domingo, 13 de mayo de 2018

Follar

Indiscutiblemente, es una palabra potente. Remite a un acto animal, intenso, pasional y poderoso. Transmite fuerza, y provoca humedad, alterando su anuncio deseado espíritu y sentido.

Es tan gráfica que no necesita adjetivos, y tan versatil que admite figuradamente receptores de la acción que extienden más allá de la sensación fisica el efecto del acto.

Es más, en una sublime pirueta, se asocia al acto de provocar las sensaciones del verbo sin que medie contacto físico alguno, y se experimente de ese modo una disposición y estímulo aún más potente que las que provoca el mero desempeño animal.

La humedad sin contacto, resbalando como lágrimas internas ardientes que inflaman la dureza del vientre sin que la piel llegue a sentir nada, electrizando cada rincon del cuerpo y desbordándose muslos abajo sin remisión.

Una humedad ajena e interior que quita el sentido y abre la voluntad inabarcable de más y más sin noción ni deseo de límite.

Tan intenso, que el acto primordial parece una nadería ante lo que provoca y promete la mente con los ojos cerrados y los brazos abiertos. La desnudez absoluta que sólo se siente en el interior.

Lo demás, parece dar igual. Pero es solo el principio. Me encanta follar, sí. Y a ti también ¿verdad?

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