martes, 21 de noviembre de 2017

Cierto

Cierto, la perversión sólo se disfruta positivamente cuando se está en un estado mental estable, sin carencias que lleven a la urgencia de tapar u obviar lo que no funciona.

Así, el deseo que nace de la perversión no daña, y se disfruta infinitamente más. Ocurre sin embargo que ese deseo, en situaciones de estabilidad emocional, es tan escaso, como escasos son los que lo sienten.

Y es que derivar al infinito desde el trastorno, la carencia o el ansia es relativamente posible, la conciencia de riesgo está difuminada, y el mero hecho de salir del espacio que incomoda ofrece en si un placer.

Hacerlo conscientemente, sin que nada te empuje salvo el propio deseo interior, sin situaciones extraordinarias que allanen el camino, cuando la contrapartida del riesgo es romper una estabilidad... es menos corriente.

Cierto, sí.

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