sábado, 3 de septiembre de 2011

Un dedo - Disgresión nocturna

una disgresión nocturna poco apreciada......no lo llamaría fruto de la inspiración, ni siquiera del deseo solitario o resultado de tres copas en proceso de digestión. Pero, ahí queda

sí, quizá necesites un dedo

primero, con la ayuda de otros, venda tus ojos

después, lentamente, comienza a recorrerte; tu pelo, tu nuca, detras de las orejas, el cuello, la línea de las claviculas, al centro de tu pecho. Se adapta al terreno, y comienza a trazar círculos, subiendo, bajando, variando la presión, siempre leve, siempre incisiva. Se sigue enredando en tu cabello....


pero no es ahí donde quiere jugar. Sigue bajando, pasa por tu vientre, encuentra por encima de la fina tela el hueco del ombligo, hace círculos de nuevo, tratando de averiguar si se esconde tras el el nudo que denuncia el ansia y el deseo.......

y sigue bajando, ya por el monte de venus, mezclando curvas y rectas, hasta que halla la endidura , la detecta por su calor, antes que por su forma, y la moldea, aún sobre la ropa. Atraviesa la primera capa de tejido, y pasea por encima de la segunda; breve, suave, como anticipo de lo llega. Juega de nuevo, con los elásticos, y suavemente, guiado por la calidez que impregna a la humedad, por fin, acaricia la carne......

se divierte un rato, dibujando los pliegues, delimitando los contornos, lubricandose con aquello que volcó el temperamento ardiente entre los muslos.....y encuentra su camino, ya abrazado por los labios que sin susurrar le alientan y le llaman........

este es el primer dedo......

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