lunes, 15 de marzo de 2010

Extraña desolación

Por fuera podria parecer envidiable. Ese estúpida consideración de "tiene todo lo que puede desear". Incluso por los vericuetos laterales se vislumbra ese estado.

Y friamente, puede que sea así. Punto por punto, todo es susceptible de mejora, mas el margen de caída es abismal. Puede que no tenga sentido mirar para arriba. No merece la pena el esfuerzo.

¿Será que las partes no suman? El equilibrio parece inestable. Pero nada se rompe. Quizá por que ya está roto.

Es una sensación de permanente trasitoriedad. Sí, sólo la muerte es definitiva, pero entre al blanco y el negro debería haber una infinidad de matices que no aparecen por ningun lado. Haría una raya en el suelo y empezaría a poner las cosas en su justo extremo. Lo haría, si no tuviera la certeza (su única certeza, en este momento) de que a los 5 minutos nada valdría ya.

Hay otra certeza. Pero es tan difícil aceptar ser el oráculo infalible de uno mismo. Por primera vez creo ver sobre mi la mano del destino. Y no me gusta lo que siento.

Bueno, seguro que mañana será otro dia.

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