sábado, 19 de agosto de 2023

Paz

 

El calor desnuda sin preguntar. Ralentiza ritmos, favorece la quietud y destroza los nervios. La veo a través de la puerta abierta del cuarto, plácidamente dormida, como un ángel, en esa postura de paz que sólo le he visto a ella. Y sé que tiene sus demonios (aunque ella cree que son infinitos son pocos aún, es tan joven), su ansia y su dolor de juventud. Pero también sé que conoce la felicidad, y que su sueño no ha perdido esa calma de niña que emana de la quietud íntima de su espíritu.

Espero que siempre conserve un poco, y que nunca deje de dormir así.

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