"Antes creía que los activistas eran los más indicados para la política, pero me di cuenta de que no. Me llevé una desilusión. Tenían tan claros los objetivos finales que estos nunca debían desdibujarse en la gestión. Vi una gran dificultad para pactar, para ceder, para ver a los demás. Y eso me produjo inquietud. No pensaba que me iba a pasar, pero el activismo sectariza mucho.
Les pudo el compromiso de no desviarse de presupuestos que muchas veces no eran correctos. A lo mejor eran deseables, pero no correctos, el activismo escucha muy poco a los otros. No cabía el acuerdo, la mediación. Tengo un respeto enorme por el activismo, pero yo encontré que no estaba preparado para reformar las estructuras."
Manuela Carmena
En política, y en cualquier campo. Y en un ámbito como el del sadomasoquismo, alguien que tenga "gran dificultad para pactar, para ceder, para ver a los demás", no debería caber.
Bueno, en realidad no caben, ni son, vienen sobrevenidos de otros espacios a evangelizar un área que consideran afín. Ese compromiso con ideas que, aunque en algún espacio puedan parecer deseables, no tienen encaje aquí.
Ahora, hace tiempo, mucho tiempo, que no encuentro lo que busco, aunque sé que puede existir de nuevo.
Mientras me dure la calma de la certeza y la paciencia por ver el deseo consumado una vez más, permaneceré.
Mientras dure, sí.