domingo, 18 de septiembre de 2011

Reencuentro

Tuvo dos fases la vuelta. La primera cita estaba revestida de una aura brumoso. Tenía claras cuales eran las opciones, y estaba prácticamente decantado por una de ellas, pero no quería hacerlo sin dejar hablar a mi intuición.

La charla no fue tensa, pero tampoco tan fluida como acostumbra. Tenía mis cinco sentidos puestos en cada gesto, cara reacción, cada silencio, cada mirada....y me pareció ver algo que no había previsto.

Percibí miedo. Su miedo. No a mi. Ni a lo que hacemos. Es miedo a ella misma. Sí, hay una barrera, y me dijo que nunca podré pasarla. Hacerlo sería como abrir una grieta en un dique que liberaría un torrente incontrolable. Un trágico error, si aconteciera. Y ese miedo explica esas reacciones.

Fui inusualmente claro y explícito. Le dije que esa cita iba a ser la definitiva. Pero que no contaba con ese miedo. Y que no estaba seguro de que el conocer ese nuevo factor fuera a aportar estabilidad. Aunque en mi fuero interno sentí que se relajaba la tensión. Ahora me falta saber si es por que efectivamente se relajó, o por que yo quería que así fuese.

Eso, lo sabré más adelante

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