viernes, 19 de junio de 2009

De vez en cuando la vida

De vez en cuando la vida, toma conmigo café, y está tan bonita que, da gusto verla
(Serrat)

Hay días que nacen plomizos, tan sólo son la continuación del anterior, que no me dejó nada agradable, o al menos, así lo tomé. Ni siquiera el amanecer logra borrar el poso de desazón que quedó de la jornada pasada. Parece que no hay estímulos, nada que invite a sonreír, al menos en un espacio temporal cercano. Me cuesta salir de la cama. Me cuesta salir de casa, y encaminarme a la oficina. Y cuando llego, me pregunto por que no me voy corriendo. Un día de esos. A lo mejor el día no tiene la culpa de nada, pero yo se la otorgo entera. Por existir.

Nada de lo que hice, hago y haré me satisface, ni sirve para nada. Ni sirvió ni servirá. Recibí una llamada, con una larga conversación que zanja una cuestión que me tenía preocupado, y establece de nuevo las bases de un deseo. Me dejo mimar en la hora de la comida, incluso me echo una siesta tranquila, pero la sensación de vació no desaparece del todo. Se que me quejo de balde, que en apariencia muchos se cambiarían por mi, pero...justo tuvo que tocarme a mi ser como soy.

Encima, se me escapó el tren, y me quedo 40 minutos esperando al siguiente. Claro que la culpa es del DIA, ¿cómo va a estar todo en mi cabeza?. Y vuelve a sonar el teléfono. Una llamada perdida, con discreción. La reconozco. ¡Vaya!....una buena amiga. Pero, así, de repente, es raro. La llamo y me da una noticia inesperada

“Estoy por fin embarazada”

No se si es ilusión, o que, pero parece que salió el sol según me lo dice. Incluso deja de hacer calor. La conversación es breve, pero la noto feliz. Y me traspasa su estado (de felicidad, claro). Parece que algo de lo que hice (mantener contacto con alguien encantador, que me dio todo su apoyo cuando lo necesité y que siempre tendrá el mío) tuvo sentido. Aunque sólo sea por este momento de felicidad compartida.

La tarde se me sigue presentando con un programa tan apretado como antes, pero ya no me parecen todas las actividades tan desagradables. Incluso la disfruto. Lo que hace una buena noticia. Pero me quedaba lo mejor. Repasando el correo, tras la cena, se me abre una ventana del messenger. Con el zumbido tan característico de su presentación. Inconfundible, es ella, por su modo de presentarse. Siempre saluda, aunque este ocupada con su cata vinos.......asunto que últimamente la tiene en un estado tan sutilmente delicioso, que no puedo menos que envidiarla en ocasiones. Aunque hoy, cosa extraordinaria, no se dedica a la enología. Me ha dedicado una frase en un lugar en el que compartimos presencia. Me dice que si lo he visto. La verdad, es que no. Entro de vez en cuando, pero sin mucho interés. Me pide que lo vea, y así lo hago.

La frase

“Un amigo es la persona que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte del camino.”

Me quedo sin palabras. No se que decir. Lo encuentro precioso, incluso conmovedor. Por que, más que nada, no tenía la noción de haber hecho tanto por ella como se desprende de su dedicatoria. Pero es evidente que ella no lo siente así. Que lo que a mi me pareció poco o lo normal en una persona normal, ella lo ha recibido como algo valioso, cercano y útil. Así que el que me tocara justo a mi ser como soy no es tan malo.

Recordé una frase de una canción de los Smiths

“Por que doy parte de mi valioso tiempo a gente que no le importa si vivo o muero”

Ya se la respuesta

Por que ahora si les importa que este vivo.

Hoy ya amaneció con otro color.

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