Quizá es que nunca te fuiste.
O quizá es que nunca viniste.
Y ahora por fin llegas. Recuerdo alguna de mis llegadas, sobre todo
la primera, con algunos axiomas de más,la curiosidad aplastando al temor
y el deseo expectante y contenido.
La atracción por aspectos formales y visuales que luego no se
correspondían con lo que provocaba las sensaciones, la poco evidente
transmutación de la fantasía en deseo tangible. Y el paso del sueño a la
realidad, de la imagen a la piel, la decepción de lo obvio y el placer
de lo inesperado.
Y la certeza se ser y poder ser, y a ser como jamás se esperó.
Pero para ello, hay que ir y decidir quedarse. Bienvenida.
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