miércoles, 22 de agosto de 2018

El quiebro quebrado

La vergüenza crece en su interior. La vergüenza y el ansia incontrolable se mezclan creando una intensa sensación de humillación. Aún así, permanece en la posición que se le ha indicado, retorciéndose entre las necesidades contrapuestas de parar y seguir.

"Pararía ella, seguiría la otra. Dios mío, que conflicto. Y mientras él sigue ahí, tan pichi, displicente casi, sentado, ¿qué sentado? ¡tumbado! en el sofá, con una sonrisa que se le antojaría burlona si no fuera porque los ojos, ¡uffff, los ojos, ¿por qué me mira así?! dicen otra cosa.

Los ojos están llamando a la otra. Esa puta indecente. Y descarada, pues, ¿no va jodía y me dice que quiere salir? ¿Y yo, qué?"

La línea recta es una quimera, y en su rostro se dibujan una por una todas las líneas reflejo de la batalla que se tiene lugar en su interior. Intensa, intensísima lucha. Casi desgarradora. El rostro se crispa por momentos, y un lamento continuo se mezcla con suspiros de placer en una combinación imposible.

"Abre los ojos y mírame. Jo, encima quiere que le mire. No puedo. Sigue teniendo ese brillo frío, decidido. Tan seguro. Como odio esa seguridad, sobre todo ahora. Me desarma, me hace pequeña, me obliga. Dios mío, no puede ser. Estoy más y más excitada. No puede ser. ¿Y qué dice ahora? Joder, lo sabe todo. Y no se contenta con eso, no, quiere que yo le pida que siga. ¡No!...por favor, no pares....que capullo, si no le pido que siga, no va a seguir....uffff"

"Yo no pido" dice muy digna, recomponiéndose levemente. No, ella no pide. Pero no es a ti a quien se lo digo. Es a la otra. La puta descarada. Sí, sé que están las dos. Así que pídemelo. Porque la otra sí pide. Y quiere hacerlo. Y tú quieres, deseas tanto conocer a la otra, ¿verdad?

"Por favor, Señor.......siga. Por favor"

El gesto se suaviza levemente, y ya no hay crispación, sólo intensidad y deseo. Ya no se oye el lamento, y los suspiros van creciendo en intensidad.

Y en naturalidad. Como debe ser.


No hay comentarios:

Publicar un comentario