Un vestido rojo.
Ropa interior negra.
Esbelta, bella
Apenas se aprecian los nervios
La mirada es casi serena
Camino del cuarto encuentro; elementos cotidianos, senciones familiares.
Chocolate, cajero, periodistas inoportunos, el trago de la recepción (eso no lo supera, delata su pudor)
Arriba, temperatura ajustada, risas, juegos, cama, mesa, manos, mirada, travesura...envuelto en el vestido rojo.....
Sí, está cómoda, aún con la sombra de esos nervios. No se imagina lo que le espera. Permiso tácito para jugar un rato más, se pega, provoca, vuelve a reir.
Primera advertencia, no hay relajo; más risas, azotes, el vestido por las caderas.....sigue la risa, como una niña traviesa y pícara que anticipa lo que desea
Fusta en la boca, risa que retuerce .....zalamea, zorrea.....
Es el momento. Una mano agarra con fuerza del pelo, tira hacia arriba de su coleta, fuerza, dolor ...se pone de puntillas, quejas, mas dolor, burlona pero menos, y menos, y menos.....y mucho menos, cara a la pared, cuerpo sobre cuerpo con fuerza, y tirando del pelo....queja, dolor, y nota la firmeza, y el tono, desconocidos para ella; inmovil, quieta ....y la fusta vuelve a su boca, manos a la nuca, pero ya no hay risas.....y no se mueve......
Las nalgas blancas, al aire, cercando la tira negra que las separa....un gato, tambien negro, trae el rojo a la piel que observa, espera....silencio, quietud, y calma.
Cuenta
1
2
3
4
las tiras recorren la piel
5
6
7
8
nalga, muslo, interior, exterior
9
10
11
12
lenta, minuciosamente
13
14
15
16
sobre el lado derecho, exclusivamente, aunque no lo sabe
17
18
19
20
21
la voz se apaga, cada vez que se sobrepasa un número de aparente final
29
30
31
más queda la voz, inaudible apenas
39
40
41
42
43
y llega el turno del lado izquierdo
44
45
.....sólo el izquierdo. Quizá suponga que está a la mitad
59
60
61
sigue la voz, apenas un susurro, contando
80
81
82
83
El negro trajo al rojo, pinceladas sobre el blanco.
Sigue el silencio, intenso. El rojo vestido cae. Negro por fuera, rojo por dentro, cambio de tercio. Cambio de postura, arrodillada, manos en la nuca, a los pies de su Dueño....porque ahora es Dueño, y por vez primera lo sabe y lo siente. Erguida, orgullosa, aguanta impertérrita el roce, piel con piel, mejilla contra mejilla. La boca que recorre su rostro, los labios que muerden sus labios, susurra, invita y no concede. La mano que abre los pliegues de otros labios y reciben la explosión de calor y humedad. Aura con aura
Sumisa...al fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario