Y ahora, con los muslos mojados....inevitablente.
-“Te odio.”
Me amas. Con una intensidad que no creíste nunca capaz de poseer.
Y acabarás adorándome .
-“¿De verdad lo crees?”
No lo creo.
Lo sé.
Salvo que te niegues a ti misma, lo harás.
Y a pesar de sus miedos, lo hizo. Lastima que no supiera qué hacer consigo misma. Se tendrá que conformar con recordar cómo solía manchar las bragas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario