martes, 31 de mayo de 2011

catira

Ya tiene nombre; catira

Las últimas tres semanas siguen una cadencia pausada. No exenta de intensidad o ligeros sobresaltos. Es un viaje interior, eminentemente interno, a través de la observación de cada detalle, cada impulso y cada gesto. Multitud de pequeñas pruebas, anzuelos, añagazas, concesiones, restricciones. Y muchas miradas. Y mucho contacto. Y muchas palabras.

Los lenguajes verbal y no verbal se entrecruzan constantemente, en un juego aparentemente sostenido, pero tan sencillo en el fondo que parece ligero, liviano. Pero no lo es tanto.

Poco a poco, va apareciendo la desnudez deseada. Pues el deseo es omnipresente, de fuera hacia adentro, o al revés, que más da. Es tan importante la satisfación de la piel como la de la mente. Y siempre jugando. Y riendo. También para mi es nuevo.

El fin es someterla. Lo sabe bien. Aún no se lo cree, no lo ve posible. Aunque en su interior siente que ya no es una locura, y que quizá, entre tanta suavidad y juego, comienza a saber que habrá algo más allá de la piel; aunque no quede marcado en ella.


Es una catira voluptuosa y sensual, con inequívoca disposición.

Y guarda en su interior lo que ni siquiera sospecha. O ya sí, ese jueves lo sintió y vio que lo vi, pero juega a no saberlo, y a sacarlo despacio.

http://www.youtube.com/watch?v=pEQzcDzsn3g&NR=1

Ritmo, swing y seda

Así sea

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