lunes, 17 de febrero de 2014

Epílogo

Sabía desde que comencé que me encontraba era una carrera con final. No tenía claro cuando llegaría, y ha habido momentos en los que pensé que me iba a quedar por el camino. Ciertamente, he tenido dos fases muy diferenciadas. En la primera, apenas hubo lugar a la decepción. Fue todo, hasta en los fracasos más esplendorosos, que los hubo, de una riqueza y un estímulo como pocas veces he conocido. Es cierto que se dieron las circunstancias adecuadas, y quizá en el momento preciso. Fui capaz de positivizar cada instante (tremendo error, por cierto, por mucho que los psicologos lo recomienden. Los actos y sucesos tienen sus efectos, y hay que tomarlos tal cual vienen). Y eso me hizo ir más y más adentro.

El cenit de aquello fue un momento de soberbia interior extrema. Ya había comenzado a rodar cuesta abajo pero no supe verlo. Fueron tres años muy edificantes en este aspecto.

Sin embargo, no soy infinito, y tuvo contrapartidas. Aún ahora surgen dolorosamente, y si bien no son causa directa de esta afición a dar azotes, desde luego si ha tenido su influencia negativa en mi dejar de hacer. Es muy tarde para corregir alguna de las pérdidas sufridas, pero a tiempo estoy en otros espacios. Y a eso he de aplicarme.

El error principal consistió en traspasar una línea roja que nunca debí pisar. La Línea Roja. Supe en el momento en que lo hice que no debía, pero la dulzura del veneno me aturdió y tomé la peor decisión posible. Me equivoqué en todo, en no parar, en la acompañante, en la dedicación y en el modo de justificar constantemente mi error. Desde entonces, mi capacidad de seducción por lo que parece quedó intacta, pero no así la de acompañarla con el tacto y carácter adecuado. Los últimos 12 meses así lo han puesto de manifiesto. Y no sólo eso, si no que no hay en mi propósito alguno de cambiar eso. El canto del cisne,pleno de azul, ha tenido momentos muy hermosos, pero la inercia era ya excesivamente fuerte.

Desde siempre, he tenido claro que doy menos de lo que muestro, y mucho menos de lo que se llega a esperar de mi. Si hay una frase que he escuchado centenas de veces en cualquier orden de la vida es "Si quisieras......".

Soy inconstante, caprichoso y egoista por naturaleza. Y puedo retener esa esencia breves periodos, o instantes escogidos. Quizá por eso siempre he defraudado las expectativas puestas en mi. Siempre. Sólo quien verdaderamente me conoce sabe vivir con eso. Y a ese entorno me vuelvo.

Quedará mi deseo de esos instantes que he conocido. Y sólo los compartiré con quien sepa disfrutarlos, si es que hay alguien. Con quien tenga claro aquello que durante años fue mi firma en cada página en la que estaba:

" Se que podría cumplir, pero prefiero decepcionar. "

Fue un placer compartir tantas y tan hermosas cosas con vosotras. Un placer insospechado. Un placer intenso. Un placer sin igual. Y no quisiera marcharme sin agradecer todos y cada uno de los momentos que me habeís entregado. Forman parte de mi. 

Naturalmente.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes... Paso de leer este "disparate". Te espero... como siempre.. en el Epílogo ;-) Mamen

    ResponderEliminar
  2. En el Prólogo (ay, qué despiste tengo). Besos.

    ResponderEliminar