscientemente lo que les muestra el reflejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario