No sirve de nada presentarse ante el hurtando la mirada. La marea que
te devora por dentro sólo saldrá por los ojos. Ese frío por los ojos
que hiela la conciencia y hierve en el crisol del vientre, nudo
insufrible del deseo inconfesable de ser lo que......no te atreves aún
siquiera a ver.
Hay que mirar al espejo, sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario