lunes, 12 de marzo de 2018

Recuerdos

No hay que irse muy atrás. Están frescos aún. La mezcla de sensaciones en lo sentidos aún permanece presente, como si aún continuara el estímulo que lo provoca. Y es que continúa. No es necesaria la interacción física. La impresión quedó tan indeleblemente grabada que solo con rememorar el acto vuelven a brotar las sensaciones.

Ni siquiera hace falta recordar los hechos. La propia génesis, fruto de la excitación perversa de la mente ante aquello que queda dispuesto a disposición, resultado inevitable de una complicidad que trasciende presencia y tacto.

La complicidad retorcida que hace tangible lo inimaginable. Y más.

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