Esta entrada es causa de un desafortunado malentendido. No es un mensaje para nadie ni tiene intención alguna más allá de la descriptiva. Sí refleja cierto hartazgo, fruto de juicios ajenos alegremente repetidos. Nada mas.
No sé si es la moralina omnipresente por medio mundo, o que nadie tiene otra cosa más importante que hacer que juzgar a los demás. Por no hablar de las que se erigen en furibundas defensoras del honor de Venus......
Este fragmento resume a la perfección el ánimo que me mueve. He decidido ponerlo aquí, y si alguien me vuelve preguntar o se dedica alegremente a interpretaciones de folletín, sólo tendré que pasarle el enlace.
Suscribo casi integramente lo que dice, sobre todo en lo que se refiere a mezclar vida real y fantasías, y el sabor de las cosas.
"Algunos de mis conocidos, también masoquistas dominante-dominado, me
sugieren que hable de ello con mi mujer: si me quiere, lo comprenderá y
llegará, también ella, a encontrarlo placentero. Sin embargo, por una
parte, la conozco demasiado; su gran pudor en todo lo relacionado con el
sexo, su deseo de hacer el amor siempre a oscuras, su rubor por una
broma un tanto atrevida... Por otra parte, me parece que no hay que
mezclar la vida real con las fantasías. Una historia que llega a ser
irresistible después de varias semanas de espera y frustración no puede
ponerse en práctica con demasiada frecuencia. Entrar en el gabinete de
Françoise para ser atado es una cosa. Y regresar de noche a casa, y que
mi mujer me diga: "Desnúdate para que te coloque tu camisa de
fuerza;después cenaremos y me contarás cómo te ha ido en la oficina", es
otra muy distinta. No, no tiene el mismo sabor."Yo amo a una sola
mujer, mi esposa, aunque disfrute con Françoise y a los dos nos una un
respeto recíproco y una absoluta complicidad: ni siquiera tengo la
impresión de engañar a mi mujer. Mera y simplemente, me asumo tal como
me ha hecho la naturaleza. Ya lo decía Lorenzo de Médicis: "Yo no peco
por perversidad, sino por esa faceta de mi carácter que ama el placer""
Del libro de Annick Foucault "El Ama, Memorias de una dominadora"
No hay comentarios:
Publicar un comentario