viernes, 14 de marzo de 2014

Inútil-es

Una cosa es quedar aparte y otra retirarse. El epílogo cierra sobre todo un modo de entender ciertos aspectos de la actividad que motivó en su día este blog. Pero no renuncio a expresar en mi espacio las sensaciones que me producen lugares que fueron señalados para mi. Aunque ahora su trivilización los haga cada vez menos atractivos, no siendo casualidad que vayan desapareciendo poco a poco los espíritus más sensibles. Y lo último que he leido en dicho lugar ha actuado a modo de deja-vu. Si se deja que las ordinarias y los simples se enseñoreen, la mediocridad mata cualquier atisbo de estilo. Pese a honrosas excepciones. Y como veo que este lugar sigue teniendo público pese al cierre (sorprendente pero cierto) y a que su sucesor goza de buena salud, pues, ¿por qué no?


Leí en un post, hace ya unos cuantos años, titulado "¿Para qué sirve una sumisa?"

Ya entonces me gustaba expresar las asociaciones de ideas que improvisadamente me surgían ante cualquier estímulo que recibiera, y en esa onda, contesté así:

Mas pra que?
Pra que tanto céu?
Pra que tanto mar? Pra que?
De que serve esta onda que quebra?
E o vento da tarde? De que serve a tarde?
Inútil paisagem

(¿Para qué?
¿Para qué el cielo?
¿Para qué el mar? ¿Para qué?
¿De qué sirve la ola que rompe?
¿Y el viento de la tarde? ¿Y de qué sirve la tarde?
Paisaje inútil)

Me respondió la "señorita" que se hacía la pregunta, toda digna ella, en estos términos:

"¿Me estás llamando inútil?"

Desvirgado por partida doble con una frase. Era mi primera participación en el foro (ya no hice muchas más), en un lugar donde creí que la norma era cierta sensibilidad de espíritu y apertura de mente por encima de lo corriente. Pero a la primera, agua. Un ladrillo. Me dediqué a observar, y vi que de sensibilidad especial y espíritus diferentes, poco o nada. En general, la misma mezquindad corriente, los mismos modos pretenciosos en quienes alcanzaban cierta notoriedad, camarillas, envidias, y en general, salvo honrosas y discretas excepciones, afán de protagonismo y mediocridad absoluta.

Y yo que creí que llegaba a un sitio especial, abierto y de franca camaradería, y sobre todo, tolerante y sin juicios. Que enarbolaba las siglas que me parecían casi esotéricas, BDSM. Y me encuentro con una intolerancia incomprensible y una disposición general enfermiza por enjuiciar a cualquiera que se pusiera a tiro.

Pues sí, doblemente desvirgado.

Hoy veo como se lincha públicamente a un personaje que muestra sus sensaciones (repito sen-sa-cio-nes) en un post en el que las formas no son adecuadas, pero el mensaje es claro y sencillo. Abre la ronda de respuestas alguien que en varias entradas se autodenomina simple (que dictadura la de los simples incontinentes en este lugar) y ya es todo cuesta abajo. Interpretado bajo la óptica de la simple (calificativo usado siendo muy muy generoso), y jaleado en masa. Y es cierto que la aportación ofrece varias lecturas, pero se toma la simple de la simple. En una conversación de bar, puede que sea aceptable (aunque nadie expondría de ese modo sus inquietudes en un bar) pero en un lugar especial se supone cierta capacidad de ver más allá. Pero no. Para colmo y mayor escarnio, conocidos impresentables, famosos por tener un ego tan sólo comparable a su estupidez, se suben al carro a tirar la primera docena de piedras. Y luego, la sentencia de recien llegados sentando cátedra con el único poso de ser tipos prolíficos y simpáticos.

Y el caso es que no da cuenta de ninguna barbaridad tangible, y si de ciertos razonamientos que he visto expresados a lo largo de estos años (de un modo más sutil, razonado y comedido, es cierto, pero los mismos) por alguno de los individuos que anatematizan, y por otros que les precedieron en la función de oráculos y guardianes de la esencia del bdsm. Pero ya se sabe que no es lo mismo ser gracioso que caer en gracia. Lo último que pretende la turba es que el personaje se disculpe. Hay que joderse.

En fin, que años después, sigue habiendo muchos que sólo ven agua en el mar, y nubes en el cielo. Y claro, como para explicarle a un ciego los colores. La pena es que no sean también mudos. Pero no se puede tener todo ¿verdad?

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